Muy cerca de la Catedral en el centro histórico de Sevilla se encuentra uno de los íconos de la ciudad, el Real Alcázar de Sevilla. Un palacio amurallado cuya construcción se remonta al período árabe de la ciudad, que se notan en la yesería de sus paredes exquisitamente trabajadas, y en sus jardines, fuentes de agua y cerámicos. En su interior se puede ver también el aporte de los años posteriores a la ocupación musulmana por ejemplo en los tapices que realzan algunas salas, el admirable altar de azulejos o el retablo pictórico que se conserva en el Cuarto del Almirante, dedicado a la Virgen de los Navegantes.



El interior es bonito, sin lugar a dudas, pero los patios, jardines y fuentes son fabulosos. En sus jardines se pueden ver pavos reales con sus preciosas colas desplegadas.


