En el barrio de la Catedral fuimos al Zoco de los artesanos, un patio primorosamente ornamentado con las típicas macetas de flores de todos los colores y que contiene espacios donde los artesanos venden sus productos, muy lindo.

Córdoba se identifica por sus patios y no es para menos porque donde sea que encuentres uno, será hermoso, como el patio de la Iglesia de las Carmelitas descalzas, lugar donde si no me equivoco entramos para comprar una pastelería que venden las monjas que nos habían recomendado, realmente deliciosas.

La joya de la corona de Córdoba, la Mezquita Catedral de Córdoba, en pleno centro de la ciudad, un edificio enorme. El interior con muchas columnas al mejor estilo árabe, la torre del campanario en uno de sus ángulos que se ve perfecta desde el patio de los naranjos, hacen de este conjunto un lugar increíble y una visita imperdible en un viaje a esta ciudad.


Sólo hay que tener mucho cuidado con las gitanas que ofrecen leer las manos, son rapidísimas, eso que nosotras íbamos advertidas, todavía no sé cómo hizo la que me tocó a mí para agarrarme de la muñeca sin soltarme por más que yo tironeaba y le decía que no quería, igual como me tenía bien sujeta leyó mi mano, y después por más que yo le decía que no le había dado permiso de leerme las manos ella insistía en que le pagara, resumen para no tener que ponerme a los gritos y que viniera la policía o sus secuaces, le di lo que tenía a mano y se fue tan rápido que no la vi ni por donde se fue. Resumen me birló, como decimos en mi país, (sacó) 20 euros.
Mi amiga fue más rápida que yo y no permitió que la sujetaran. Así que están avisados, tengan cuidado porque no alcanza con negarse.
En las calles aledañas muy comerciales está la Virgen de los Faroles.
