DÍA 3 (CONTINUACIÓN).
Después de pasar una mañana irrepetible en Rakov Škocjan, nuestro siguiente destino era la garganta de Tolmin. Teníamos casi una hora y media de trayecto y 115 km, por lo que buscamos una parada intermedia para comer. En casa, trasteando mucho con los mapas de Google, dimos con un parque infantil en Nova Gorica, a una hora desde Cerknica; en el Mestni park, en la calle Ulica Tolminskih puntarjev, nos comimos algo que compramos en un Lidl cercano mientras nuestro terremoto, sin muestras de cansancio, aprovechó para divertirse en los columpios y en el tobogán.
Mientras conducimos hacia Tolmin empezamos a ver el cristal verde del río Isonzo o Soča, que llevamos a nuestra derecha. Este río nos acompañará en los siguientes días; con sus 140 km recorre parte del oeste esloveno y desemboca en la parte noreste italiana. No tuvimos más remedio que parar en el pueblo de Kanal, en el parking del Bar Rafaelo, para admirar el puente y el río imposible. Antes de llegar aquí, encontramos al borde de la carretera una fuente de Neptuno interesante, cerca de la iglesia y delante de la Pizzería Fontana, pero no pudimos parar.
Continuamos hasta Tolmin y Zatolmin. Para visitar la garganta de Tolmin se puede dejar el coche en el pueblo y coger el shuttle que sale a las horas en punto desde el parking detrás del museo de Tolmin, en Mestni trg. Otra opción es aparcar en la misma entrada de la garganta; el aparcamiento es gratuito. Hay baños también y fuentes de agua.
La entrada es de 6€ para adultos y de 3 para niños, aunque no nos cobraron por el nuestro. Dan un mapita en la entrada, que seguimos al pie de la letra. Aunque los números 2 y 9 parecen estar juntos por su posición en el mapa, realmente no lo están (el 9 está en un nivel superior, es el Devil´s bridge).
El paseo es sencillo, solo hay que subir y bajar algunas escaleras por un camino que se construyó hace medio siglo.
El punto 2 corresponde al arroyo termal que fluye en la cueva que está bajo el Devil´s bridge y no puede visitarse; tiene la particularidad de tener una temperatura superior (entre 18º y 20º) a la del propio río Tolminka, que no llega a los 10º. El motivo está en que el agua entra bajo tierra y se calienta con la energía geotermal. Este fenómeno es extraño en los Alpes Julianos.
El punto 3 señaliza también el Puente del diablo, un nombre común en Eslovenia que se da a los puentes que cruzan gargantas estrechas y profundas.
En el 4 se produce la unión de los ríos Tolminka y Zadlascica (donde vive la trucha mármol, punto 5), con sus respectivas gargantas, en la que es el área más baja del Parque Nacional de Triglav.
La cabeza de oso es posiblemente una de las imágenes más conocidas de la garganta Zadlascica y forma también un puente natural. Desde aquí hay que subir por una ligera cuesta si queremos ver la Cueva de Dante (8); si no tienes ganas de subir, a nosotros no nos pareció imprescindible, solo se pueden recorrer unos metros y está bastante oscuro.
A continuación cruzamos el Puente del Diablo (devil's bridge, 9), hoy de hierro y anteriormente de madera. Vimos coches circular por él, haciendo un estruendo que confundimos con truenos cuando estábamos abajo. Por la misma carretera que baja volvimos al punto de inicio.
Teníamos previsto hacer otras visitas en Tolmin, como subir al castillo (por la calle Pod Gradom) desde donde hay buenas vistas o hacer la ruta hasta la iglesia de Javorca, pero empezábamos a estar cansados, por lo que pusimos camino a Bovec por la carretera 102 hasta Kobarid, con pastos a cada lado de la carretera, vacas, graneros y los típicos paneles de colores. Vemos a lo lejos el Osario de Kobarid, al que nunca tendremos tiempo de subir, por más que lo llevábamos semiprevisto. Ya se presiente que estamos entrando en la zona alpina.
En Kobarid había un festival de rock y el pueblo parecía muy animado. Compramos en el Mercator de Makova Ulica 1 y aprovechamos para dejar el coche en el parking y dar una vuelta por los alrededores, inundados de gente joven ( y no tan joven) y chiringuitos.
De Žaga hacia Bovec paramos justo antes del most (puente) Boka, a la derecha. Un pequeño cartel señaliza que la slap Boka está a 15'. Pasamos tres casitas iguales con el tejado gris a dos aguas y la vemos desde el mismo lugar en que dejamos el coche. En la dirección contraria, Bovec-Žaga sí se indica con antelación a 1.3 km. Habíamos leído que no valía mucho la pena acercarse hasta ella y que se veía mejor desde la carretera. No nos terminó de convencer.
Nuestro apartamento en Bovec está en la carretera principal. Al llegar llamamos a la dueña y nos dice el lugar en que podemos encontrar la llave; Apartma Pr Maruši es muy coqueto, en la planta baja tiene la cocina con todo el menaje que te puedes imaginar, comedor, salón y baño; en la de arriba dos habitaciones con cama grande. No tiene aparcamiento, pero se puede aparcar en el parking del Mercator que está justo detrás, donde además hay un parque infantil, en Mala vas. Subiendo a la izquierda hay una panadería estupenda, que vendía panes por las mañanas a mansalva. Nos gustó estar aquí y a buen precio, porque el trío Tolmin-Kobarid-Bovec en Doline Soče (Valle del Soča) es carillo, dado lo turístico que es.
Mañana seguiremos conociendo más naturaleza espectacular.
