Ese día madrugamos más de la cuenta para salir pronto de Izmir. Ni desayunamos, a las 6:30 en marcha.
Izmir - Bergama: 1:40 / 107 km.
Pérgamo (Pergamon Antik Kenti) abre a las 8:30 horas, pero las carreteras turcas tienen lo suyo, jejeje.

En la taquilla adquirimos la Museum Pass.
Esta tarjeta permite, durante 15 días, visitar cientos de monumentos, yacimientos y lugares de interés de Turquía por 375 tl (menos de 60 € en agosto de 2019).
Sin hacer cálculos sobre el ahorro que supone, la principal ventaja es que no es necesario hacer colas en los monumentos. Se entra directamente a los tornos de acceso sin pasar por taquilla. Esto supone un ahorro de tiempo considerable (además de la comodidad).
Tiempo aproximado de visita: 3:30 - 4 horas (todos los sitios de interés de la ciudad de Bergama).
El recorrido lo hicimos en ese orden, estacionando el coche junto a cada lugar:
Ciudad antigua de Pérgamo: acrópolis, teatro (impresionante), templo de Serapis, templo de Trajano, etc.
Basílica Roja (un majestuoso templo en ruinas, aunque recientemente restaurado, encargado por el emperador Adriano en honor de las deidades Serapis e Isis, entre otras)
Asclepion (antiguo hospital).

A pesar de ser temprano el sol apretaba y la escasa, prácticamente nula, información turística no invitaban a alargar en demasía la visita.
Una pena, ya que son monumentos y yacimientos espectaculares y no ofrecen ni un mísero plano, itinerario o información alguna (excepto la de los escasos paneles informativos).
Poca afluencia, lo que se agradece. Muy satisfechos con la visita.
Visita obligada a Berlín para ver el Museo de Pérgamo, donde está expuesto, tal cual, el Altar de Zeus.
Una pena ver un solitario solar en la montaña, donde se encuentra su ubicación original.
En este museo alemán, además, se encuentran la Puerta de Mercado de Miletos o una de las puertas principales de la antigua ciudad de Babilonia, por ejemplo.
Y del teatro, ¡qué decir!
Uno de los más originales de Turquía y el más inclinado del mundo. Espectacular.
Tenía capacidad para 10000 espectadores, que tenía que bajar casi 70 peldaños, hasta llegar a una altura de 40 metros.
La biblioteca fue la más importante tras la de Alejandría.
Terminada la visita a la ciudad antigua de Pérgamo, una pequeña odisea para llegar al Asclepion, ya que el GPS se hizo un lío y quería 'callejear' por un mercado...

En la Basílica Roja encontramos una estatua que nos maravilló.
Se trata de Sekhmet, una deidad egipcia símbolo de la fuerza y el poder, representada con cuerpo de mujer y cabeza de leona (melena incluida).
Esta estatua, de más de 8,5 metros, sirvió junto a otras muchas como columna y apoyo del majestuoso tejado de la basílica, lo que prueba su uso como templo en honor a diferentes dioses egipcios.
En unas excavaciones durante los años 30 encontraron muchos fragmentos originales, por lo que han podido restaurar una de estas figuras, realizada con mármoles policromados provenientes de diferentes puntos del mundo.
A eso de las 12 horas partimos hacia Selçuk. Magnífica autovía, un gustazo, la mejor del viaje.
Bergama - Éfeso (Selçuk): 2:20 horas / 180 km.
Aparcamos el coche junto al Museo de Éfeso, pero lo reconsideramos y decidimos ir en primer lugar a la ciudad antigua.
En primer lugar visitamos la ciudad antigua (Efes Antik Kenti).
Tiempo aproximado de visita: unas 2,5 horas, a ritmo de audioguía.
Ésta tiene un coste de 45 tl, pero merece mucho la pena (a pesar de sólo ofrecer una escueta explicación de no muchos puntos de interés).
Itinerario aproximado: teatro, ágora, casas adosadas*, puerta y templo de Adriano, Ninfeo / fuente de Adriano, hydreon, avenida de los curetes, estatua de la diosa Nike, templo de Domiciano, palacio del agua, fuente, maqueta junto a la entrada superior del yacimiento, baños y termas, bouleuterion, etc.

La biblioteca de Celsus la dejamos para el final, a fin de contemplarla en todo su esplendor en el recorrido de vuelta, para acabar visitando el ágora y la iglesia de María (alejada, pero a pesar del cansancio merece la pena).
* La visita a las casas adosadas es imprescindible, a pesar de que siguen trabajando en su restauración y puesta en valor. Tiene un coste de 20 tl, pero con la Museum Pass la visita es gratuita.
Muchísima afluencia y calor. Esencial la hidratación continuada en estas fechas. Dentro de Éfeso venden las botellas a un precio más o menos razonable.
Cómo la Basílica de San Juan cerraba pronto, decidimos ir allí antes. En 45 minutos la visitamos tranquilamente, aunque con ganas de pasar allí todo el día. Dejamos el coche estacionado muy cerca.
Visita imprescindible a los restos de la iglesia bizantina erigida en honor al apóstol San Juan, que murió en Éfeso.

El acceso al Castillo de Selçuk se hace desde aquí, pero cierra muy pronto (a las 17 horas). Nos resultó imposible visitarlo.
Nos dirigimos andando al Museo de Éfeso, aprovechando que era el último lugar en cerrar (a las 19 horas).
Duración aproximada de visita:algo menos de una hora, hasta el cierre.

Fuimos paseando hasta la Mezquita de Isa Bey (cierra tarde), que estaba a escasos minutos. Dentro disponen de prendas para que los turistas puedan visitarla respetando las normas de vestimenta. Muy interesante.
Tan sólo dejamos atrás el Templo de Artemisa, con la idea de visitarlo al día siguiente.
Dimos por hecho que no sería raro que nos defraudara su estado actual (en virtud de los comentarios que habíamos leído), pero siendo una de las siete maravillas del mundo antiguo...¡había que ir!
Dimos algunas vueltas buscando algún lugar para cambiar moneda.
Algún local nos ofreció un cambio peculiar, pero desistimos.
Cenamos en Selcuk Pidecisi, siguiendo los consejos de Tripadvisor.
Fue una cena de contrastes.
Por un lado, el precio fue de risa. La cena más barata del viaje, con una rcp insuperable: la cuenta no llegó a 7-8 € para dos personas.
Impresionantes pizzas turcas.
Lo negativo, la atención recibida por uno de los camareros (el mayor).
Tuvimos que levantarnos continuamente, ya que parecía que el señor no tenía ganas de servir a los turistas a pesar de reclamar las comandas.
De partida nos dijeron que sólo pizzas, que no tenían los platos de cocina de la carta (pensamos que sería por la hora). Nos dio la impresión de que sirvieron platos posteriormente o casi simultáneamente, aunque no lo podemos confirmar.
Detalles como decirle a unos turistas que no había sitio y a continuación sentar a una familia local, por ejemplo, nos chocó bastante.
Pedimos ayran para beber, siendo la primera vez que la probábamos (que por cierto, nos enganchó).
El detalle de servirlo envasado / industrial a los turistas y el artesano en vaso los turcos nos resultó muy feo también.
En contrapunto, los camareros jóvenes nos atendieron perfectamente en inglés, de manera cordial e incluso nos invitaron a una pizza turca dulce de postre, detalle que sólo tuvieron con nuestra mesa.
Y así termina un magnífico e intenso primer día.