Laponia, 5 días con niños ✏️ Blogs de Finlandia

Después de algo más de un añito de pandemia en el que en la familia hemos decidido no viajar, por miedo, por riesgo, etc. ¡por fin! hemos retomado nuestro pasatiempo favorito. (¡Bien!).

A través de este diario pretendo contaros nuestra aventura familiar por Laponia con 2 niños (7 y 4 años) y así animar a familias como yo a que se atrevan a realizar esta gran aventura.

Dejo también precios para que podáis valorar los gastos (tema siempre importante).

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A finales de septiembre de 2021 me llegó una oferta al correo electrónico para volar a Rovaniemi. Hablé con mi marido sobre si había llegado ya la hora de retomar los viajes y nos decidimos. La oferta nos parecía bien: 1.030€ los vuelos desde Madrid haciendo escala en Helsinki. Las fechas, pues como en Navidad lamentablemente no podemos tener vacaciones, elegimos el puente de noviembre. Quedaba apenas 1 mes para nuestro viaje y teníamos mucho por organizar.

Lo primero de todo fue consultar este maravilloso foro para tener toda la información posible. A través de un forero conocimos a Igor de VISIT LAPLAND. Un español que trabaja en la zona y ofrece excursiones allí. Igor es un chico muy accesible y que tras contactar por él a través de whatsapp nos dio una triste noticia: en noviembre NO hay nieve suficiente, por lo que las excursiones que queríamos (huskys, renos y moto de nieve) NO podríamos hacerlas

Agradeciendo su increíble sinceridad y siguiendo sus recomendaciones hicimos un cambio en los vuelos (ya que la tarifa lo permitía) y los agendamos para principios de febrero. Sus razones fueron que en Navidad todo está repleto de gente y los alojamientos y vuelos más caros. Nos convenció.

Lo bueno del cambio es que ahora sí teníamos tiempo para organizar el viaje.

Lo primero que hicimos fue buscar alojamiento. Lo hicimos a través de Booking ya que queríamos algo que permitiera cancelación gratuita y encontramos un apartamento bastante decente por un precio que nos convenía (Tuomas Luxirious Suites, Hilla por 472€ las 4 noches).

Nosotros queríamos quedarnos en el centro de Rovaniemi ya que no pretendíamos alquilar coche y una cabaña perdida en el bosque no lo veíamos.

Y ya con vuelos y alojamiento sólo quedan las excursiones y tras dar muchas vueltas y ver presupuestos nos quedamos con dos agencias: Nordic Unique Travels (que nos gustó que tuvieran opciones en español) y Lapland Safaris (que nos gustó la cantidad de opciones que dan y la confianza que generan).

Como íbamos en temporada baja dejamos para una semana antes la reserva de exursiones ya que dudábamos mucho. Finalmente, como dudábamos entre dos agencias, decidimos reservar una con Lapland Safaris y si nos iba bien pues seguir con ellos y si nos iba mal, cambiaríamos.

Y ya con todo más o menos organizado... ¡¡comenzamos el viaje!!

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Comienza nuestra aventura un viernes. Los niños no van al cole (hemos pedido permiso) y estamos todos EMOCIONADOS.
Comprobamos que llevamos todo (DNIs, seguro, los test de antígenos que nos pedirán a la entrada, el certificado de vacunación Covid) y ponemos rumbo a Barajas.

El vuelo de Finnair está operado por Iberia así que sale de la T4. Como no facturamos (llevamos sólo 4 maletas de mano) llegamos con menos de 2 horas a la terminal. Pasamos los controles pertinentes y re-desayunamos mientras esperamos a que llegue la hora de embarcar.

El vuelo fue muy normal, nos dieron una magdalena de almuerzo pero nosotros llevábamos unos bocadillos de tortilla de patata (muy español, jeje).

A mitad del vuelo el capitán nos dijo por megafonía que, debido a que volábamos con viento de cara, íbamos a llegar 20 minutos más tarde de lo previsto. Creo que la cara del 90% de los pasajeros fue un poema porque, al menos nosotros, teníamos una escala de 50 minutos para luego coger el vuelo a Rovaniemi.

Contacté con la azafata y me dijo que casi todos los pasajeros tenían el mismo problema y que lo más seguro es que en cuanto nos bajásemos del avión hubiera personal de Finnair para acompañarnos a la puerta de embarque. Nos tranquilizó un poco, la verdad. Eso y que nos dijo que si perdíamos el avión aún había otro vuelo más tarde a Rovaniemi en el que nos podrían recolocar.

