Primera visita del día, Marbella, situada a 10 kilómetros de Puerto Banús en apenas un cuarto de hora estábamos aparcando el coche en la zona del Parque de la Represa cercana al casco histórico.


Mientras íbamos descendiendo hacia el centro, Pasamos frente el conocido Tablao Flamenco Ana María los Chatos en la plaza Santo Cristo, he de reconocer que me sorprendió bastante el centro histórico, ya que siempre cuando oímos hablar de Marbella pensamos en grandes hoteles, playas y ocio nocturno.


Todas la calles está muy cuidadas, llenas de plantas por todos los rincones, con sus impecables casas encaladas de blanco y sin faltar las flores en los balcones.
En la bucólica Plaza de los Naranjos encontramos el ayuntamiento situado justo al lado de la oficina de turismo. Los alrededores de la plaza es el lugar ideal para relajase tomando un café o un chocolate con churros rodeado de arboles y flores.
A pocos metros de la plaza de los naranjos, bajando por la calle trinidad, se encuentra la plaza de la iglesia, donde visitamos en interior de la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación.


Nos hicimos algunas fotografías en las murallas del castillo construidas durante de los siglos XI y XII, unos de los vestigios más importantes de la civilización musulmana en su paso por la ciudad, están situadas al final de la calle Portada, siguiendo por la calle Arte y girando a la derecha por la calle Salinas hasta llegar a la plaza de la iglesia.


Desembocamos en el Parque de la Alameda, un remanso de tranquilidad rodeados de vegetación con la fuente de la Virgen del Rocío en su zona central, que separa la zona histórica con la zona moderna.



Al salir del parque fuimos paseando por la avenida del Mar, que da acceso al paseo marítimo y las playas, con 10 esculturas diseñadas por Salvador Dali fundidas en bronce por Bonvicini en Verona. Recorrimos una parte del paseo marítimo y poco a poco fuimos regresando al aparcamiento junto al Parque de la Represa zigzagueando por las calles del casco histórico.
Mijas
Nos dirigimos a Mijas, situado a unos 35 kilómetros de Marbella a una altitud de 430 metros, es un pintoresco pueblo blanco al estilo de Vejer bastante turístico también.

La primera sorpresa fue encontrarnos un gran cantidad de burros “aparcados” en la plaza de entrada a la ciudad, por lo visto es costumbre utilizar estos burros taxi para desplazarse por sus callejuelas.
Fuimos recorriendo sus estrechas calles todas ellas encaladas en blanco, con una gran cantidad de macetas pintadas de azul colgando de sus muros con variadas plantas multicolor. Al atravesar la calle principal pudimos comprobar que estábamos en un lugar extremadamente turístico, pues la calle estaba repleta con decenas de tiendas de souvenirs y restaurantes.


En el punto más alto visitamos la Plaza de Toros construida en 1900 de forma oval, encontrándose entre las más pintorescas de Andalucía. Menos mal que no hacia demasiado calor pues en Mijas nos hicimos un hartón de subir y bajar calles a cual más bonita.


Bajando la calle Málaga haciendo esquina con la calle San Sebastián, llegamos a la Iglesia San Sebastián, construida sobre la ermita del mismo nombre en el año 1674 gracias a las limosnas de sus feligreses.
Tras recorrer la mayoría de las calles principales del centro histórico y para terminar, visitamos el Santuario de la Virgen de la Peña, conocido lugar de peregrinación, en el cual dicen en 1586 se les apareció la Virgen de la Peña a dos niños.


Al atardecer pusimos rumbo hacia Málaga, para hacer una visita nocturna de la ciudad con su espectacular iluminación. Aparcamos cerca del parque de Málaga situado bajo la Alcazaba que con la iluminación nocturna se mostraba majestuosa ante nosotros.

Iniciamos el recorrido del casco histórico por la calle Larios autentico eje de la ciudad con todas las tiendas de moda habituales en la grandes ciudades, la cual va desde el paseo marítimo junto a a la plaza de la Marina hasta llegar a la plaza de la Constitución, una vez en ella giramos a la derecha por el pasaje de Chinitas, que da paso a estrechas calles repletas de bares con muchísimo ambiente.


Aprovechamos para cenar unas tapas en uno de los bares de la zona y una vez estábamos con las energías renovadas fuimos a visitar la Catedral de la Encarnación, situada en la plaza del obispo, es considerada una joya del estilo renacentista.


Debido al escaso tiempo del que disponíamos no pudimos hacer la visita completa a la ciudad, solo viendo varios de sus edificios y monumentos desde el exterior, de los cuales destacaría los siguientes : el Castillo de Gibralfaro, la Alcazaba, el Museo a Pablo Picasso, siguiendo con los museos, el centro Pompidou, el Museo Carmen Tyssen, el Mercado Central de Atarazanas, el teatro romano y un largo etcétera que espero poder disfrutar en alguna otra ocasión que disponga de más tiempo y poderlos visitar con tranquilidad.