El lunes sobre las 07:30 ya estábamos marchando hacia el buffet “Tulum”.
Allí habíamos quedado con la familia de valencia, para desayunar, y de allí salir para Xplor.
Sobre las 08:15 estamos saliendo del segundo control de seguridad del hotel, cogiendo una calle con varios edificios, tienda de alimentación, etc hasta llegar al primer control de seguridad del hotel, que está a unos 600 metros del segundo, y que se sitúa en frente a la carretera federal 307, Cancún – Tulum.
El salir a la carretera es para coger una van, que nos lleve al parque Xplor. Las van son transporte de colectivos, que están circulando de Tulum a Cancún, y viceversa, recogiendo a trabajadores de los hoteles, y que los turistas también usan. Tienen precios muy económicos.
Sobre las 08:30, cuando salimos del complejo y nos fuimos por el acceso a la carretera federal, inmediatamente se nos para un autobús, preguntándonos que ha donde íbamos, contestándoles que al parque Xplor, respondiéndome que nos llevaba por 40 pesos (2.00€) por persona. Pues dicho y hecho, nos montamos y nos dirigimos al parque.
El parque Xplor está desde el hotel dirección a Playa del Carmen, a unos 30 kilómetros y unos 20 minutos de recorrido.
A las 08:50 ya nos estábamos bajando en la entrada del parque.
Desde la entrada ya se ven las torres de las tirolinas, que impresionan verlas desde abajo. Después nos dimos cuenta, que esas eran la pequeñas.
Entramos por la carretera que hay de entrada y antes de llegar al aparcamiento, encontramos unas escaleras que nos llevan a una cueva, que es donde está situada las taquillas.
Allí nos dieron un casco y una pulsera por cada uno, y tres llaves para las taquillas.
Cuando sale del acceso de taquillas y te diriges hacia el interior de la cueva, encuentras un pequeño mostrador con diferentes artículos de Xplor, que puedes comprar allí, si te hiciera falta, como toallas, camisetas, escarpines, etc. Los valencianos aprovecharon y le compraron unos escarpines a una de sus hijas.
Después nos metimos en la cueva, siguiendo las señales. Está muy bien señalado e iluminado, y tiene imágenes de trogloditas, que amenizan el camino.
Durante el camino, salimos de la cueva en alguna ocasión, entrando de nuevo en otra, hasta llegar al corazón, que es un lugar de encuentro, y desde donde se puede ir a cualquier parte del parque. Esto está muy bien, ya que estés donde estés del parque, siempre hay una señal que te indica por donde ir al corazón, por si te pierdes o te despistas de los demás.
Llegamos a las taquillas y nos cambiamos, cogimos las cámaras, dejamos las mochilas, y salimos destino las tirolinas.
Había cola pero poca, pero cuando llegamos, ohhhh sorpresa, no nos dejan llevar cámara que no vallan pegada en el cuerpo, casco, muñeca, etc., y como llevábamos las dos con palo, nos tuvimos que ir otra vez a la taquilla a cambiarlas por la de arnés.
Cuando volvimos, te hacen pasar por grupos, para después ponerte unos arneses de seguridad, acorde a tu tamaño. Aunque te lo pongas, ellos te lo aprietan y se aseguran de que este todo muy bien puesto.
De allí nos metimos en un camino que nos llevó hasta una torre, en la que al entrar se divide este en dos partes, rojo y verde. Nos metimos en el verde que era donde estaba entrando todo el mundo.
Subimos, y subimos, ahhh y subimos hasta llegar a la parte superior de la torre, desde donde se podía ver todo el parque, bueno se veía selva, porque estábamos muy alto, y no se veía nada más que verde, y a lo lejos se veía el parque Xcaret y el mar. Mi mujer en ese momento se dio media vuelta y se marchó, porque le daba mucho vértigo. Una menos.
