Uno de los Cenotes de los que más habíamos oído hablar antes de ir a México, es el Gran Cenote, es el más "famoso" de Tulum y hoy comprobaremos si es tan impresionante como dicen.
El día amanecio lloviendo mucho, desayunamos con calma a ver si paraba, y esperamos un rato hasta que aflojó un poco y decidimos salir, pensábamos ir en bici pero como el tiempo estaba raro y teníamos que devolverlas temprano decidimos ir por la tienda y entregarlas antes de irnos al Cenote. Para ir al cenote teníamos que coger la camioneta que va a Cobá, el problema es que no la utiliza mucha gente y ellos esperan a llegar a unas 6 personas para salir, por lo que perdimos casi una hora esperando que saliera, costo 20 pesos el trayecto y eran 5 kilómetros o sea que en 10 minutos estábamos ahí.
La entrada al cenote cuesta 300 pesos, al igual que con el Cenote Calavera nos dijeron que hace unos meses costaba la mitad de lo que cuesta ahora, es un poco caro en comparación con todos los demás cenotes que hemos conocido.
Al entrar lo primero que hay que hacer es ducharse, bajamos las escaleras y ya estaba el cenote, impresiona mucho al verlo el agua es de un color azul súper bonito, con una decoración muy cuidada con plantas y puentes.
No hay mucho sitio donde dejar las cosas, ni donde sentarte alrededor del cenote, nosotros dejamos las cosas en un lado y nos metimos a disfrutar de esta maravilla.
A la izquierda tiene una cueva cerrada con el techo lleno de picos, luego tiene una parte abierta con rocas debajo y tortugas pequeñas nadando alrededor de la gente, acaba esta parte en un tipo muelle.

Luego nos metimos por el otro lado, empieza en una cueva abierta tipo un túnel que acaba en una zona abierta con el suelo de arena, que hace que el agua se vea muy clarita y transparente. Esta parte es la más fotogénica, tiene unas barandillas muy bonitas de madera, varios árboles que lo rodean y el agua apenas nos llegaba a la cintura. Por suerte no había mucha gente y pudimos meternos varias veces, disfrutarlo mucho y sacar muchas fotos.


Fuimos a comer a la zona de césped de la entrada que hay una palapa con mesas y sillas, habíamos llevado comida y fue un acierto porque no había nada para comprar ahí.
Después de comer empezó a llover muchísimo, nos resguardamos en unas palapas pequeñas que habían al otro lado del cenote, pero después de casi una hora al ver que no iba a parar decidimos irnos a la entrada en busca de algún transporte que nos devolviera al centro. Nos dijeron que ya no pasaban camionetas y la única opción que quedaba era coger un taxi. Preguntamos a un taxista que estaba ahí aparcado y nos dijo que nos llevaba por 150 pesos, compartimos el taxi con un chico que estaba ahí y nos costó a 50 cada uno.
Pensábamos ir a algún otro sitio este día pero como el tiempo estaba malo, no pudimos hacer mucho más. Las calles estaban inundadas, el agua cubría las aceras, así que fuimos al súper a comprar algo para cocinarnos en el Hostel así no teníamos que volver a salir si volvía a llover como antes.