Esta mañana nos levantamos a las 6.
A las 6,30 fuimos a tomar un café con el grupo y sobre las 7 nos fuimos en calesa, 4 por calesa, y fuimos con la chica de Sevilla.
Estuvo muy divertido. A mi padre le puso el calesero a llevar la calesa, y cuando había baches, decían los dos: ¡bache, bache! para que nos agarráramos nosotras que íbamos detrás. Llegamos allí pronto y nos abordaron los vendedores, pesadísimos, pero no les hicimos caso, como nos avisó el guía. A mi padre uno de ellos le dio su tarjeta para que le comprase algo “a la vuelta” (esta expresión se la saben todos fenomenal), y a la vuelta como no le compramos nada, le pidió la tarjeta de nuevo. Hoy hacía menos calor, pero claro, eran las 7.
Nos dio Gabriel la explicación y después nos dio 45 minutos para verlo por nuestra cuenta, y quedamos todo el grupo antes para poder salir juntos frente a los vendedores. Eran una auténtica avalancha. A las 8 volvimos a nuestra calesa, la número 2 (hay que acordarse de en cuál íbamos para volver en la misma), y volvimos al barco sobre las 8,30. Me encantó el viaje en calesa, fue toda una aventura, y lo que nos reímos con los baches. El calesero nos hizo una foto montados en la calesa y después nos pidió propina. Le dimos 1 euro por los 4, y siempre les parece poco, pero es lo que nos recomendó dar el guía, ni un céntimo más, ya que todo esto está pagado ya con la agencia.
Ya en el barco subimos a la cubierta a desayunar con el grupo, hemos desayunado muchas cosas: una especie de naranja amarilla muy rica (guava o algo así se llamaba), melón, bollería variada, café con leche...
Hemos estado allí desayunando con la chica Sevilla y un padre y su hija de Madrid, y después nos hemos reunido nosotros 3 con el guía para hablar de las excursiones del Cairo pero le hemos dicho que ya teníamos un guía. Creo que no le ha sentado muy bien, ha sido algo incómodo, pero bueno, no se lo ha tomado mal del todo, es muy agradable. Además le hemos pagado las propinas obligatorias de la agencia (93 euros por persona; en total, 297 euros). Hemos subido al camarote, subimos mi padre y yo a la cubierta a tumbarnos en una hamaca, pero no había sitio a la sombra (había 44 grados) y hemos bajado a descansar al camarote y a escribir el diario y pasar las fotos a un pendrive (hago esto por si perdemos la cámara para tener las fotos a salvo).
Cada día en el camarote cuando nos hacían la cama, encontrábamos algún animal hecho con la sábana de la cama, esta gracioso. Este día nos encontramos un cocodrilo:
Fuimos a comer a las 13, esta vez de los primeros y comimos con un matrimonio y su hijo de Valladolid y con la chica sevillana, y en cuanto comimos, sobre las 14, nos fuimos a ver el templo de Kom Ombo, que estaba allí mismo al lado del barco, cruzando la pasarela y esquivando algunos vendedores, entre ellos niños. Uno de ellos nos preguntó nuestro nombre, se presentó y dijo que nos esperaba “a la vuelta”.
Vimos, pues, el templo, de origen griego de la dinastía Ptolemaica dedicado a Horus y a Sobek, el dios cocodrilo.
Tras las explicaciones del guía, vimos el templo e hicimos fotos, y hacía un calor horroroso, 45 grados. Tratábamos de ponernos a la sombra pero no siempre había. Hubo un momento en que el guía se fue al sol a hablar por teléfono y todos nos quedamos escondidos en la sombra, en una columna. Cuando se giró vio que no estábamos, jajaja. Nos llamó y nos costaba ir. Nos enseñó una especie de pozo que era un nilómetro, para medir las aguas del Nilo.
Después entramos al museo del cocodrilo, donde había algunos cocodrilos momificados. No se podía hacer fotos, y la estrada estaba incluida con la visita al templo. Se estaba fresquito allí, y se agradecía. Entramos en una tienda al terminar el museo y compramos una bola de nieve pequeñita (en todos los viajes nos gusta comprar una), un camello dorado, una figura del dios Anubis grande, y nos regalaron un imán, por 32,5 euros, tras regatear mucho y haciéndoles ver que no estábamos interesados, ya que al principio nos pedía cerca de 100 euros.
Volvimos al barco evitando a los niños, y descansamos hasta las 17.
A las 5 subimos los 3 a la piscina y nos bañamos, estuvo chulo, y no había nadie más que un niño mexicano un poco cansino con un amigo suyo que hablaba inglés. Como la piscina era tan pequeña, cuando se metieron ellos nos tuvimos que salir nosotros.
Estuvimos un rato en la tumbona que se estaba genial, y nos subimos a ducharnos hasta las 19,30 que bajamos a cenar. Cenamos cosas variadas con y nos acostamos en seguida para madrugar a las 1,30. El resto del grupo se fue al paseo en calesa por Aswan, ciudad a la que ya habíamos llegado.
Gastos del día:
Propina calesa: 1 euro.
Regalos Kom Ombo: 32,5 euros.
Propinas Karnak Travels: 297 euros.
Total: 330,5 euros.