En Jaisalmer dedicamos la mañana a visitar las havelís, y los templos jaines y el fuerte con nuestro guía local. Apodada "La Ciudad de Oro", está situada en una cresta de arenisca amarillenta (de ahí el nombre) que se encuentra en el corazón del desierto de Thar . Coronada por una fortaleza, que contiene el palacio y varios templos ornamentados y finamente esculpidos, de los más bonitos que he visto, no por su tamaño porque son más bien pequeños y están entre callejuelas sino por su belleza, sobre todo el interior.
En esta ciudad es mejor alojarse fuera del fuerte y os voy a explicar porque, para evitar la presión adicional para el sistema de alcantarillado arcaica del fuerte (tres de los 99 baluartes ya se han derrumbado a causa de filtraciones de agua en los fundamentos). Jaisalmer se construyó en una época que no concebía tanto crecimiento demográfico, turismo e infraestructuras modernas. En el último año, ha habido hoteles y residentes dentro de la fortaleza que han tomado iniciativas para ayudar con la restauración y evitar el desplazamiento. Pues Jaisalmer está gravemente afectada por la era moderna y es fundamental para la conservación de este conjunto histórico que se tomen medidas y se conciencie a la población.
Ya que vimos templos jaimistas os voy a hablar un poco de esta religión. El jainismo es una religión de la India, fundada en el siglo VI a. C. Se trata de una religión no teísta y no reconoce la autoridad de los textos Vedas ni de los brahmanes. En la actualidad, el jainismo está presente en la India oriental, centro occidental (Rajasthán,) y meridional. Se calculan aproximadamente unos cuatro millones de fieles jainistas, siendo la séptima en número de fieles entre las religiones de la India (un 0,4% de la población). El vegetarianismo estricto es un modo de vida para un jaimista, algunos incluso llegan al extremo de caminar con mascarilla para no matar insectos al respirar. Los jina-kalpa son las ordenanzas practicadas por los jainistas consisten en cinco votos: no violencia, veracidad, no robar, castidad y desapego de lo material. La religión jainista pone mucha atención en el aparigraha, el desapego de las cosas materiales a través del control de uno mismo, penitencia, abstención de la indulgencia, limitación voluntaria de las necesidades y consecuente disminución de la agresividad. Tambien hay que decir que hay mucho monje o guru falso, que esta allí para el turista que ca y le hace una foto y te pide dinero, si realmente fuera jainista no te pediria nada, recordar que ellos claman por el desapego de lo material.
También visitamos a las afueras el Gadsisar Lago, un lago artificial de agua de lluvia rodeado de pequeños templos y santuarios, desde allí hay una vista panorámica del fuerte y la ciudad muy bonita. Nos quedamos alucinados con los peces del lago, nunca había visto algo así, estaban todos amontonados como si fueran palomas, os pongo una foto ya que una imagen muestra más que mil palabras. La gente alimenta a estos peces nuevamente pensando que son reencarnaciones y pensando que trae suerte.
Hablando de los lagos, a los largo del viaje ya vamos viendo la verdadera importancia que tienen en la población Hindú. Todas las ciudades importantes han de disponer de su lago sagrado. Y es que en muchísimos rituales hindús el agua es fundamental, es purificadora, es lo que da la vida. Los hindús practicantes deben realizar cada mañana una ablución en agua, que es sumergirse y así te purificas (esto lo vimos sobre todo en Varanasi en el Ganges el rio por excelencia). Cuando un hindú muere (como debéis saber creen en la reencarnación) su cuerpo a de ser incinerado en una pira y sus cenizas esparcidas en agua sagrada, lo mejor es el Ganges, pero para el que no tiene dinero para realizar un viaje hasta Varanasi, lo hace en los numerosos lagos sagrados. En los lagos y ríos sagrados hay lo que se llaman Ghats, que son escalerillas en la orilla del agua, y allí es donde rezan, se sientan y hacen vida.
