Amanece muy nublado, pero con 17 grados. Aprovechando la wifi de la casa bonita, vemos que la previsión del tiempo da lluvia para esta zona. Nuestra primera visita será la garganta más famosa de la zona, la Liechtensteinklamm, en St. Johann im Pongau; pero cuando llegamos nos encontramos con que está cerrada hasta dentro de 4 días. El panorama es de nubarrones que amenazan con tormenta, por lo que decidimos echar la hora que nos separa de las Krimmlerwaserfäll y disfrutar de ellas con más calma que hace cuatro años.
Paramos primero en un parque infantil que vimos cuando nos dirigíamos a la garganta de St. Johann.
Conduciendo dirección al oeste vamos dejando atrás Bruck an der Grossglockner, Uttendorf, Mittersill… y después de Wald im Pinzgau entramos en la Gerlosstraße mientras recorremos el Krimmler Achental, con sus pueblitos de Vorderkrimml, Unterkrimml y Oberkrimml, antes de llegar a Krimml. Esta vez no pasamos por la parte del peaje de la carretera, porque no venimos de la zona oeste como la vez anterior. Si en tu caso vienes en este sentido, aprovecha y para en el mirador, para ver los tres saltos juntos.
Las Cataratas de Krimml están situadas en la entrada del valle de Krimmler Achental y tienen el título de ser las más grandes de Europa y las quintas más altas del mundo, con sus 380 m de caída en tres saltos de agua (5.6 m cúbicos por segundo); yo ya me pierdo con el ranking de cataratas. El torrente de agua procede del río Krimmler desde la parte alta del valle, que fluye unos 20 km por la alta montaña y finalmente se convierte en una corriente glacial al final, donde se desborda en los tres conocidos saltos.
Esta vez no tuvimos la suerte de aparcar en el borde de la carretera y lo hicimos en el parking 4 (7€ unas 4 horas), al lado de la WasserWunderWelt Krimml (el mundo mágico del agua).
Es una visita muy frecuentada por familias, ya que el sendero que nos acerca a las cataratas está pavimentado y es accesible también con carritos de bebé; la ruta, llamada krimmler waserfällweg, es en ascenso durante unos 4 km, en los que se salvan 430 m de altitud y se sigue el sentido contrario del Krimmler Ache.
A la entrada, en los alrededores de tiendas y kioscos, hay un parque infantil a la derecha, al que volveremos a la salida. Encontramos también curiosas figuras de madera, como la noria hidráulica o un tronco de árbol tallado con hueco para meter la cara.
La primera caída, la Unterer Achenfall, es la más atronadora y el primer foco de atención que encontramos, bastante llena de gente. Nos podemos acercar cuanto queramos (y mojarnos) por la derecha y también caminar hacia la izquierda sobre las piedras, siguiendo el final ya del curso del agua. Estamos a unos 1100 m. Si seguimos subiendo tenemos varios miradores a la izquierda para volver a ella.
Desde aquí hasta el siguiente tramo el camino serpentea con varias cuestas en subida. Cerca de la Gasthaus Schönangerl está la caída media (Mittlerer Achenfall), en torno a los 1300 m.
El último tramo nos lleva a la superior. Nosotros subimos justo hasta el puente y el aparente remanso del agua; pero se ve que baja con fuerza. Desde allí vemos la caída última.
A la salida estamos un ratito en el parque infantil de la entrada e intentamos entrar en el Mundo mágico del agua, pero ya ha cerrado, así que volvemos a Rauris a pasar lo que queda de tarde en el Summererpark, mientras el sol empieza a bajar. Una escena cualquiera a la altura de Niedernsill.
Paramos primero en un parque infantil que vimos cuando nos dirigíamos a la garganta de St. Johann.
Conduciendo dirección al oeste vamos dejando atrás Bruck an der Grossglockner, Uttendorf, Mittersill… y después de Wald im Pinzgau entramos en la Gerlosstraße mientras recorremos el Krimmler Achental, con sus pueblitos de Vorderkrimml, Unterkrimml y Oberkrimml, antes de llegar a Krimml. Esta vez no pasamos por la parte del peaje de la carretera, porque no venimos de la zona oeste como la vez anterior. Si en tu caso vienes en este sentido, aprovecha y para en el mirador, para ver los tres saltos juntos.
Las Cataratas de Krimml están situadas en la entrada del valle de Krimmler Achental y tienen el título de ser las más grandes de Europa y las quintas más altas del mundo, con sus 380 m de caída en tres saltos de agua (5.6 m cúbicos por segundo); yo ya me pierdo con el ranking de cataratas. El torrente de agua procede del río Krimmler desde la parte alta del valle, que fluye unos 20 km por la alta montaña y finalmente se convierte en una corriente glacial al final, donde se desborda en los tres conocidos saltos.
Esta vez no tuvimos la suerte de aparcar en el borde de la carretera y lo hicimos en el parking 4 (7€ unas 4 horas), al lado de la WasserWunderWelt Krimml (el mundo mágico del agua).
Es una visita muy frecuentada por familias, ya que el sendero que nos acerca a las cataratas está pavimentado y es accesible también con carritos de bebé; la ruta, llamada krimmler waserfällweg, es en ascenso durante unos 4 km, en los que se salvan 430 m de altitud y se sigue el sentido contrario del Krimmler Ache.
A la entrada, en los alrededores de tiendas y kioscos, hay un parque infantil a la derecha, al que volveremos a la salida. Encontramos también curiosas figuras de madera, como la noria hidráulica o un tronco de árbol tallado con hueco para meter la cara.
La primera caída, la Unterer Achenfall, es la más atronadora y el primer foco de atención que encontramos, bastante llena de gente. Nos podemos acercar cuanto queramos (y mojarnos) por la derecha y también caminar hacia la izquierda sobre las piedras, siguiendo el final ya del curso del agua. Estamos a unos 1100 m. Si seguimos subiendo tenemos varios miradores a la izquierda para volver a ella.
Desde aquí hasta el siguiente tramo el camino serpentea con varias cuestas en subida. Cerca de la Gasthaus Schönangerl está la caída media (Mittlerer Achenfall), en torno a los 1300 m.
El último tramo nos lleva a la superior. Nosotros subimos justo hasta el puente y el aparente remanso del agua; pero se ve que baja con fuerza. Desde allí vemos la caída última.
A la salida estamos un ratito en el parque infantil de la entrada e intentamos entrar en el Mundo mágico del agua, pero ya ha cerrado, así que volvemos a Rauris a pasar lo que queda de tarde en el Summererpark, mientras el sol empieza a bajar. Una escena cualquiera a la altura de Niedernsill.