
Si no fuera porque ese día teníamos otro de los platos fuertes, me hubiera invadido una sensación de tristeza muy grande. Volvíamos y ya se habían acabado las sorpresas por los paisajes.
Por todo ello, nos propusimos parar en todos los sitios donde nos pareciera que el paisaje era bonito para hacer fotos y así, además, hacer algo de tiempo. Un ejemplo, es un volcán que hay muy cerca de Höfn, francamente precioso.
Sobre este tramo de carretera no os advertí de lo que sucede: como os había dicho, no hay prácticamente nada, solo naturaleza. Y, obviamente, en esta naturaleza viven las famosas ovejas islandesas. Y estos animalitos, no entienden de carreteras. Por tanto, cuidado, porque campan, como es natural, a sus anchas y os podéis llevar más de un susto! Nosotras tuvimos hasta que parar una vez hasta que consideraron quitarse!
Primeramente, paramos en Diamond Beach, en el lado por el que veníamos. Esta playa es espectacular por varios motivos. Larga playa de arena negra que, en vez de tener piedras o conchas tiene trozos de hielo. De ahí el nombre, porque brillan como diamantes. Todo un prodigio de la naturaleza.

A pesar de que os haga Sol, no confiarse porque el aire vuelve a ser bastante frio aquí!
Justo al otro lado del puente, está la Laguna de Jöjulsárlón. A los pies del glaciar, esta laguna (que jamás se helará porque desemboca en el mar y la sal lo impide) presenta espectaculares icebergs. Aquí teníamos contratada a las 13:30 una excursión en un barco anfibio por la laguna.
Cuesta unos 45€ por persona y, aunque se puede coger en el momento, es mejor asegurarse y reservarlo con antelación. Está esta opción y la de hacerlo en zodiac, aunque es algo más caro. Como llegábamos con antelación, cuando fuimos a validar nuestros tickets nos lo adelantaron a las 13 horas.
La excursión, de una duración aproximada de 40 minutos, se hace con unos chalecos salvavidas y un guía. El nuestro era un simpático brasileño llamado Alex que hablaba español, por lo que estuvimos hablando un rato de Madrid. En la excursión te dejan coger grandes trozos de hielo e, incluso probarlos, ya que va otro de la empresa con una barca recolectando. A pesar del precio, es recomendable, puesto que es un viaje único!
Nos explicó que este año estaban batiendo el récord de retroceso del glaciar y que en los últimos 100 años ha retrocedido 9km!!! una auténtica barbaridad y una pena ver cómo en un futuro, quizá no tan lejano, pueda desaparecer…


Tras esta gozada de excursión y tras haber comido, de nuevo, en el coche nuestro sándwich, cruzamos el puente con el coche para ir al otro lado de la Diamond Beach. Por cierto, ambos parkings son gratuitos.
Este lado, a mi gusto, es aún más espectacular que el otro. Los trozos de hielo te dejan sin palabras! A medida que vas alejándote del parking hay menos gente y es precioso encontrarse un hielo cada vez más diferente al anterior

Y mientras andábamos disfrutando del paisaje y del mar, viendo cómo la marea iba subiendo, de repente, vimos algo negro en el agua…. FOCAS!! No os miento si os digo que nos tiramos un buen rato paseando, viendo cómo las focas se dirigían a la laguna! Sin duda una de las partes que más me emocionó del viaje! No todos los días tienes la oportunidad de ver focas en su entorno natural en una playa negra llena de gigantescos trozos de hielo!

Nuevamente, me costó alejarme de este lugar tan mágico! Por lo que he leído en varios blogs, la gente suele hacer esta parte junto con el Parque de Skaftafell. Mi recomendación es que si tenéis tiempo lo hagáis en dos días diferentes para poder disfrutar sin prisas de los dos sitios. No porque no te den tiempo a verlos, porque los puedes ver si problemas, sino porque son lugares tan únicos que querrás disfrutarlos al máximo, para que se te queden bien grabados.
Una vez nos fuimos, hicimos varias paradas interesantes por el camino. La primera, fue una sorpresa total. Se trata de otra laguna glaciar, Fjallsárlon. Dejamos el coche aparcado en un parking, atraídas por los coches que allí había. Hay una caseta donde las puedes contratar distintos tipos de excursiones (había una que era un paseo en bote). Eso sí, aquí baños no hay para vuestra información!
El camino hasta llegar a la laguna no es muy largo y supongo que con los años menos lo será, porque por el efecto del calentamiento global cada vez se está derritiendo más el glaciar… la verdad es que el paisaje es, de nuevo, espectacular!

La siguiente parada fue en otra lengua de glaciar, pero siento decir que no recuerdo el nombre y no lo he encontrado en Google Maps. Dimos con él de la misma manera, al ver coches aparcados al lado de la Ring Road. Desde donde dejamos el coche, tuvimos que andar unos 10 minutos por unos sandurs, y allí tengo una de las fotos más bonitas de todo el viaje! Qué rabia no recordar el nombre! Pero está muy cerquita del anterior punto, estoy segura de que lo podréis encontrar. La lengua del glaciar es más pequeña que en otras ocasiones. Esto es lo gracioso de este país, que ves una cosa extraordinaria, pero ves tantas en el camino que, si son más pequeñas, te parecen nimiedades!

De allí pusimos el GPS rumbo a Núpsstaður. Se trata de unos edificios históricos del siglo XIX. Son las típicas casas islandesas, hechas de maderas en mitad de las rocas. La pena es que es una propiedad privada y no se puede entrar, por lo que solo se puede ver desde lejos, desde un pequeño desvío en la carretera.
Y ya estábamos de nuevo en nuestro querido “pueblo” de Kirkjubæjarklaustur. Queríamos primero ir al supermercado, pero no os sorprenderá si os digo que eran las 19 horas y ya estaba cerrado! Cerraron una hora antes… así que fuimos a comprar algo de cenar a la gasolinera! Éstas siempre tienen un pequeño supermercado para salir del paso.
Y, como ya veis que era pronto, volvimos a intentar lo de Kirkjúgolf… y por fin descubrimos el truco! Hay un pequeño parking (donde entran 5 coches a lo sumo) y una verja cerrada. Pues bien, se puede entrar sin problemas! Está cerrada porque está llenito de ovejas “correteando” pero la abrís y seguís el caminito que hay.
Este sitio se ve muy rápido pero es bastante curioso. Se trata de ver el suelo, ya que está formado por columnas poligonales de basalto. Y es todo obrita de la Madre Naturaleza! Ya era la tercera vez que veía este tipo de formación, y no me deja de maravillar cómo se forma. El significado es “Suelo de Iglesia” y hay un cartel donde te “reta” a buscar una formación con 10 lados. Por más que buscamos, no dimos con él, lo mismo era todo una broma y graban a todos los turistas buscando para reírse, quién sabe!

Pese a que no era excesivamente tarde, decidimos hacer el check in en nuestro Guesthouse, el peor de todos los que estuve, para poder descansar un poco más. Ya al día siguiente volvíamos a la civilización!