El fuerte de Jaisalmer es uno de los únicos donde aún vive bastante gente en el interior, la población no solo está alrededor del fuerte sino que en su interior hacen vida normal, hay tiendas, casas, restaurantes, etc. Cuando ya visitamos el fuerte y los templos salimos hacia la ciudad a ver las “havelís”. Como ya os comente en otra etapa, en la de Mandawa, las havelís son las casas de los comerciantes ricos, y como ya os dije hay de dos tipos de decoración las que son pintadas y las que son esculpidas, pues bien, las de aquí son esculpidas, muy ricamente esculpidas y muy bonitas.
El pueblo es bastante grande y poblado comparado con lo que habíamos visto hasta ahora (quitando nueva Delhi). Muchas agencias de viajes eliminan Jaisalmer de sus rutas debido a que es el punto más alejado del Rajasthan y si van escasos de tiempo por lo menos se pierden dos días, pero yo lo recomiendo fervientemente, no lo quitéis de vuestra ruta!
A la tarde dimos un paseo en camello por el desierto del Thar, y pudimos disfrutar de una puesta de sol preciosa. Como es normal en grupos de turistas allí nos siguió una comitiva de vendedores, en este caso sobre todo de refrescos que no están frescos (solo los primeros 10 minutos que es cuando aún no te apetecen), la coca-cola y fanta etc. Tienen diferente gusto que el de aquí. Después de una hora de camino nos sentamos sobre una duna y mientras veíamos ponerse el sol un grupo de gitanos indios nos deleitaban con un baile. Fue muy bonito, pero para ser justos tengo que decir que el mejor desierto de arena que he visto a sido en Marruecos el desierto de Erg Chebbi, con unas dunas enormes, lo que pasa es que el paseo en camello aquí es mucho más agradable y llevadero que allí.
Finalmente volvimos al fuerte para cenar de nuevo en una de las magnificas azoteas de Jaisalmer, una recomendación, si sois como yo con la comida india que os cansáis pronto y os apetece un poco de pasta no os hagáis ilusiones si en un restaurante pone “italiano” no tienen ni idea de hacer buena pasta, hasta que no llegamos a Nepal no pudimos probar un buen plato de pasta, y no digamos de un buen pedazo de carne.
En esta ciudad es mejor alojarse fuera del fuerte y os voy a explicar porque, para evitar la presión adicional para el sistema de alcantarillado arcaica del fuerte (tres de los 99 baluartes ya se han derrumbado a causa de filtraciones de agua en los fundamentos). Jaisalmer se construyó en una época que no concebía tanto crecimiento demográfico, turismo e infraestructuras modernas. En el último año, ha habido hoteles y residentes dentro de la fortaleza que han tomado iniciativas para ayudar con la restauración y evitar el desplazamiento. Pues Jaisalmer está gravemente afectada por la era moderna y es fundamental para la conservación de este conjunto histórico que se tomen medidas y se conciencie a la población.
Ya que vimos templos jaimistas os voy a hablar un poco de esta religión. El jainismo es una religión de la India, fundada en el siglo VI a. C. Se trata de una religión no teísta y no reconoce la autoridad de los textos Vedas ni de los brahmanes. En la actualidad, el jainismo está presente en la India oriental, centro occidental (Rajasthán,) y meridional. Se calculan aproximadamente unos cuatro millones de fieles jainistas, siendo la séptima en número de fieles entre las religiones de la India (un 0,4% de la población). El vegetarianismo estricto es un modo de vida para un jaimista, algunos incluso llegan al extremo de caminar con mascarilla para no matar insectos al respirar. Los jina-kalpa son las ordenanzas practicadas por los jainistas consisten en cinco votos: no violencia, veracidad, no robar, castidad y desapego de lo material. La religión jainista pone mucha atención en el aparigraha, el desapego de las cosas materiales a través del control de uno mismo, penitencia, abstención de la indulgencia, limitación voluntaria de las necesidades y consecuente disminución de la agresividad. Tambien hay que decir que hay mucho monje o guru falso, que esta allí para el turista que ca y le hace una foto y te pide dinero, si realmente fuera jainista no te pediria nada, recordar que ellos claman por el desapego de lo material.