Finalmente el avión aterrizó 20 minutos tarde tal y como estaba previsto y desembarcamos rápidamente para dirigirnos a la puerta de nuestro siguiente vuelo. El número de puerta ya nos la había dicho la azafata por lo que "sólo teníamos que correr". Yo fui la encargada de salir corriendo mientras mi marido y mis hijos venían algo más despacio detrás.

No os cuento la cara que se nos quedó cuando, de repente, vimos una fila de unas 200 personas aproximadamente para hacer el control de entrada a Finlandia por el que teníamos que pasar y donde comprobaban el certificado Covid y el test negativo.

Me acerque al policía del control y le dije que perdíamos el vuelo y su respuesta fue: "toda esta gente está igual que tú". Así que me di la vuelta y me puse a la "cola". En todo momento pasaba un trabajador del aeropuerto para darle prioridad a los pasajeros de los vuelos internacionales y cuando le decíamos que nuestro vuelo salía en 5 minutos nos decía: "no te preocupes que ya saben que estáis aquí".

Estuvimos unos 20 minutos hasta que pasamos el control y otra vez "volé" hacia la puerta de embarque (el aeropuerto de Helsinki es bastante grande) y cuando llegué 20 minutos tarde a la dichosa puerta ahí estaba el avión ¡esperándonos!. Le agradecí al personal de tierra que nos esperase y me contestó riéndose que sabían que el 99% de los pasajeros de ese vuelo estaba en el control y que nos iban a esperar a todos.

Finalmente entramos en el avión, cerraron las puertas y ¡rumbo a Rovaniemi!

Cuando llegamos a Rovaniemi y pusimos un pie en la calle, tuvimos que volver dentro del aeropuerto para ponernos los gorros y los guantes ya que hacía un frío horroroso.

Me acerqué a preguntar qué precio tenía ir al centro en autobús (un minivan que estaba aparcado) y nos dijo que 25€ los 4 pero que saldríamos una vez se llenase el bus. Inmediatamente después un taxista me abordó y me dijo que él nos llevaba con el taxi y que nos saldría por unos 30€ dependiendo del tráfico ya que pondría el taxímetro.
No lo dudamos en subir al taxi pues queríamos llegar cuanto antes al apartamento y la diferencia no nos parecía excesiva. Finalmente el taxi nos cobró 27€.

El apartamento que teníamos reservado está situado en la calle Valtakatu, a 5 minutos del centro y de las calles comerciales. Toda una sorpresa cuando llegamos y nos encontramos tan encantador alojamiento. Se trata de un apartamento pequeño pero con todo lujo de detalles. Consta de una habitación doble y un sofá cama. Una pequeña cocina integrada con todo tipo de utensilios (y comida) y un baño con lavadora/secadora. Muy muy acogedor y muy recomendable. El trato con los caseros fue de 10. Muy atentos en todo momento a nuestras necesidades. El apartamento cuenta con suelo radiante por lo que hace un calorcito divino cuando vuelves de pasar el día a tan bajas temperaturas.

Nada más llegar nos pusimos la ropa térmica y salimos corriendo porque queríamos ir a Nordic Unique Travels a ver si les quedaban plazas para la excursión de Auroras Boreales ya que aunque había KP2 (KP3 en algún momento) la previsión era de cielo nublado el resto de días.

Cuando llegamos allí les contamos nuestra situación (si bien yo había estado en contacto con ellos por e-mail en días anteriores y ellos me dijeron que cuando llegase a Rovaniemi me acercase por sus oficinas y valoraríamos in situ el mejor día para hacer la excursión) y nos recomendaron hacer la excursión en ese mismo momento. Como ya eran las 19.50 h. y ésta salía a las 20.00 h. nos tenían que confirmar las plazas. Sólo podíamos hacer la excursión que incluía tour fotográfico por lo que era más cara pero cuando nos confirmaron que todo estaba OK, pasamos la visa (360€) y ¡al lío!.

En NUT (Nordic Unique Travels) nos dieron el mono (overall) y las botas. No dijeron que dejásemos las cazadoras en sus instalaciones que no había problema y así lo hicimos. NO nos dieron guantes ni nada más. Tan solo overall y botas.

A nosotros nos llevó un chico griego muy simpático en su coche hasta el lago donde veríamos el majestuoso fenómeno natural. Allí hicimos unas fogatas donde luego calentaríamos salchichas de reno y nubes de azúcar.

