- 14 de septiembre -
Maletas recogidas y último desayuno en el comedor del sótano del Taj Resorts de Agra.
Y ya salimos a la carretera para cerrar el círculo. Dirección Delhi.
En principio íbamos a salir en un vuelo al final del día. Pero nos resultó más económico salir de India a las 7 de la mañana aunque esto suponía pasar una noche en Delhi.
No teníamos pensado hacer niguna visita en Delhi, pero ante la insistencia de Rajés por acompañarnos, decidimos aprovechar el día perdido para pasar un rato revisitando el Qutub Minar, uno de los espacios que más recordaba de Delhi.
Dejamos Agra a las 9 de la mañana.
Circulamos por una aburrida autopista. Sin vacas, sin anécdotas ...
Tan solo una parada en una super tienda cafetería donde aún nos dejamos unas últimas rupias en unas preciosas figuras de madera.
Aquí, junto a un té masala, hicimos feliz a Rajés cuando comprobó con aprobación la reseña que escribí en Tripadvisor y que, según él. debía incluir algunas de las múltiples selfies que se hizo con nosotros en todos los rincones visitados. Parece que esto era para él más importante incluso que la propina !!. Entrañable personaje.
A la 1 del mediodía, bajo un sol de justicia que nos hacía añorar las nieblas de Sikkim, llegamos junto al
- QUTUB MINAR -
El minarete del siglo XIII construido en roja arenisca y mármol más alto del mundo ( 72,5 metros). El monumento islámico más antiguo de Delhi.
El antiguo espacio nos atrapa de nuevo desde el primer momento. Todo el amplio complejo Qutub conserva un aire de autenticidad que lo hace único.



Las piedras rojas entre verdes jardines. Los restos tan sugerentes de los monumentos de la antigua ciudad islámica. Y el tranquilo ambiente del entorno lo hacen una visita perfecta.
Andamos despacio entre visitantes locales. Desde el Minarete Inacabado hasta la preciosa Tumba de Iltutmish.


Vivimos entre viejas piedras, arcos y columnas medio caidas con la imagen omnipresente del esbelto minarete al fondo.



Y ya llegamos al gran patio de la Mezquita y contemplamos el misterioso contraste de las columnas hindús y jainistas de los antiguos templos rodeando el solitario Minarete cubierto con delicadas inscripciones islámicas.


Un delicioso viaje al pasado que nos deja totalmente satisfechos.
Y recordamos que, curiosamente, esta fué nuestra primera visita de India en aquel lejano primer viaje.


Ya es la hora del ritual " good restaurant " que tan bien domina Rajés. Y nos comemos el último biryani ...
A las 5 de la tarde despedimos al coche blanco y a su conductor en la humilde entrada del
- HOTEL OPERA NEW DELHI -
El hotel es uno de los muchos que hay en el caótico y poco interesante barrio cercano al aeropuerto. Es muy básico pero muy económico. Está limpio y la gran habitación de la planta baja nos viene perfecta para organizar el equipaje. No tiene ventanas con lo que podemos decidir cuando va a empezar la corta noche.
Pedimos unos sandvichs en la habitación y un taxi para las 4 de la madrugada. El servicio y el precio son buenos.
Y con la tranquilidad del deber cumplido, a las 9 de la noche, nos dormimos relajados en la última noche de India.
- 15 de septiembre -
El taxi llega puntual y a las 4 y cuarto del nuevo día ya estamos perdidos en el indio, enorme y caótico aeropuerto de Delhi. Mucho más caótico y difícil que en la llegada.
Poco a poco le vamos cogiendo el truco. Y encontramos el mostrador de Turkish donde nos sorprenden diciendo que el tramo Delhi-Estambul, está operado por Índigo ( de lo cual no teníamos ni idea ). Ya en el mostrador de Índigo todo se recoloca y conseguimos facturar sin problemas las grandes maletas y conseguimos nuestras tarjetas de embarque.
Los trámites y controles duran casi tres horas !!!. Por suerte nos habían avisado y tratamos de ir con tiempo... Llegamos a la puerta de embarque a 10 minutos de salir el avión.

Vuelo tranquilo. Tranquila escala de 3 horas en Estambul.
A las 6 de la tarde ya contemplamos conocidas caras añoradas en el aeropuerto de Barcelona.
Y así acaba India.
Así acaba este aplazado y poco convencional viaje.
Otra vez un perfecto viaje. Intenso y variado.
De lluvias y sol. De ruidos y silencios. De valiosas imágenes y emociones que nos hacen pensar que nunca nos vamos a cansar de INDIA.
Y la certeza que teníamos de que este era el último viaje a India, se va diluyendo cada vez más conforme pasa el tiempo.
Y tal vez ... Si la vida nos lo permite, tal vez volvamos algún día a decir
- NAMASTÉ INDIA -