De nuevo la Bayer ticket y cogimos el tren sobre las 8,30 para llegar a las 10 y algo a Nuremberg. Esta ciudad, la segunda mas grande de Baviera, fue totalmente destruida en la segunda guerra mundial, pero posteriormente reconstruida, y tan bien que si no lo hubiéramos sabido, nunca habríamos pensado que algo así había ocurrido.
Nuremberg es una ciudad bonita, que se puede ver en un día, y toda la zona del centro se puede pasear y disfrutar sin necesidad de coger transporte. Las casas de entramado de madera le dan ese aspecto medieval de cuento, pero siendo una ciudad de tamaño considerable, no el típico pueblo.
Justo nada mas salir de la estación, enfrente teníamos la oficina de turismo. Pasamos por allí a coger un mapa y nos adentramos en el centro, el casco antiguo. Dedicamos la mañana a pasear por allí, pasamos por la Hauptmarkt, o plaza del mercado, pero era algo pronto y casi todos los puestos estaban cerrados, así que seguimos paseando. A la hora de comer nos acercamos a un restaurante muy recomendado en los diarios que había leído, el Bratwursthausle Bei St. Sebald, justo al lado de la plaza del mercado, y nos dieron mesa en la terraza, ya que hacía un día estupendo. Comimos muy bien, un Codillo muy tierno y las típicas salchichas de Nuremberg que a mi hija le encantaron.

Después de la comilona volvimos a la plaza del mercado, ahora ya con mas ambiente. Estuvimos dando una vuelta entre los puestos de artesanía, tomamos un helado, y fuimos dando un paseo a la parte alta de la ciudad, donde está el castillo (Keiserburg).




