Uno de los días que estuvimos en Sevilla cruzamos el Guadalquivir por el Puente de Triana para conocer el Barrio homónimo. Fue un hermoso paseo con unas muy bonitas vistas desde el puente.

Una de las cosas que queríamos conocer en este barrio es el mercado que se encuentra ni bien se cruza el puente ya del lado de Triana, un mercado bastante grande donde recuerdo que hemos comprado una pastelería que estaba muy rica.
El barrio de Triana es menos turístico que los del otro lado del Guadalquivir, no había casi turistas, lo cual a veces se agradece, caminamos por sus calles con total tranquilidad, nos sentamos a tomar algo en un pub de la avenida principal y todo casi sin gente.
Pasamos por su iglesia, con un frente muy bonito, que encontramos cerrada

Triana se caracteriza también por sus fábricas de cerámicas, preciosas.
Hay un callejón que se llama Callejón de la Inquisición porque según cuenta la historia por ese callejón pasaban los condenados por la Inquisición. Es un callejón angosto y cortito que termina a la vera del río.


Volviendo al otro lado del Puente de Triana, un día pasamos por la Universidad a la cual se puede entrar para admirar su patio. Ese día comimos pizza en un local justo enfrente de la Universidad que tenía muy buenos precios y la pizza bastante bien también, aunque la pizza como la hacen mis compatriotas no tiene competencia.


Me traje un recuerdo inolvidable de Sevilla, la caminamos toda, de arriba abajo, y todo me resultó absolutamente agradable, exquisito. Sólo quedó para la próxima ver un espectáculo de flamenco sevillano.