Después de pasar una mañana irrepetible en Rakov Škocjan, nuestro siguiente destino era la garganta de Tolmin. Teníamos casi una hora y media de trayecto y 115 km, por lo que buscamos una parada intermedia para comer. En casa, trasteando mucho con los mapas de Google, dimos con un parque infantil en Nova Gorica, a una hora desde Cerknica; en el Mestni park, en la calle Ulica Tolminskih puntarjev, nos comimos algo que compramos en un Lidl cercano mientras nuestro terremoto, sin muestras de cansancio, aprovechó para divertirse en los columpios y en el tobogán.
Mientras conducimos hacia Tolmin empezamos a ver el cristal verde del río Isonzo o Soča, que llevamos a nuestra derecha. Este río nos acompañará en los siguientes días; con sus 140 km recorre parte del oeste esloveno y desemboca en la parte noreste italiana. No tuvimos más remedio que parar en el pueblo de Kanal, en el parking del Bar Rafaelo, para admirar el puente y el río imposible. Antes de llegar aquí, encontramos al borde de la carretera una fuente de Neptuno interesante, cerca de la iglesia y delante de la Pizzería Fontana, pero no pudimos parar.
Continuamos hasta Tolmin y Zatolmin. Para visitar la garganta de Tolmin se puede dejar el coche en el pueblo y coger el shuttle que sale a las horas en punto desde el parking detrás del museo de Tolmin, en Mestni trg. Otra opción es aparcar en la misma entrada de la garganta; el aparcamiento es gratuito. Hay baños también y fuentes de agua.
La entrada es de 6€ para adultos y de 3 para niños, aunque no nos cobraron por el nuestro. Dan un mapita en la entrada, que seguimos al pie de la letra. Aunque los números 2 y 9 parecen estar juntos por su posición en el mapa, realmente no lo están (el 9 está en un nivel superior, es el Devil´s bridge).
El paseo es sencillo, solo hay que subir y bajar algunas escaleras por un camino que se construyó hace medio siglo.
El punto 2 corresponde al arroyo termal que fluye en la cueva que está bajo el Devil´s bridge y no puede visitarse; tiene la particularidad de tener una temperatura superior (entre 18º y 20º) a la del propio río Tolminka, que no llega a los 10º. El motivo está en que el agua entra bajo tierra y se calienta con la energía geotermal. Este fenómeno es extraño en los Alpes Julianos.
El punto 3 señaliza también el Puente del diablo, un nombre común en Eslovenia que se da a los puentes que cruzan gargantas estrechas y profundas.
En el 4 se produce la unión de los ríos Tolminka y Zadlascica (donde vive la trucha mármol, punto 5), con sus respectivas gargantas, en la que es el área más baja del Parque Nacional de Triglav.
La cabeza de oso es posiblemente una de las imágenes más conocidas de la garganta Zadlascica y forma también un puente natural. Desde aquí hay que subir por una ligera cuesta si queremos ver la Cueva de Dante (8); si no tienes ganas de subir, a nosotros no nos pareció imprescindible, solo se pueden recorrer unos metros y está bastante oscuro.
A continuación cruzamos el Puente del Diablo (devil's bridge, 9), hoy de hierro y anteriormente de madera. Vimos coches circular por él, haciendo un estruendo que confundimos con truenos cuando estábamos abajo. Por la misma carretera que baja volvimos al punto de inicio.
Teníamos previsto hacer otras visitas en Tolmin, como subir al castillo (por la calle Pod Gradom) desde donde hay buenas vistas o hacer la ruta hasta la iglesia de Javorca, pero empezábamos a estar cansados, por lo que pusimos camino a Bovec por la carretera 102 hasta Kobarid, con pastos a cada lado de la carretera, vacas, graneros y los típicos paneles de colores. Vemos a lo lejos el Osario de Kobarid, al que nunca tendremos tiempo de subir, por más que lo llevábamos semiprevisto. Ya se presiente que estamos entrando en la zona alpina.
En Kobarid había un festival de rock y el pueblo parecía muy animado. Compramos en el Mercator de Makova Ulica 1 y aprovechamos para dejar el coche en el parking y dar una vuelta por los alrededores, inundados de gente joven ( y no tan joven) y chiringuitos.
De Žaga hacia Bovec paramos justo antes del most (puente) Boka, a la derecha. Un pequeño cartel señaliza que la slap Boka está a 15'. Pasamos tres casitas iguales con el tejado gris a dos aguas y la vemos desde el mismo lugar en que dejamos el coche. En la dirección contraria, Bovec-Žaga sí se indica con antelación a 1.3 km. Habíamos leído que no valía mucho la pena acercarse hasta ella y que se veía mejor desde la carretera. No nos terminó de convencer.
Nuestro apartamento en Bovec está en la carretera principal. Al llegar llamamos a la dueña y nos dice el lugar en que podemos encontrar la llave; Apartma Pr Maruši es muy coqueto, en la planta baja tiene la cocina con todo el menaje que te puedes imaginar, comedor, salón y baño; en la de arriba dos habitaciones con cama grande. No tiene aparcamiento, pero se puede aparcar en el parking del Mercator que está justo detrás, donde además hay un parque infantil, en Mala vas. Subiendo a la izquierda hay una panadería estupenda, que vendía panes por las mañanas a mansalva. Nos gustó estar aquí y a buen precio, porque el trío Tolmin-Kobarid-Bovec en Doline Soče (Valle del Soča) es carillo, dado lo turístico que es.
Mañana seguiremos conociendo más naturaleza espectacular.