DÍA 4.
A la salida Bovec-Canin (en esta población hay un teleférico) a las 9 estamos ya a 25º. Será ya una constante del viaje, temperaturas en torno a los 30 y superiores. Aparcamos enfrente del Camping Koren, en Ladra 1, una vez pasado el Napoleonov Most (Puente de Napoleón). En esta foto, hay que cruzar el puente hacia la izquierda y en las señales seguir hacia la izquierda de nuevo.
Hay paneles sobre la ruta del Kobariška zgodovinska pot en el mismo aparcamiento; puedes conseguir información y mapas en estas webs:
www.kobariski-muzej.si
www.soca-valley.com/ ...011025977/.
El aparcamiento es de pago, por un tiempo de 1.5 horas, aunque nosotros tardamos bastante más en volver.
Kobarid tuvo un lugar destacado durante la Guerra Mundial, por la batalla del mismo nombre, en 1917; se convirtió en el centro del territorio liberado, la República de Kobarid.
La ruta propuesta por la oficina de turismo, el “Kobarid historical trail” es de 5 km y de una duración de entre 3 y 5 horas. El punto de inicio es el Museo de la ciudad (nº 1), pasa por el Osario italiano (nº 2) donde descansan soldados italianos muertos en la Primera Guerra Mundial, situado en la colina de Gradic; a continuación sube hasta Toconov Grad (nº 3) y pasa ya por la línea de defensa italiana (nº 4), las trincheras al oeste del río Soča; el puente colgante (nº 5) nos cruza sobre la profunda garganta del río, con sus lagunas y rápidos. El plato fuerte es la slap Kozjak (nº 6). La vuelta se hace pasando por la margen este del río, que permite ver la otra línea de defensa italiana de la Primera Guerra Mundial (nº 7). El Puente de Napoleón y el Museo del queso son los últimos puntos del recorrido propuesto.
Nosotros no lo hicimos entero, solo paseamos por un tramo, partiendo del aparcamiento que hay tras el Napoleonov most. Vimos el nº 5 (puente colgante), el 6 (slap Kozjak) y el 7 (trincheras).
Desde el aparcamiento, salimos a pie en dirección contraria al Napoleonov y vemos a la izquierda la señal “Kozjak” junto a una señal de prohibido circular. Bordeamos el camping y empezamos por un camino que nos hace pasar por unos panales multicolor a la derecha y un puesto de queso a la izquierda.
El sendero transcurre por un camino de piedrilla blanca, a orillas del Soča, que ya despliega su poderío de color; luego se transforma en una zona arbolada y llegamos a las primeras trincheras italianas, en la margen derecha del río, con escaleras, pequeños túneles, memoriales al frente de Isonzo...
El puente colgante y las otras trincheras quedan a la izquierda. El río Kozjak hace presencia cuando llegamos al puente de piedra. Nos acompañan pequeñas caídas de agua y zonas a las que se puede bajar para darse un baño. Sobre todo niños y perros lo pasan genial. Es una ruta sencilla, llena de vegetación y el agua parece irreal.
Antes de la gran cascada, la Veliki (grande) Kozjak, hay una zona de rocas blancas grandes y de múltiples montañitas de piedritas que tan de moda están. Para llegar a ella, hay que pasar por unos tablones de madera, probablemente húmedos, que sirven de puentes, y por varias rocas hasta llegar a una escalera formada en la misma piedra. Nos podemos ayudar de un cable para subir. No nos pareció peligroso, solo hay que ir con cuidado.
Finalmente accedemos a una plataforma, estrechita para pasar de un lado a otro durante 3-4 pasos, en los que solo cabe una persona, aunque no es obligatorio llegar hasta el final. Nosotros sí lo hicimos y nos quedamos muertos al ver la Kozjak , imponente, derramándose escondida sobre la piedra y formando una pequeña laguna, rodeada de roca que recuerda a las cuevas kársticas. También se puede bajar y acercarse hasta ella, incluso bañarse. Por los alaridos que daban los que lo intentaban, dedujimos que el agua estaba fresquita.