También visitamos a las afueras el Gadsisar Lago, un lago artificial de agua de lluvia rodeado de pequeños templos y santuarios, desde allí hay una vista panorámica del fuerte y la ciudad muy bonita. Nos quedamos alucinados con los peces del lago, nunca había visto algo así, estaban todos amontonados como si fueran palomas, os pongo una foto ya que una imagen muestra más que mil palabras. La gente alimenta a estos peces nuevamente pensando que son reencarnaciones y pensando que trae suerte.
Hablando de los lagos, a los largo del viaje ya vamos viendo la verdadera importancia que tienen en la población Hindú. Todas las ciudades importantes han de disponer de su lago sagrado. Y es que en muchísimos rituales hindús el agua es fundamental, es purificadora, es lo que da la vida. Los hindús practicantes deben realizar cada mañana una ablución en agua, que es sumergirse y así te purificas (esto lo vimos sobre todo en Varanasi en el Ganges el rio por excelencia). Cuando un hindú muere (como debéis saber creen en la reencarnación) su cuerpo a de ser incinerado en una pira y sus cenizas esparcidas en agua sagrada, lo mejor es el Ganges, pero para el que no tiene dinero para realizar un viaje hasta Varanasi, lo hace en los numerosos lagos sagrados. En los lagos y ríos sagrados hay lo que se llaman Ghats, que son escalerillas en la orilla del agua, y allí es donde rezan, se sientan y hacen vida.
El fuerte de Jaisalmer es uno de los únicos donde aún vive bastante gente en el interior, la población no solo está alrededor del fuerte sino que en su interior hacen vida normal, hay tiendas, casas, restaurantes, etc. Cuando ya visitamos el fuerte y los templos salimos hacia la ciudad a ver las “havelís”. Como ya os comente en otra etapa, en la de Mandawa, las havelís son las casas de los comerciantes ricos, y como ya os dije hay de dos tipos de decoración las que son pintadas y las que son esculpidas, pues bien, las de aquí son esculpidas, muy ricamente esculpidas y muy bonitas.
El pueblo es bastante grande y poblado comparado con lo que habíamos visto hasta ahora (quitando nueva Delhi). Muchas agencias de viajes eliminan Jaisalmer de sus rutas debido a que es el punto más alejado del Rajasthan y si van escasos de tiempo por lo menos se pierden dos días, pero yo lo recomiendo fervientemente, no lo quitéis de vuestra ruta!
A la tarde dimos un paseo en camello por el desierto del Thar, y pudimos disfrutar de una puesta de sol preciosa. Como es normal en grupos de turistas allí nos siguió una comitiva de vendedores, en este caso sobre todo de refrescos que no están frescos (solo los primeros 10 minutos que es cuando aún no te apetecen), la coca-cola y fanta etc. Tienen diferente gusto que el de aquí. Después de una hora de camino nos sentamos sobre una duna y mientras veíamos ponerse el sol un grupo de gitanos indios nos deleitaban con un baile. Fue muy bonito, pero para ser justos tengo que decir que el mejor desierto de arena que he visto a sido en Marruecos el desierto de Erg Chebbi, con unas dunas enormes, lo que pasa es que el paseo en camello aquí es mucho más agradable y llevadero que allí.
Finalmente volvimos al fuerte para cenar de nuevo en una de las magnificas azoteas de Jaisalmer, una recomendación, si sois como yo con la comida india que os cansáis pronto y os apetece un poco de pasta no os hagáis ilusiones si en un restaurante pone “italiano” no tienen ni idea de hacer buena pasta, hasta que no llegamos a Nepal no pudimos probar un buen plato de pasta, y no digamos de un buen pedazo de carne.