El tercer día también comenzó pronto. La excursión de Huskies la teníamos programada a las 09.15 h. e igualmente teníamos que estar en Lapland Safaris media hora antes.
Tras la rutina mañanera diaria, llegamos a las oficinas de LS y nos dan la ropa. Todo igual que el día anterior salvo por el casco. Y una vez llegaron todas las personas de la excursión, nos montamos en un minibus y ¡en marcha!
A la granja de huskies se tarda unos 10 minutos en llegar, está en frente de Santa Claus Village aproximadamente. Nada más llegar, nos dan una pequeña charla sobre cómo manejar el trineo y directos a conducir. Los perros se estaban volviendo locos cuando llegamos. Ya tenían ganas de tirar y efectivamente, en cuanto los sueltan... yuhuuuuuu!! ¡allá vamos a toda velocidad!

Reservamos el safari de 10 km. ya que así nos lo habían recomendado y yo también lo recomiendo. Es una experiencia increíble. A mitad de camino hicimos cambio de conductor y ya me tocó a mí. Vaya velocidad y qué paisajes. Alucinante todo.
Cuando aparcamos los trineos (1 hora de paseo aproximadamente) nos dejaron estar con los perros y acariciarlos. Mis hijos se volvieron locos y los perretes también. Les encanta que les acaricien y nos buscaban todo el rato para que les diéramos mimos. Nos hicimos mil fotos y nos dimos mil abrazos con los animales.

Más tarde nos pasaron a la cabaña a tomar zumo calentito y galletas. Nos contaron la historia de la granja y luego nos dejaron pasear por la misma mientras veíamos más Huskies. Mis hijos lo disfrutaron muchísimo y no querían volver, jeje.
Más o menos sobre las 11.30 h. llegamos a Lapland Safaris de vuelta y finalizamos la excursión por ese día.
En ese momento nos dimos cuenta un poco de la mala organización que habíamos tenido del viaje (sí y no), me explico. Era domingo y TODO (o casi todo) en Rovaniemi estaba cerrado por lo que no había mucho que hacer, salvo pasear, y la temperatura era de -17ºC por lo que hacía bastante frío como para estar a la intemperie.
Comenzamos a buscar un restaurante pero lamentablemente el restaurante Roka de Rovaniemi cierra domingo y lunes por lo que nos quedamos sin probar su comida (mala previsión por nuestra parte), seguimos buscando restaurantes y la mayoría cierra los domingos.

Después de estar un rato en el parque nos fuimos de vuelta a la zona comercial y decidimos comer en el mismo restaurante del día anterior pues es lo único que había abierto. Misma comida, mismo precio.
Después, fuimos a casa a por los trineos y volvimos al Angrybirds Park para tirarnos por las cuestas que habíamos visto.

La mala suerte vino a vernos y nuestra hija se hizo daño ya que se dio un golpe (estábamos haciendo mucho el loco) así que cogimos los trineos y de vuelta a casa paramos en el Irish Pub (que sí era hora de servir alcohol) y nos tomamos unas cervezas. Eso sí, a las 17.30 h. ya estábamos en casa calentitos.
Y mismo plan que el día anterior, peli, cervecitas y juegos de mesa. Hicimos el resto de cena que nos quedaba en la nevera y a dormir.
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Quiero hacer aquí un pequeño comentario para futuros viajeros. Nosotros miramos hacer la excursión de navegar en un rompehielos pero cuando fuimos a reservarlo no había plazas. Nuestra idea (si lo hubiéramos planificado con tiempo suficiente) era hacer las 2 excursiones en un día y el siguiente al rompehielos (porque el último era para dedicarlo a Santa Claus Village) pero no pudimos por el tema de plazas. La verdad es que nos mató tener tanto tiempo libre por las tardes pero no contábamos con las restricciones covid y con que, evidentemente, con tan bajas temperaturas, pasear por la ciudad no era un buen plan.