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22 de Julio. Excursión a los islotes y tarde en Chora.
Una vez más, nos resulta maravilloso despertar en nuestra habitación Cavos y subir a ver cuáles son las nuevas anotaciones de María en las pequeñas pizarras que hay junto a cada producto. En los cuatro desayunos que llevamos, no se ha repetido ningún pastel salado. Hoy tenemos pizza-pan de jamón y queso, y nos hacemos también una ensalada de tomate, queso feta y olivas, que nos llevaremos para comer.
No tenemos muy claro el itinerario para hoy, por lo que hablamos con María para que nos oriente sobre alguna playa virgen a la que acudir. Agios Konstantinos está reservada para mañana, que hará meno viento, y hoy solo nos queda la opción de ir a Agrilidi. De camino a esta playa, paramos en el puerto de Analypsi, también llamado Maltezana pues he leído buenas críticas de la taberna Almyra, y pienso que puede ser un buen sitio para comer. Al parar, veo que desde ese puerto también sale la excursión a los islotes, y creo que, inconscientemente, se me queda esa idea como posible opción para el día de hoy.
Para ir a la playa de Agrilidi, hay que aparcar el coche junto la carretera y bajar por un camino andando. Cuando llegamos vemos una iglesia, que resulta ser la de agios Nikolaos, frente a la que estuvimos comiendo el día de la excursión en barco. También nos bañamos en esa playa, y no tenemos claro que nos apetezca repetir y pasar el día allí.
De repente se me ilumina la opción de ir al puerto de Analypsi y coger allí la excursión a los islotes. Realmente esa excursión es la que yo quería hacer desde un principio, y pienso que es la mejor alternativa, pues por lo que veo, aunque se visiten los mismos sitios, es diferente hacerlo en formato yate sin bajarse del barco que en formato barco con parada en cada islote. Así que nos dirigimos rápidamente al coche y de allí al puerto de Analypsi, donde vemos el barco y la gente montándose para la excursión. Llegamos justas, pero ¡llegamos! El precio estupendo, pues por 25€ hacemos la excursión las dos (15€ adulto + 10€ niño). Me gusta porque es un barco pequeño y somos unas 18 personas, lo que hace de la excursión algo muy familiar, salvando las distancias con la anterior. Pero no queremos comparar, sino disfrutar de lo nuevo que nos ofrezca este viaje para el día de hoy.
La verdad que es una excursión preciosa, y nos encanta poder acercarnos a cada islote. Primero vamos a Kounoupi, donde nos dan la opción de ir al islote en lancha o nadando. Allí pasamos una hora y alucinamos con el agua cristalina. Es de las aguas más claras que he visto jamás; no me canso de mirar el paisaje mientras refresco mis pies; increíble la calma que se respira en este lugar…
De allí nos dirigimos a Koutsomiti, donde paramos más tiempo para bañarnos y comer. En este islote hay un bar donde se puede comer, pero nosotras llevamos nuestro menú Tholaria y comemos a nuestro aire, tras darnos un baño. Después subimos a la montañita que permite ver el estrecho islote con sus dos zonas e mar adentrándose en la tierra, una de ellas con el mar en calma, donde está la poca gente que hay en la playa, y otra con el mar movido por el viento, que está vacía. Es un lugar muy especial y disfrutamos mucho de poder estar allí casi solos. Por lo que veo, la excursión que hace el barco de pera Yialos, realiza el itinerario en el orden contrario, por lo que al hacerlo con este otro barco, no coincidimos ni siquiera con la otra excursión, y eso lo hace más tranquilo aún. Cuando nos recoge el barco, estamos casi solos en esta playa. Me encanta.
Al regresar, el barco nos lleva a un entrante en el norte de la isla, inaccesible por tierra, parando para darnos un baño frente a la iglesia de Exo Vathi. A continuación vamos a las cuevas de Anatoliko Tmima Nisou, donde hace otra parada más larga para darnos un baño. El color del agua es precioso y la cueva chulísima; además, se puede cruzar un estrecho nadando, para meterse en la cueva y nos lanzamos a ello; una chulada.
Cuando volvemos al puerto de Analypsi están los pescadores que regresan de su jornada pesquera en sus barcos. Es un ambiente realmente auténtico en que vemos allí. Nos montamos en el coche para ir al hotel a prepararnos para salir a pasear y cenar.
Es nuestra última noche en Astypalea y queremos volver a subir al castillo para despedirnos de las maravillosas vistas. Vemos dese allí la puesta de sol y después callejeamos por el pueblo y podemos hacer fotos en los molinos. No tenemos claro dónde cenar, pero al ver un bar de gyros, nos apetece, y compramos para cenar en la terraza del hotel y despedirnos de el bonito rincón. Hoy es más pronto y no tenemos que encender el farolillo. Felices, nos vamos a dormir.
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