Esta etapa fue preciosa, viajamos a Giethoorn más o menos una hora y media en coche desde Amsterdam.
Pese a que está bastante lejos de la capital, es una excursión que recomiendo hacer obligatoriamente si disponéis de varios días en Amsterdam.
Giethoorn, es un pueblo típico holandés, con sus numerosas granjas con tejado de paja y sus típicos puentecitos de madera. Se encuentra en un entorno repleto de lagos, juncales y zonas boscosas que es mágico.
Existen diferentes parkings, pero decidimos entrar hasta pie de canal, y pienso que acertamos.
Aparcamos en un parking Parkeerplaats Giethoorn, al lado del restaurante “T Vonder”. Eran 5 euros que se pagaban en monedas para levantar la barrera al salir.
En Giethoorn lo típico es alquilar una barquita y hacer la excursión de forma autónoma.
Debo decir que eso de conducir una barquita nosotros mismos y con una nena de 4 años me aterraba, pero al final nos decidimos por hacerlo y no fue demasiado “peligroso”, a la nena le encantó e incluso estuvo remando con un remo auxiliar que tenía la barca.

Alquilamos la barquita en el primer sitio que encontramos casi al lado del parking, se llamaba “Broer boat rental”.
El chico nos enseñó diferentes recorridos 1h, 2h y 4h. Decidimos hacer la de 2h y acertamos. El alquiler eran 35 euros las dos horas.

Tras ir un ratito por los preciosos canales del pueblo, salimos a la laguna Bovenwijde que cruzamos hasta llegar a una marca roja, en la que nos introducimos en unos humedales. Nosotros somos de Valencia, para que os hagáis una idea, fue como navegar por la Albufera.

En el recorrido había una parada de observación de aves Uitkijtoren Wieden. Allí bajamos de la barca y subimos al observatorio, se veían diferentes pájaros y patos, entre otras aves.

Finalmente, volvimos a salir a la laguna por un lateral y ya nos metimos de nuevo a buscar el pueblo. Ahí encontramos bastante cola de barquitas para entrar a los canales, pero con paciencia y algunos golpes fuimos entrando unos detrás de otros. Esta parte fue preciosa, ya que cruzamos en barco todo Giethoorn por debajo de los típicos puentes y casitas.


Tras devolver la barca fuimos a comer en la terraza del restaurante donde habíamos aparcado el restaurante “T Vonder”. Tardaron bastante en servirnos puesto que era hora punta, y tenían solo dos camareros. No era un restaurante perfecto, pero nos resultó cómodo para solo bajar de la barca comer algo, sin tener que ir buscando y caminando. La comida era bastante decente y el precio adecuado.
Después de comer compramos unos helados y nos sentamos a pie de canal a comérnoslos.
Nuestra idea era caminar un poco a pie por el pueblo, pero la nena estaba agotada y no quiso caminar más que hasta la iglesia. Así nos hicimos fotos y volvimos al parking a por el coche, todavía nos quedaba una hora y media de vuelta al hotel.
Ya de vuelta en Amsterdam aparcamos en el park bee de enfrente del hotel y cenamos en la habitación.