Tras un energizante y rico desayuno emprendimos camino dirección al lago Mummelsee, una de las joyas de la corona del viaje. Un lugar muy turístico y concurrido, especialmente los fines de semana y veranos.
Al inicio de la ruta, pasamos por otra reserva de ciervos y un paisaje boscoso estupendo, respirando aire puro y con el run run del riachuelo que nos acompañó durante un buen trecho del camino.

Luego una pequeña subida y el lago oscuro y estupendo a nuestro alcance. Había mucha gente, coincidió que era domingo, y tras pasar un rato bordeándolo y contemplándolo, bajamos nuevamente para seguir nuestra ruta a pie por un sendero panorámico que nos obligó varias veces a parar y fotografiar.
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La ruta de hoy, de 20 kms., combinaba bosques, lagos, senderos panorámicos y finalmente llegamos a Obertal, el lugar donde nos alojábamos, y nuestro hotel se erguía en lo alto de la población, dominando todo el valle. Nos recibieron muy bien y nos dieron de cenar: un generoso buffet de platos fríos y un segundo caliente a escoger; luego los postres y las maravillosas vistas tras los cristales de todo el valle a nuestros pies!