Eran las 10:00 y llego la hora, ya éramos los siguientes de la cola, y nos tocaba tirarnos. Me puse yo el primero, ya que queríamos que estuviera algún adulto en el otro la o a la hora de que se tiraran las peques. La seguridad es total, antes de engancharte en los cables te enganchan en una cuerda de seguridad por si te pudieras resbalar. Te enganchar en los cables asegurándose de que estén bien puestos, y …. a volar. Me lance pero estaba engarrotado, no era capaz de moverme, en definitiva, estaba cagado. Coge bastante velocidad y cuando llegas a la otra torre, te frena rápidamente, sin llegar al final del cable. Después aparecieron las peques, que las habían puesto juntas, ya que tenían muy poco peso y eran del mismo tamaño. A continuación apareció el valenciano, y después…. nadie más, porque la mujer con la pequeña, ya estando enganchadas, se dieron la vuelta. Otras dos menos.
Pues todo fue lo mismo, de torre en torre, notando que cada vez eran más altas. En algunos casos, cuando llegábamos a una torre, teníamos que recorrer un camino hasta llegar a otra.
La ultima tirolina de este primer circuito, nos llevó a una cueva, pasando por una cascada, y cayendo al agua. Una pu** pasada.
Cuando cogimos el camino de salida, llegamos otra vez al comienzo, donde nos revisaron de que estuvieran bien apretados los arneses, y nos volvimos a meter por el camino hasta llegar a la primera torre, pero esta vez entrando en el camino rojo.
La parte superior de la torre es la misma que la de la verde, lo que cambia es que te manda hacía otra parte del parque, y donde había menos gente que en la verde. Pues nada, a tirarse se ha dicho.
Cada vez que nos tirábamos de una torre, veíamos a lo lejos, como nos acercábamos a la torre más alta, y a la que las niñas estaban locas por llegar.
Cuando llegamos a la torre anterior a la alta, tenemos que bajar y recorre un puente de madera, que tiene una vista espectacular con la torre alta al fondo.
Cuando llegamos había poca gente, y nos tocó tirarnos muy rápido. Las niñas se tiraron las primeras, que ni se lo pensaron, y después nos tocó a nosotros, que si nos lo pensamos. Jajajajaja
Dura casi un minuto la bajada, y coge una gran velocidad, pero las vistas son impresionantes.
En la última tirolina, también nos llevó a una cueva, pasando por una cascada, y cayendo al agua. Está bien pero no como la primera. Eran las 11:30 y ya habíamos terminado los recorridos de las tirolinas.
Fuimos por el camino de salida hasta llegar al comienzo, donde esta vez sí, dejamos los arneses, y salimos de la atracción. Buscamos a las mujeres, que estaban dando vueltas por el parque y que habían hecho las cuevas subterráneas a nado y en balsas.
Después fuimos al “Manantial”, que es un sitio donde puedes tomar bebidas de soda, de varios sabores, y que también va incluido en la entrada.
Justo al lado está la atracción hamacuatizaje, que es como una pequeña tirolina, pero montados en una hamaca y que cae en el agua. A las 12:22 estábamos en la cola, que era muy larga, y cuando llegamos a la entrada, nos dieron la hamaca, que la tienes que llevar hasta que llegas a la zona de salto. Aquí si se tiraron todas, ya que es muy light, y además te refrescas.
De allí nos fuimos al restaurante “El Troglodita” a comer algo. Es tipo buffet, y va incluido con la entrada. La comida es típica mexicana, con mucha variedad, y esta muy buena. No esperamos mucho, ya que llegamos a las 12:40, y a las 12:50 ya estábamos cogiendo la comida.
Sin reposar la comida, nos fuimos a buscar los vehículos anfibios. Cuando llegas te indican que hay dos recorridos de 5 km cada uno, uno seco, y otro húmedo. Por supuesto elegimos el húmedo, ¡¡¡hay que refrescarse!!!!!! que hace mucho calor. Nos indicaron que camino teníamos que coger, y cuando llegamos al final, nos encontramos varios vehículos, a los que nos indicaron que nos podíamos montar de inmediato, y empezamos el recorrido. Mi mujer, que tenía ganas de cogerlo, fue la que condujo.
El camino es de arena con muchos baches, en algunas zonas hay pequeños ríos, que hay que atravesar, un puente que recorrer, cuevas en las que meterse, y en alguna con cascadas que te pone pipando. El recorrido duro unos 20 minutos.
