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Después del fracaso del día anterior en Takayama. Decidimos quedarnos éste día en Kyoto para acabar de ver lo que nos falta de ésta grandiosa ciudad.
Y ... vaya si nos faltaban cosas!!!!!!!!!!
Para empezar, vamos al Palacio Imperial (estaba a escasos 3 minutos del hotel) para descubrir que para poder entrar hay que pedir cita antes. Ya lo sabiamos, pero bueno, tampoco era de aquellas cosas que nos moríamos por ver.
Así pues, nos encaminamos al Kiyomizu-dera. És un templo que fue candidato a ser una de las 7 nuevas maravillas del mundo (lamentablemente no lo consiguió).
La característica más importante de éste templo es que está en una montaña y tiene una terraza que literalmente está sujetada por maderas las cuales no tienen ni un solo clavo!!! todo se sostiene por su propio peso.
El sitio es una pasada, y llegar facilísimo, como siempre en Kyoto, o sea en BUS.
La subida es un poco cansada, porque es una cuesta importante, pero las espectaculares vistas desde arriba de Kyoto , hacen que merezca la pena.
Arriba encontramos el templo del amor, que se caracteriza por tener las 2 piedras del Amor. La leyenda dice que si puedes llegar caminando de una piedra a otra con los ojos cerrados, pronto encontrarás el amor
:DLa calle que lleva al Kiyomizu, está repleta de tiendecitas para comprar recuerdos. Y de artesanía!!! Nos pusimos las botas, jejeje...
Después de disfrutar del Kiyomizu, bajamos a ver el templo de Sansusanjendo (al lado de la estación). Una pasada de templo. Es el edificio de madera más largo del mundo (eso dicen) y dentro alberga una estatua gigante de Kannon rodeada de 1011 guardianes (cada guardián es una estatua del tamaño de 1 humano). Imaginaos el espectáculo.
Lástima que no dejen tirar fotos, porque realmente el templo merece la pena.
Visto ésto, vamos a Gion a comer. Ésta vez, toca fideos, en este caso unos Soba buenisimos.
Por la tarde , decidimos ir al Castillo de Nijo. En pleno centro de Kyoto. Lo que más me impactó de éste Castillo (no tan espectacular,. ni mucho menos, como el de Himeji), es el suelo; es una madera, colocada de una forma especial por los samurais para que cuando la gente ande, la madera "cruja" con sonido de pájaro (ruiseñor dicen ellos)
Es una pasada oir a la madera "piar", es una cosa curiosisima.
Mención aparte merecen los jardines. Son una pasada. Un verde genial con unos toques de jardín Japonés que son dignos de admirar.
En definitiva, el Castillo no es visita obligada de Kyoto, pero sí muy recomendable.
Después del Castillo , decidimos dejar la tarde para realizar compras de telas y artesanía. Disfrutamos como enanos comprando todo lo que quisimos y más para nuestro pisito.
Después de ésto lo de cada noche :D:D cervezita y a hacer botellon al lado del río, justo enfrente del Pontocho. Y a dormir... que ya toca
:D 
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