VILLAZON - BOLIVIA
Villazón es una ciudad del sur de Bolivia. El río Amiste la separa de la Quiaca (Argentina).
Está a una altura de 3.400 metros s.n.m y es un lugar muy singular y extraño.
Argentinos y bolivianos la cruzan constantemente para hacer sus compras y hay una sensación de caos y descontrol.

No revisan absolutamente nada las pertenencias y bultos, pero ¡cuidado! ante la menor infracción de un sello faltante o 1 día más que estuviste en su territorio, una bonita multa, en este caso de bolivianos tendrás.
No te pongas a discutir porque recordá que en el desorden el orden no vale nada y saldrás perdiendo.
Este mes de Agosto es ideal para el viaje de gente tranquila para disfrutar Bolivia sin apuro ni sobresaltos.

Veinte minutos en el trámite aduanero y una estación de trenes solitaria con pasajes para todos, y diferentes precios y comodidades.
El viaje en tren es placentero sin imprevistos cortes de ruta.
La espera en este viaje. El tren y la sala de espera de Villazón era una sala de esperanza. Aguardábamos con ilusión en lo que vaya a ocurrir sea al fin aquello que tanto deseábamos.
Creer tiene mucho que ver con una elección individual. Según el poeta francés Charles Baudelaire… Dios es el único ser que para reinar no necesita existir.
Cooperativistas están en conflicto con el gobierno y sin llegar a acuerdo alguno impiden el paso de automóviles, camiones y ómnibus quedando gente varada en medio de la nada.

En estos días fueron desalojados y puestos en prisión varias personas. No habrá acuerdo si no los liberan así que la protesta sigue por ahora.

El tren te deja como punto final en Oruro. Muchos turistas bajaron antes en la estación Uyuni donde está su famoso salar.
El Carnaval que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco es muy importante en esta ciudad. Se celebra en Febrero y es una de las celebraciones de Carnaval más importante del mundo. Mezcla de tradiciones religiosas españolas e indígenas. Se venera a la Virgen del SOCAVON.


Oruro cuenta con diferentes atractivos que no llegamos a apreciar. La estación de trenes estaba llena de gente protestando y bloqueando la salida, por suerte encontramos enseguida un taxi que nos llevó a la estación de buses como dicen allí para irnos a la capital de Bolivia, La Paz
Para llegar a La Paz en Oruro tomás el ómnibus y el horario que más te guste y llegás a la capital boliviana.
Bolivia es un país para todos los presupuestos: mínimos, medios y máximos.
La altura es soportable si tomás los recaudos como caminar despacio, descansar y si podés, antes de llegar a La Paz te aclimatás en otras ciudades con niveles más bajos.
Si no estás acostumbrado a la comida del país, tratás de comer comidas saludables pero sin dejar de probar alguna vez su gastronomía típica.
No busques en Bolivia lugares de comida rápida, por ejemplo Mac Donald, Burgers u otro parecido. Estas cadenas alimenticias que están en todos lados del mundo acá en este país tan singular y arraigado en sus costumbres y cultura ancestral fracasaron estrepitosamente.
Llegar a La Paz es contemplar una ciudad increíble trepada en la montaña.
Con su estilo plurinacional hay unas letras de una canción boliviana que la definen. Su personaje es rechazado por Dios y por el Diablo y dice así:
"Mejor me voy a Bolivia
que al mismo tiempo
es mi cielo, mi infierno y mi purgatorio”
Queríamos tomar un café y no encontramos ningún lugar. Caminando por sus coloridas calles vimos un cartel y unas escaleras que bajamos a un bar para disfrutar el café u algo parecido.
Había muchas personas todas comiendo pequeños platos de carne con muchas salsas en recipientes pequeñas.
Nosotros tomamos café y escuchamos música que justamente era de los BEATLES!
Recordé a Eduardo y nuestro inolvidable viaje a Liverpool y a The Cavern.
La moza era muy simpática y no seria y formal como muchas personas en este país. Parece que a la noche se transformaba en un boliche o discoteca de última moda como en Neuquén.
-¿Viene mucha gente? Escuché que le preguntaba Jalena.
-Sí. Quienes saben disfrutar de la vida nocturna saben que a la noche deben terminar en Los Honguitos.
-Comparten un Uber con sus amigos, dividen la tarifa y llegan hasta este punto tradicional de Sopocachi para disfrutar de un vacío, un choripán o un peceto.
-Y la vuelta es igual?
-Sí. Porque así se vuelve seguro a casa desde cualquiera de estos boliches de La Paz. Los amigos o familia saben por dónde vas. Y con la seguridad de saber que no hay que manejar después de tomar unas copas, evitando así poner en riesgo la vida o la de otros.
Y en un cartel que había en un rincón decía:
Este es un rincón único en La Paz, mezcla de bar y museo de la cultura popular boliviana y lugar de encuentro para artistas y bohemios. Creado por un coleccionista de antigüedades, este local de dos pisos contiene más de 19,000 piezas antiguas y de toda Bolivia: libros, lámparas, muñecas, fotos, radios y un extenso etcétera. Si llegas, no dejes de probar la Leche de Negro, una mezcla de licor de brandy, licor de membrillo y coca, o el Evaristo, con licor y aguardiente de coca. Para acompañar, puedes pedir unas empanadas especiales de queso de cabra, choclo y albahaca o, para endulzarte el paladar podés comer cuajadilla con salsa de quinua y un bizcocho.
Jalena quiso probar una torta y cuando el mozo se la sirvió le contó con qué productos estaba hecha.
-Acá en Bolivia usamos ahuyama para preparar tortas o bizcochos con harina de avena, afrecho, huevos, leche de almendras, pasas de uva, polvo de hornear y azúcar.
-Qué es la ahuyama ¿? Pregunté yo.
-Usted creo que es argentino, así que le cuento que es una especie de zapallo o calabaza.
Al final lo comimos entre los dos y era muy rico.