Pasamos mucho frío y vimos las auroras muy leves. Nos hicimos fotos (menos mal que contratamos este tour porque con nuestros móviles no hubiera salido nada) y cenamos. Estuvimos unas 2 horas aproximadamente pues los niños (de tanta paliza de día y tanto frío que hacía) comenzaron a quejarse y el chico nos llevó de vuelta a las oficinas de NUT. El resto de personas de la excursión se quedaron unos 20 minutos más ya que no había previsión de más actividad solar y no merecía la pena.


Y tras devolver el material y recuperar nuestras pertenencias ponemos rumbo al apartamento para descansar ya que al día siguiente nos esperaban a las 9 en Lapland Safaris para hacer el Tour de moto de nieve y renos.

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El segundo día de nuestro viaje lo comenzamos prontito ya que habíamos quedado a las 09.30 h. en Lapland Safaris. La excursión comenzaba a las 10.00 h. pero hay que estar allí 30 minutos antes.

Nos levantamos pronto y me puse a preparar el desayuno. La noche anterior mi marido se había acercado a un supermercado 24 horas (Rosso) que habíamos visto en el centro cuando terminamos la excursión del día anterior. Compró algo de leche y galletas, pero no pudo comprar cerveza ya que sólo se puede comprar alcohol hasta las 21.00 h.

Mientras preparaba el desayuno y buscaba vasos y platos me encontré con un armario despensa donde había de todo: azúcar, sal, aceite, café e incluso cereales. Imagino que los caseros dejan productos de cortesía y, además, los huéspedes vamos dejando lo que nos va sobrando y no necesitamos. Al menos nosotros lo hicimos así.

Después de desayunar y asearnos viene la parte más importante del día: ¡vestirnos! La noche anterior habíamos pasado algo de frío así que esta vez decidimos prepararnos bien. Para que os hagáis una idea los niños y yo (mi marido es que es menos friolero) llevábamos un pijama técnico (comprado en el Lidl) que consiste en ropa súper ajustada de material sintético. Luego una capa de pantalón y camiseta térmica (del Decathlon), encima llevábamos un chándal (de estos que llevan forro polar por dentro) y luego el pantalón de esquí y la cazadora. Lo malo de abrigarse tanto es que tienes que hacerlo inmediatamente antes de salir de casa porque, de lo contrario, te cueces. Además de toda esta cobertura llevábamos guantes, braga/pasamontañas y gorro. En los pies 2 pares de calcetines, unos de material sintético y otros gorditos con la mayor cantidad de lana posible.

Y tras abrigarnos salimos rumbo a Lapland Safaris (7 minutos andando). La razón por la que reservamos esta excursión con esta empresa y no con otra fue porque nos permitía hacer la combinación de estas dos excursiones en una y nos parecía bastante decente todo. Ya habíamos leído que, de combinar, mejor motonieve y renos (en vez de huskies) porque pierdes algo y preferíamos perder en renos que en huskies. La excursión nos costó 486€.

Cuando llegamos a Lapland Safaris nos dimos cuenta de la magnitud de la empresa. Un edificio entero con espacios muy amplios. No había casi gente por lo que nos recibió el guía y los compañeros nos dieron la ropa para la excursión. El trato fue EXCELENTE. Ni punto de comparación con Nordic Unique. Nos recomendaron NO quitarnos ninguna capa, ni siquiera la cazadora (cosa que en NUT nos dijeron que sin ella y fue uno de los motivos por los que pasamos más frío de lo debido). Nos dieron: overall, calcetines de lana, botas (mucho mejores que las de la excursión anterior), guantes, pasamontañas, bufanda y nos ofrecieron gorro pero como llevábamos el nuestro dijimos que no. Además, para el tema de la motonieve nos dieron los cascos y para los niños unos cascos con gafas.


Y ya con todo el material encima nos vamos a la motos!!! El niño pequeño casi no podía andar de la cantidad de ropa que llevaba así que le tuvimos que ayudar. Los niños iban en un minitrineo tirado por el guía y mi marido y yo compartíamos motonieve.


Yo le dejé conducir a él este primer tramo ya que sabía que le hacía mucha ilusión. Las motonieves salen de allí directamente y lo primero que haces es meterte en el río congelado e ir por encima todo el rato. Los paisajes son una pasada y la experiencia inigualable. Tras un ratito por el río ya nos adentramos en el bosque y el paisaje cambió totalmente pero era aluncinante. Una auténtica PASADA. Más o menos, después de conducir unos 30-40 minutos llegamos a la granja de renos. Allí nos atendieron estupendamente. Nos ofrecieron zumo caliente (que es una maravilla a esas temperaturas) y entramos en una Kota a que nos contasen información sobre los renos.
Después salimos para dar un paseo en trineo.


