SABADO 21/08
PiPiPi!!! El despertador suena…a las 6:30!!! (Vaya madrugoón…). Nos levantamos previsores para estar algo antes de las 9:00 en Versalles y no tener que hacer mucha cola. Aún así, el tren no lo cogimos hasta las 8:30 (somos unos tardones) desde la estación Javel dirección Versalles-Rive-Gauche. Todo está muy bien señalizado y es complicado equivocarse y coger la dirección contraria (hay que ir muy dormido para que esto suceda). Al final, y después de un viaje muy tranquilo (no había nadie en nuestro tren, seguro que la gente ya estaba haciendo cola) llegamos a Versalles a las 9.05. La cola para las entradas era de infarto!! Suerte que por ser menores de 26 pudimos ir directamente a la entrada donde no tuvimos que hacer ni siquiera cola. Una vez dentro compramos un ticket “audioguia+fuentes” por 10€/persona y entonces si hicimos una mini-cola para pillar la audioguia.
La audioguia me pareció de lo mas interesante, además con ella vas haciendo tiempo en cada habitación y al final consigues quitarte toda la muchedumbre de encima (aunque no del todo, ojala). El palacio es precioso, el oro reluce por doquier, las salas mantienen el ambiente de la época… todo tiene un aura especial, y uno se sentiría en el sXVIII si no fuese porque está rodeado de turistas (esto fastidia un poco el ambiente pero no se puede hacer nada).
Estuvimos más de hora y media en el palacio y al salir decidimos que antes de ver los jardines iríamos al Petit Trianon para ser los primeros, con la idea de que abrían a las 11:00.
Así que cogimos el trenecito y tiramos para arriba. Al llegar allí no habia nadie y la entrada estaba cerrada. “Que pasa aquí?? Esto parece desierto…”. Preguntamos a un hombre y no abrían hasta las 12:00. Yo no sé de donde saqué que abrían a las 11:00 pero tuvimos que matar ese tiempo haciendo fotos al Petit y el Grand Trianon por fuera, aprovechamos para ir a los lavabos que estaban vacios (luego seguro que habría cola) y así hasta las 12:00, cuando porfin pasamos al Petit Trianon.
Aunque la parte interior del Petit Trianon queda en poca cosa una vez ya has visto el palacio, la parte de atrás de este recinto es preciosa (en verano las flores están preciosidad) y tienes unas buenas vistas del gran canal.
Del Petit Trianon cogimos el trenecito hasta el Grand Trianon (están al lado pero estábamos exhaustos)
Antes d entrar decidimos comer en el restaurante que hay al lado (no recuerdo el nombre; Agneta?); cogimos dos bocatas sosos a más no poder + dos cocacolas + dos macaroons y nos pusimos en la terracita del restaurante. Pero es que la terraza estaba rodeada de abejas gigantes!! Horroroso, encima eran unas descaradas y se te lanzaban a la cara, encima de la comida, en la cocacola… mi novio, que es alérgico salió corriendo haciendo espasmos! Y le seguí y nos sentamos en el césped, lejos de la terraza. La tranquilidad no duró más de diez minutos, cuando otra abeja nos empezó a seguir otra vez. Yo creo que estaban tan pesadas porque mi bocata llevaba la lechuga esa que es roja (no sé cómo se llama) mas la mayonesa y claro, eso huele mucho! Al final no me komi ni la mitad del bocata, que mal lo pasamos (si alguna mala persona nos grabó haciendo el estúpido, por favor, que no lo cuelgue en youtube xD)
Y ahora sí a por los dominios de Maria Antonieta! El palacete por dentro no tiene más encanto, lo que sí es magnífico son sus exteriores!! Primero el "templo del amoooor" (que bonito nombre!)
Luego, lo que mas me gustó de la visita: la granja de Maria Antonieta.
Mientras que una niña normal jugaba con las barbies la mujer está jugaba a escala real, madre mía!! Me lo esperaba mucho más pequeño, pero es que hay una burrada de granjas!! Vaya hartón de caminar que nos pegamos, por dios…
(la foto de los dos animalitos la hice porque yo tengo en casa la versión en miniatura del blanco )
Dentro del Gran Trianon estuvimos una hora y media aproximadamente. Al final nos decidimos por volver, cogimos el trenecito y hasta el Gran Canal. Una vez llegamos nos tiramos en el césped a mirar fotos y a charlar un ratito; estábamos en la gloria: la gente, ya cansada, estaba tranquila y no hacia ruido, pegaba el sol pero había nos venía una brisa muy fresca y al tener delante el Gran Canal nos relajábamos viendo a los barquitos pasar.
Así estuvimos media hora, eran las 16:30 y habíamos decidido hacer tiempo hasta las 17:20, cuando empezaba el espectáculo de las aguas. Así que estuvimos una hora dando vueltas por los jardines hasta que una voz de megafonía anunció que se había cancelado el espectáculo!!
Como el cansancio que llevábamos encima era desorbitado decidimos ir rápidamente a por el tren. El viaje fue bastante insoportable: íbamos de pie (algo insufrible cuando tus pies solo son un amasijo de dolor), hacía un calor atroz y en los trenes de Paris no hay aire acondicionado (aluciné de mi misma cuando recordé con cariño a renfe: aunque por su culpa nunca llegó a mi destino a la hora al menos si voy fresquita). Llegamos a nuestro hotel a las 18:30 y empezamos a barajar nuestras opciones: Arco de triunfo?? No me veo subiendo escaleras…. Vamos a tomar algo?? A donde?? Todo lo de alrededor tiene pinta de caro… bla bla bla… Así se nos hizo una hora hasta que decidimos ir a la tienda Picard de abajo (una especie de “la Sirena”) y nos subimos unos helados y una cajita de macaroons mientras jugábamos una partidita al UNO. Ese día estábamos tan cansados que ni siquiera cenamos, porque a las 21:00 ya estábamos dormidos