Primer día de la última etapa en Japón. Las fuerzas ya empiezan a fallar, la tristeza nos empieza a invadir, pero... para nada nos desilusionamos. Amanece un día maravilloso y tiramos hacia el templo Senso-ji, en más famoso de Tokyo.
Desde Shinbashi, donde tenemos la parada de metro compramos un pase para un dia de Metro Tokyo (recordemos que el JRPass se nos acabó en Nikko) y nos vamos a la parada de Asakusa.
Nos bajamos y hay que recalcar que nos resultó bastante difícil orientarnos, hasta que (burros de nsotros) vimos un señalón inmenso que ponía Senso-ji , xDD Total que para allá vamos.
Lo primero que encuentras es una puerta grande roja, con el farolillo gigantesco en medio; ésta puerta da a una calle larguisima toda llena de tiendas de recuerdos donde darle un buen palo a la tarjeta de crédito. Decidimos dejarlo para la vuelta.

Y llegamos al templo, tan solo decir que la puerta de entrada es maravillosa, como la primera de antes de la calle de recuerdos, pero gigantesca; y el farolillo de enmedio, más grande aún. Eso sí, estaba llenito de gente el dichoso templo.
Pero tras pasar la puerta, la gran decepción, el templo principal, está en reformas y está completamente cubierto por una lona; así que no vemos nada


A la vuelta, sí que toca pararse en las tiendas donde compramos un gatito Japonés regordete que es mu mono y que ahora adorna nuestro salón. Caen más cositas, mñequitas Japonesas, adornos, etc...
Aun es pronto, así que decidimor ir a ver los Jardines del Palacio Imperial, que no están muy lejos. Como tenemos el pase del metro, ale... pallí que vamos.
Nada más llegar, en la entrada, te dan un ticket, que has de devolver al salir (el acceso es gratuito). Los jardines no están nada mal y son inmensos. Al Palacio en sí evidentemente no te dejan entrar, tan solo a los jardines, y la parte oeste nada más.
Lo que más me gustó es una parte pequeñita que es como un jardín Japones. Muy acojedor, y en el que había poquita gente. estuvimos muy bien allí.
Luego había otra parte, que era todo una megaexplanada toda verde, en medio de la cual habían los restos de lo que había sido el primer palacio imperial, que fue destrozado por bombardeos.

La verdad, es muy bonito, pero no lo considero una visita obligada.
Después de esto, a comer. Nos metemos en un edificio bastante pijo, en el cual pone que en la sexta y séptima planta hay restaurantes. Y vaya si los hay, con unas vistas excepcionales de Tokyo, nos metemos en uno donde nos machacamos unos soba con tempura espectaculares. Además, nos trajeron algo de Maki de aderezo jejejeje.
Por la tarde 2 objetivos, ver el parque de Ueno y volver a Akihabara a acabar con las compras.
Ueno es precioso, de visita obligada si vas a Japon, es un parque al estilo la Ciudadela con templitos por dentro perdidos y con un estanque grandioso donde hay barquitas. Es un retazo de tranquilidad en el burullo de Tokyo.
Nada más llegar nos encontramos con un frikazo de mucho cuidado, que no hace otra cosa que meterse un guante en la cabeza y empezar a hincharlo con la nariz. La partida de caja, fue brutal...

Después nos dedicamos a pasear tranquilamente por el parque, descrubimos una serie de puertas Torii al más puro estilo Fushimi Inari que llevan a un templo escondido, dedicado al Dios Inari. Está metido como en una cueva, es brutal.
Seguimos andandoy llegamos al estanque. Es brutal, está dividido en 2, una parte (la de la foto) está toda llena de nenúfares preciosos, que no dejan ni ver el agua. Y la segunda parte, llena de barcas, con forma de cisne o de coche, donde poder navegar tranquilamente con la pareja. Decidimos sentarnos un rato en el lago, viendo las parejitas en las barcas y disfrutando de la tranquilidad.

Después de ésto nada más que explicar, decidimos ir a Akihabara a acabar las compras freaks y electrónicas y después a dormir pronto, porque mañana nos levantamos a las 5; nos vamos a ver la Lonja de pescado de Tsukiji!!!