De vuelta, bajamos a uno de los tantos claros en el río Kozjak, donde se había formado una “piscina” y donde nuestro niño se bañó como dios lo trajo al mundo: “Esto es hielo”-dijo, pero no pareció importarle demasiado. No tuvimos en cuenta que por esta zona hay que tener el bañador y toalla siempre encima.
Cruzamos el puente colgante, debajo del que hay gente bañándose y en piraguas. Este puente del año 98 sustituyó al de madera de la Primera Guerra Mundial. Será ya una constante en los varios ríos de la zona; cuando veamos la señal “Sosce pot” sabremos que nos lleva a pozas o lugar para el baño. Volvemos al inicio por el mismo camino, en vez de hacerlo por el lugar indicado en el mapa, que te lleva de vuelta pasando por las trincheras italianas de la margen izquierda y por el Camping Lazar.
Una visita para nosotros fundamental, sobre todo, por la sorpresa final de la cascada Kozjak, una de las más bellas que vimos en el país.
Antes de recoger el coche, cruzamos para ver el Puente de Napoleón, construido en 1750; recibió este nombre cuando las tropas napoleónicas lo atravesaron.
Con 30º nos vamos a orillas del río Nadiza, al restaurante Bar Labrca, en Tolmin (C/Volce 87), un lugar muy animado, con un gran comedor interior y otro en la terraza desde el que ver al niño jugando en el parque infantil abajo.
Después de comer unas creps vegetales, bajamos al río y estuvimos un buen rato tirados en el césped, mientras nuestro hijo se daba su segundo baño en agua eslovena. Nos llama mucho la atención, no estamos acostumbrados, pero es como una playa: la gente se lleva sus hamacas, sus flotadores (incluido el del unicornio, de moda este verano...). Hay aparcamiento gratuito al borde de la carretera, aunque bastante concurrido, porque la zona es también de acampada y hay una empresa de actividades acuáticas junto al restaurante.
Ya en Bovec estamos un ratito en el parque infantil de Mala vas, junto al Mercator, y damos un pequeño paseo por el centro.
A la salida Bovec-Canin (en esta población hay un teleférico) a las 9 estamos ya a 25º. Será ya una constante del viaje, temperaturas en torno a los 30 y superiores. Aparcamos enfrente del Camping Koren, en Ladra 1, una vez pasado el Napoleonov Most (Puente de Napoleón). En esta foto, hay que cruzar el puente hacia la izquierda y en las señales seguir hacia la izquierda de nuevo.
Hay paneles sobre la ruta del Kobariška zgodovinska pot en el mismo aparcamiento; puedes conseguir información y mapas en estas webs:
www.kobariski-muzej.si
www.soca-valley.com/ ...011025977/.
El aparcamiento es de pago, por un tiempo de 1.5 horas, aunque nosotros tardamos bastante más en volver.
Kobarid tuvo un lugar destacado durante la Guerra Mundial, por la batalla del mismo nombre, en 1917; se convirtió en el centro del territorio liberado, la República de Kobarid.
La ruta propuesta por la oficina de turismo, el “Kobarid historical trail” es de 5 km y de una duración de entre 3 y 5 horas. El punto de inicio es el Museo de la ciudad (nº 1), pasa por el Osario italiano (nº 2) donde descansan soldados italianos muertos en la Primera Guerra Mundial, situado en la colina de Gradic; a continuación sube hasta Toconov Grad (nº 3) y pasa ya por la línea de defensa italiana (nº 4), las trincheras al oeste del río Soča; el puente colgante (nº 5) nos cruza sobre la profunda garganta del río, con sus lagunas y rápidos. El plato fuerte es la slap Kozjak (nº 6). La vuelta se hace pasando por la margen este del río, que permite ver la otra línea de defensa italiana de la Primera Guerra Mundial (nº 7). El Puente de Napoleón y el Museo del queso son los últimos puntos del recorrido propuesto.
Nosotros no lo hicimos entero, solo paseamos por un tramo, partiendo del aparcamiento que hay tras el Napoleonov most. Vimos el nº 5 (puente colgante), el 6 (slap Kozjak) y el 7 (trincheras).