Cuando llegamos al final, cogimos el camino de salida, volviendo a la entrada, para coger el recorrido seco. Nos indicaron el camino y llegamos al otro lado donde se cogen los vehículos. En esta también lo llevo mi mujer, ya que como no se había montado en las tirolinas, y con el primer recorrido lo disfruto mucho, le dije que lo llevara otra vez ella.
El camino es igual que el primero, de arena con muchos baches, muchas cuevas en las que meterse, y un puente que atravesar. El recorrido duro también unos 20 minutos.
De allí nos fuimos a las cuevas, para hacer la expedición subterránea, ya que el nado y las balsas las hicieron las mujeres cuando estábamos nosotros en las tirolinas.
La expedición subterránea, es meterse en cavernas de agua cristalina, con el agua no fría, helada, y durante una media hora, recorres un camino llenos de estalactitas, con muy poca luz, pero imágenes inigualables. Los peor son las piedras que hay en el camino, ya que el agua está un poco turbia y no se ve lo que hay delante, llevándonos algunos golpes en las piernas.
Cuando salimos de la cueva, subimos una cuesta que nos llevó a una cola. Justo detrás de nosotros llegaron un grupo de mexicanos, que se dieron la vuelta, ya que ellos conocían un camino que nos llevaría al tobogán final, y nosotros les seguimos.
Llegamos a un puente de madera, que se dirigía hacia una de las torres de las tirolinas, pero que al subir llegas a un tobogán. En él te puedes montar solo o acompañado, por lo cual nos montamos los tres juntos. El tobogán empezó lento, pero a mitad de camino se envalentonó, cogiendo mucha velocidad, y mi mujer no paraba de gritar. jajajajajaja Duro más menos un minuto, y en el final del recorrido llegamos a una caverna de agua donde caímos.
Desde allí, tuvimos que volver a recorrer una caverna de agua durante otros 30 minutos aproximadamente, otra vez con el problema de las piedras.
Cuando salimos eran ya las 16:00, y nos fuimos a la zona de las taquillas, para cambiarnos y recoger las cosas de nuestras taquillas, ya que estábamos un poco cansados de todo la caminata en las cavernas.
Cuando llegamos al exterior del parque, tuvimos que cruzar la carretera. Al ser de dos vías cada sentido, y que pasaban a toda velocidad, tuvimos que esperar unos minutos a ver un hueco en la circulación, que nos dejara cruzar a la mediana, y cuando llegamos a la mediana, lo mismo hasta el otro lado. Cuando cruzamos estuvimos esperando a que pasara alguna van, pero hasta 10 minutos más tardes no apareció ninguna, y por fin, pudimos ponernos en camino al hotel. El precio fue el mismo, 40 pesos (2.00€)
Igual que a la ida, en 20 minutos llegamos al hotel, pero esta vez estábamos en el lado contrario, por lo cual, otra vez a cruzar la carretera.
A las 17:15 ya estábamos en la piscina, no antes de ver unos cuantos de huéspedes del hotel, un poco extraños. Jajajajajaja
Estuvimos en la piscina hasta las 18:30, que nos fuimos a la habitación a ducharnos y vestirnos para la cena.
A las 20:15 ya habíamos salido de la habitación, y a las 20:30 ya estábamos tomando un coctel en el Sky Bar “Ibiza”. Nos fuimos antes a tomar alguna copa, porque con el cansancio que teníamos, después de cenar no tendríamos cuerpo para ir a la terraza a tomar algo.
Sobre las 21:00 estábamos en el restaurante Tailandés “Siam”. Igual que en el restaurante brasileño, su horario de entrada comienza a las 18:30, siendo la última entrada a las 21:00. No tiene una gran decoración, aunque si tiene pequeños guillos hacia la decoración tailandesa, y el QR para ver la carta.
Igual que el brasileño, no tiene de primero un buffet, si no que te ponen un pequeño plato como entrante, con unos pequeños pichos de crujiente fritos, acompañados de una salsa, que si no te gusta el pique, ni lo toque. A mí me gusto, pero tengo que reconocer que picaba mucho, tanto que ya a mi mujer no le sabía nada de la comida que vino después.
El resto de la comida estaba muy buena, pero igual que el entrante, la salsa que te ponía de acompañamiento era muy picante.
Sobre las 21:45 ya estábamos fuera, cogiendo el camino a la habitación, ya que estábamos muy agotados.