Hoy teníamos previsto la visita al complejo de Zaanse Schans muy cerca de Amsterdam a unos 30 minutos en coche desde nuestro hotel.
Para nosotros fue una visita muy bonita y muy recomendable para hacerla como excursión de un día desde Amsterdam. Pese a que en Rotterdam ya habíamos visitado otros molinos, estos tenían un mayor carácter turístico al estilo de parque temático, y debo decir que disfrutamos mucho y a la nena le encantó.
Zaanse Schans es un complejo donde se construyeron más de 600 molinos durante el siglo XVII. Los molinos se usaban para moler especias, producir pintura, tablas de madera, tintes y óleos.
Al llegar aparcamos en el parking de delante del museo. A partir de ahí, entramos caminando en el complejo.

La primera parada fue la fábrica de zuecos, aunque en realidad es una tienda. Se pueden observar diferentes herramientas que se utilizan para la fabricación de zuecos.
Mi consejo es que compréis los zuecos aquí, puesto que están bien de precio y hay miles de modelos para elegir.
A la salida nos hicimos unas fotos en unos zuecos gigantes que había, muy graciosas.
A continuación, nos dirigimos a la tienda/museo de quesos, allí no compramos queso pero debo decir que es un buen lugar donde comprar. En esta tienda también hacían demostraciones a grupos sobre cómo se elabora el queso, aunque no nos quedamos.
Ya en el exterior había una pequeña granja con gallinas, cabras y ovejas. No podíamos despegar de allí a la nena, así que estuvimos un buen rato.

A continuación visitamos el interior de un molino el “Vefmolen de Kat” un antiguo molino de tinturas. Nos encantó la visita y pudimos subir a ver los mecanismos y salir al exterior desde una terraza. Una visita muy recomendable.
Seguimos caminando hasta otros molinos, y nos encontramos con unas cariñosas vacas a las que estuvimos acariciando un buen rato.
Tras varios selfies con las vacas y los molinos no quisimos seguir más adelante por no cansar a la nena.
Era la hora de visitar la Bakery museum y la destilería Kuiperij, en esta última no entramos, pero tenía un parque muy original hecho con barriles en su exterior donde la nena estuvo un buen rato jugando.

Se hizo hora de comer y fuimos a comer a un restaurante del complejo “De Kraai”. Allí comimos unos deliciosos creps por 10 euros cada uno. Nos encantaron.
Tras comer decidimos ir a visitar el bonito pueblo de Alkmaar, a unos 30 minutos en coche de Zaanse Schans.
Alkmaar tiene el mercado del queso más grande de Holanda. Se celebra todos los viernes de abril a septiembre. No obstante, al igual que el de Gouda, no se celebraba a causa del Covid.
Al llegar a Alkmaar, encontramos un aparcamiento al aire libre muy céntrico, en Sint Jorisstraat.
Aparcar aquí nos gustó mucho, ya que en la plaza había unos columpios donde la nena estuvo jugando un buen rato.
Tras el momento de juego nos dirigimos a la calle principal Langestraat.
En primer lugar, fuimos en dirección hasta la iglesia de Sint-Laurenskerk. Esta iglesia protestante data del siglo XVI y en su interior podéis ver los órganos más antiguos de Holanda.
Después volvimos a la misma calle pero hacía la otra parte hasta llegar al Stadhuis, aunque no nos detuvimos demasiado.

Seguimos caminando hasta el canal Mient. Y de ahí nos dirigimos al Kaasmarkt donde se encuentra el precioso edificio del Waag. Este edificio data de la Edad Media, y su reloj es una maravilla, en el que cada cuarto de hora aparecen unas figuritas en la torre.
Después de hacernos multitud de fotos en la plaza, entramos en algunas tiendas de queso y especialidades holandesas que había en el centro histórico y de ahí volvimos al parking.


Vimos que cerca del parking había un supermercado “Jumbo”, y decidimos hacer una buena compra de agua, leche, yogures, ensaladas, fruta y comida para llevar.
Después de cargar el coche, volvimos al hotel de Amsterdam a unos 45 minutos en coche.
Aparcamos de nuevo en el parking de enfrente del hotel.