DIA 8. VERSALLES ✏️ Diarios de Viajes de Francia

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Amanece en el Camping internacional des Jablines, si ayer por la tarde se notaba una temperatura menor que en el Perigord, el amanecer lo confirma, se puede decir que hace fresquito para la época del año en la que estamos, alrrededor de 15 grados.

Voy preparando el desayuno mientras el sol va haciendo su trabajo y por primera vez disfrutamos de los espectaculares cruasanes que compramos en el súper, en donde la cola de compradores da fe del surtido de bollería recien horneada.


Una vez que hemos dado buena cuenta del desayuno y con el sol calentando ya con fuerza nos ponemos rumbo al famoso Palacio de Versalles, con sus enormes jardines. Decidimos ir en coche por lo que nos espera un traslado de cerca de una hora (64 kms) por la circunvalación parisina. Es nuestro primer contacto con la ciudad, aunque sea de pasada. Circunvalamos la ciudad y no podemos ver mas que los barrios alejados del centro histórico, hasta que, de repente vemos el Sena, la Torre Eiffel recorta su silueta contra el cielo, los niños están eufóricos cuando pueden ver en directo aquello que tantas veces han visto en imágenes.

Dejamos la circunvalación y nos adentramos en la población de Versalles, elegante y cuidada, tenemos metida en el GPS la dirección del Parking de la Avenida de Europa, muy cercano a la Plaza de Armas, principal acceso al Palacio de Versalles. El GPS nos avisa de que hemos llegado y nosotros no vemos ni rastro del parking, tras dar una vuelta a la manzana nos damos cuenta de que el parking de la Avenida de Europa es la propia avenida , por algo no tiene límite de altura, buscamos un hueco y pagamos en una de las máquinas expendedoras, sacamos el ticket para seis horas, cosa que fue bastante liosa.

LLegamos a la Plaza de Armas, una vez traspasada la La Verja de Honor que constituye el acceso principal del Dominio y separa el Patio de Honor de la Plaza de Armas. Con nuestras entradas al Palacio y los jardines adquirdas por Internet, buscamos la cola de acceso. Menos mal que ya tenemos entrada porque existen dos colas para acceder al Palacio, la de aquellos que no tienen entrada y la de los que, como nosotros, la hemos comprado on-line. La primera es una enorme fila que serpentea por la plaza a pleno sol. En la segunda, la nuestra, apenas una decena de personas hacemos fila. En dos minutos entramos en el recinto. La cola de entrada para visitantes con entrada adquirida por internet es la marcada como A, situada a la izquierda si estamos de frente al palacio.


Después de pasar por el detector de metales, dejamos nuestra mochila con los bocatas en la consigna y accedemos al patio interior para comenzar la visita al palacio.


Nos encontramos en el Patio Real desde donde accedemos al Patio de Marmol y de ahí directamente al Palacio de Versalles. Pese a que apenas son las 9:30 am, el palacio se encuentra repleto de visitantes, es por ello que no podemos dedicar todo el tiempo que nos hubiese gustado a visitar los Grandes Aposentos con todas sus diferentes dependencias, porque la muchedumbre te arrastra a moverte rápidamente para buscar zonas menos masificadas del complejo.


Empujados por la marea humana vamos llegando al punto culminante del palacio, la archiconocida Galería de los espejos, en la que nos detenemos unos minutos admirando lo que nos rodea. Si en el resto de las salas había gente, aquí mucha más, pero merece la pena disfrutarla sin prisas.


Un vistazo a la Capilla Real (que ya se veía desde el piso de abajo) y por fin, nos libramos de las multitudes y salimos al exterior para empezar el paseo por los jardines.

Hemos planificado la visita para hoy porque es día de Jardines Musicales, esto quiere decir que durante unos minutos las fuentes comienzan a funcionar al ritmo de la música clásica que procede de los altavoces situados estratégicamente por todo el recorrido. Salvo los días de Jardines Musicales y de Grandes Aguas, el acceso a los jardines es gratuíto. Aquí teneis toda la info necesaria.

bienvenue.chateauversailles.fr/ ...es/accueil

Como los jardines son inmensos y cada fuente funciona en un horario diferente conviene organizar la visita con la info que te dan en el acceso, la visita recomendada lleva no menos de 2 horas, nosotros no tenemos prisa ya que podemos dedicarle todo lo que resta de día.


Buscando la sombra de los árboles nos vamos trasladando por los diferentes estanques y fuentes en donde el agua baila al ritmo de la música, poco a poco (y sin visitar todos los conjuntos) nos acercamos al estanque de Apolo, en donde comienza el gran canal.


Nos encontramos ahora ante una pequeña verja (Verja de Venecia) que cruzamos para salirnos de los jardines y entrar en el parque de Versalles. Aquí ahí restaurantes y aseos, así como otros servicios de alquiler de bicis y coches eléctricos que nos parecen carísimos, por lo que tenemos que seguir caminando.


A orillas del gran canal nos tomamos un tentempie y decidimos continuar hasta el palacio del Grand Trianon.


En 1670, Luis XIV decidió eliminar la villa de Trianón, en el noroeste del parque de Versalles para construir un edificio que le permitiera huir de la Corte. Hacia allí dirigimos nuestros pasos. El recinto de el Grand Trianon se compone de un patio, un palacio y un conjunto de jardines y estanques: tiene en su entrada un gran patio llamado el «Cour d'honneur», enmarcado por un edificio dividido en dos alas conectadas por una galería de columna llamada el «peristilo».


Recomiendo mucho la visita al Grand Trianon si llevais tiempo suficiente, el palacio es mucho mas sencillo que el de Versalles, sin tanto boato ni ornamento, pero la sencillez y la luminosidad del mismo nos encantaron, además, apenas hay gente visitándolo, por eso la paz y tranquilidad que se respira aquí nada tiene que ver con el tumulto de Versalles.


A la salida el hambre aprieta, es hora de comer, seguimos caminando buscando el camino de regreso a los jardines y paramos en unos bancos a la sombra para dar buena cuenta de nuestros bocatas.

Volvemos a los jardines del palacio y lo hacemos por un punto diferente, por el estanque de Neptuno, de regreso al palacio visitamos alguno de los estanques que nos habíamos dejado en el tintero como el Bosquete de las Tres Fuentes o el Bosque del Teatro del Agua (el que menos nos gustó).


Con calma y buena letra regresamos al palacio y salimos al Patio de Honor, fin de la visita y regreso al camping, antes hacemos una paradita para aprovisionarnos para la cena y la comida del día siguiente, además de repostar.

Después de descansar un ratito y como el sol todavía aprieta decidimos darnos un chapuzón. Llegamos a la playa artificial y el ambiente no se parece al del día anterior, todavía hay bastante gente disfrutando del buen tiempo, los chiringuitos abiertos, familias enteras apurando el día de descanso. La temperatura del agua estupenda, sobre todo para los que estamos acostumbrados a las playas del Atlántico.


La jornada ha sido intensa y va tocando a su fin. Nos cenamos las brochetas de cerdo y pollo que compramos en el Carrefour, un cafecito y a dormir. París nos espera.

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