Desde el aparcamiento, salimos a pie en dirección contraria al Napoleonov y vemos a la izquierda la señal “Kozjak” junto a una señal de prohibido circular. Bordeamos el camping y empezamos por un camino que nos hace pasar por unos panales multicolor a la derecha y un puesto de queso a la izquierda.
El sendero transcurre por un camino de piedrilla blanca, a orillas del Soča, que ya despliega su poderío de color; luego se transforma en una zona arbolada y llegamos a las primeras trincheras italianas, en la margen derecha del río, con escaleras, pequeños túneles, memoriales al frente de Isonzo...
El puente colgante y las otras trincheras quedan a la izquierda. El río Kozjak hace presencia cuando llegamos al puente de piedra. Nos acompañan pequeñas caídas de agua y zonas a las que se puede bajar para darse un baño. Sobre todo niños y perros lo pasan genial. Es una ruta sencilla, llena de vegetación y el agua parece irreal.
Antes de la gran cascada, la Veliki (grande) Kozjak, hay una zona de rocas blancas grandes y de múltiples montañitas de piedritas que tan de moda están. Para llegar a ella, hay que pasar por unos tablones de madera, probablemente húmedos, que sirven de puentes, y por varias rocas hasta llegar a una escalera formada en la misma piedra. Nos podemos ayudar de un cable para subir. No nos pareció peligroso, solo hay que ir con cuidado.
Finalmente accedemos a una plataforma, estrechita para pasar de un lado a otro durante 3-4 pasos, en los que solo cabe una persona, aunque no es obligatorio llegar hasta el final. Nosotros sí lo hicimos y nos quedamos muertos al ver la Kozjak , imponente, derramándose escondida sobre la piedra y formando una pequeña laguna, rodeada de roca que recuerda a las cuevas kársticas. También se puede bajar y acercarse hasta ella, incluso bañarse. Por los alaridos que daban los que lo intentaban, dedujimos que el agua estaba fresquita.
De vuelta, bajamos a uno de los tantos claros en el río Kozjak, donde se había formado una “piscina” y donde nuestro niño se bañó como dios lo trajo al mundo: “Esto es hielo”-dijo, pero no pareció importarle demasiado. No tuvimos en cuenta que por esta zona hay que tener el bañador y toalla siempre encima.
Cruzamos el puente colgante, debajo del que hay gente bañándose y en piraguas. Este puente del año 98 sustituyó al de madera de la Primera Guerra Mundial. Será ya una constante en los varios ríos de la zona; cuando veamos la señal “Sosce pot” sabremos que nos lleva a pozas o lugar para el baño. Volvemos al inicio por el mismo camino, en vez de hacerlo por el lugar indicado en el mapa, que te lleva de vuelta pasando por las trincheras italianas de la margen izquierda y por el Camping Lazar.
Una visita para nosotros fundamental, sobre todo, por la sorpresa final de la cascada Kozjak, una de las más bellas que vimos en el país.
Antes de recoger el coche, cruzamos para ver el Puente de Napoleón, construido en 1750; recibió este nombre cuando las tropas napoleónicas lo atravesaron.
Con 30º nos vamos a orillas del río Nadiza, al restaurante Bar Labrca, en Tolmin (C/Volce 87), un lugar muy animado, con un gran comedor interior y otro en la terraza desde el que ver al niño jugando en el parque infantil abajo.
Después de comer unas creps vegetales, bajamos al río y estuvimos un buen rato tirados en el césped, mientras nuestro hijo se daba su segundo baño en agua eslovena. Nos llama mucho la atención, no estamos acostumbrados, pero es como una playa: la gente se lleva sus hamacas, sus flotadores (incluido el del unicornio, de moda este verano...). Hay aparcamiento gratuito al borde de la carretera, aunque bastante concurrido, porque la zona es también de acampada y hay una empresa de actividades acuáticas junto al restaurante.
Ya en Bovec estamos un ratito en el parque infantil de Mala vas, junto al Mercator, y damos un pequeño paseo por el centro.