Montamos cada adulto con un niño y les dejamos que ellos agarrasen la cuerda para que así "llevasen ellos el trineo". El paseo no duró más de 3-4 minutos y estuvo genial. Nos hubiera gustado algo más largo pero hubiésemos tenido que contratar cada excursión individualmente y no teníamos claro que estar 1 hora en un trineo tirado por renos fuera algo que nos emocionase a todos.

Después del leve paseo nos llevaron a una casita donde siguieron dándonos información sobre las granjas de renos y nos dieron café, zumo y galletas. Una maravilla calentita que necesitábamos con los -19ºC que había fuera. Una vez que terminamos y salimos de la cabaña fuimos a ver a los renos y darles de comer. Había que bajar una escalera o podías tomar el plan B que era deslizarte en trineo por una rampita y ¡¡allá que vamos!! Fue complicado decir a los niños que no podían volver a subir para tirarse otra vez pero el guía nos dijo que teníamos que marchar ya (aún así nos tiramos rápidamente 2-3 veces, jeje).

Y tras ver a los renos y darles de comer pusimos rumbo de vuelta con la motonieve. Esta vez el camino no fue por dentro del bosque. Simplemente fuimos todo el rato por el río y claro, ¡a más velocidad! Mi marido lo disfrutó muchísimo.

Cuando regresamos, nos desvestimos (que siendo 4 se tarda un ratito) y devolvimos la ropa. Yo hablé con mi marido pues la idea inicial era que, en función de esta excursión, ya decidíamos si la de los Huskies la reservábamos con Lapland Safaris o con NUT.
No hubo mucho que decidir ya que lo teníamos claro. Por la profesionalidad que acabábamos de tener, la ropa que nos dejaban y la organización ganaba por goleada LS.

El único inconveniente era el precio (eran 100€ más caros) pero afortunadamente podíamos permitírnoslo así que antes de salir, cerramos la excursión con ellos para el día siguiente. Cogimos la excursión "Husky Safari 10 km." y nos costó 612€ en total.
Una vez reservada la excursión, ya eran casi las 12.00 h y decidimos salir a dar un paseo y ver dónde podíamos comer. Lo del paseo es un decir ya que con las temperaturas que había tardaron 5 minutos en quitársenos las ganas de pasear. Decidimos entonces ir al supermercado del centro comercial para comprar algo más de leche, fruta y algo para cenar ya que, debido a las restricciones por el coronavirus los restaurantes cierran a las 18.00 h. ¡Menos mal que habíamos cogido apartamento!

Después de llevar la compra a casa pusimos rumbo al restaurante Kauppayhtio que estaba a la vuelta de la esquina ya que había leído que estaba muy bien de precio y tenían una muy rica hamburguesa de reno. La gente no engaña porque ¡comimos súper bien! 2 menús infantiles, 2 hamburguesas de reno y 2 cervezas por unos 60€. Algo caro pero lo normal en la zona.

Ya eran casi las 15.00 h y no sabíamos qué hacer. Estaba medio nevando y anocheciendo. De repente se nos ocurrió coger los trineos que había en casa y salir al parque que hay en frente y hacer un poco el cabra. Los niños estaban encantados con la idea así que ¡¡allá vamos!!


Lo pasamos FE NO ME NAL. Nos reímos muchísimo y disfrutamos un montón tirándonos en trineo. Nos caímos mucho, rodamos otras cuantas veces y pasamos frío pero nos divertimos muchísimo. Pero cuando el frío comenzó a hacer mella en nuestro cuerpo decidimos dejar los trineos en casa y ¿nos vamos a por una cervecita al Irish Pub? ¡Pues claro!

Llegamos al Irish a las 17.05 h. y nada más entrar nos dice la camarera que cierran a las 18 pm y que desde las 17 pm. NO sirven alcohol. ¡Pues vaya! Nos quedamos un poco tristones pero con ese percal no queda otra que volver a casa.

Y ya calentitos en casa, después de una ducha, encendimos la TV y ¡oh, sorpresa! hay Netflix!! Habíamos pensado poner nuestras claves (o enganchar el chromecast) pero no hizo falta. Pusimos peli, abrimos bolsa de patatas y un par de cerves y un ratito en familia.

Después de ese plan calentito, hicimos la cena, un par de juegos de mesas que llevábamos y ¡a dormir!

El día había sido largo y estábamos cansado así que caímos todos rápidamente en manos de Morfeo...

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