Amanecemos en Chinon y Cora, como cada mañana, aprovecha el tener la ventana en la cama. Es una cotilla de manual, así que esto es como el paraíso para ella.
En cuanto nos despejamos un poco hacemos ruta hacia Villandry, haciendo por el camino una breve parada en Langeais. No pretendemos ver el castillo por dentro y para variar, está en obras, lo que nos decanta aún mas por la opción de no visitarlo.
Lo que una se las ve y se las desea para conseguir una foto sin andamios ni vallas de obra si que es para hacer un diario...
Aprovechamos el gusanillo para comprar en una pastelería frente al castillo una pequeña lemon pie (mi postre favorito) un mousse de chocolate blanco con frambuesa y mini macarons... y justo cuando voy a pagar el dueño saca una bandeja de croissants recién hechos y... ¡esto es Francia! Tengo que pecar.
Ya con el estomago lleno nos dirigimos hacia Villandry. Era una de las visitas que mas ganas teníamos de realizar y... (spoiler) si vais en temporada baja... podéis ahorraroslo. Se puede aparcar fácilmente en la carretera, hay espacio a ambos lados, aunque el parking es exclusivo para coches (tiene barrera de altura).
La entrada para visitar los jardines cuesta 7.50€ por persona y se puede acceder con perros sin problema siempre que permanezcan atados en todo momento.
La vista nada mas entrar ya no auguraba nada bueno...
Suponemos que en cuanto avance la primavera/verano debe ser espectacular... pero en pleno febrero a pesar de hacer un día genial... te deja un poco frío. Es una de las pocas partes malas de viajar en temporada baja. A veces te llevas chascos así.
Dar el paseo completo nos lleva unas dos horas y unos cuantos ladridos a los cisnes del estanque. No se ven muy afectados, porque nos siguen todo el tiempo que el agua se lo permite. En verano fácil que les caiga pan, galletas o algo... pero en invierno los visitantes van a cuentagotas y la comida que les pueda caer en consecuencia pues supongo que también.
Es pasado mediodía cuando salimos de Villandry en dirección Tours. Esta noche tenemos localizado un camping a las afueras para pernoctar, pero queremos aparcar mas cerca de la ciudad para visitarla, así que lo hacemos en la calle Blanqui, a unos 10 minutos del centro, junto al río. Tiene espacios grandes para campers o autocaravanas pequeñas y es gratuito. Comemos antes de salir y vamos a por Tours.
Nuestra primera parada es en la catedral. Justo nos pilla una manifestación por allí que ahora mismo no recuerdo que era lo que pedían
De ahí pasamos a la calle Colbert, la iglesia de San Julián y finalmente la plaza Pumareau, que estaba abarrotadísima, casi no se podía pasar de la de mesas y terrazas que había, llenísima de gente. El Covid ya inexistente, está claro
Nos compramos una crepe en una heladería y volvemos hacia Charlie, que se nos está haciendo tarde y aquí, como todo, el check-in del camping cierra a las 18.00 y si no has llegado...¡no puedes entrar! Lo peor es que en su web marcaba que recepción abría hasta las 19.00, y recibo un e-mail a las 17.55 porque no habíamos llegado, para asegurarse de que íbamos... ¡suerte que ya estábamos con el cinturón puesto y no todavía en el centro de la ciudad! Sino nos habrían dejado en la calle con la noche pagada
El camping fue el Tours Val de Loire y pagamos 37.78€ por pasar la noche, 3 adultos y 4 perros. En teoría sin electricidad, pero nos dejaron conectarnos sin poner pegas. ¡Y que gusto da de vez en cuando parar en un camping y tener una ducha amplia y en condiciones!
Recorrido del día: 18.607 pasos/ 12.4 kilómetros.
Recorrido con Charlie: 59 kilómetros.