
A las 10:00 o así salimos de casa, en dirección al aparcamiento donde íbamos a dejar el coche durante el viaje, en el parking general del aeropuerto de Alicante. Eran unas 3 horas y media de viaje puesto que vivimos en Almería. Facturación de maletas, acceso a zona de embarque y tiempo libre para poder almorzar algo hasta la hora de salir el vuelo de Icelandair con destino al aeropuerto de Keflavik.

El vuelo salía sobre las 16:30 h. Trayecto de unas 4 horas y media de duración. Así que llegamos al aeropuerto de Keflavik sobre las 21 h. hora española, pero allí en Islandia hay una diferencia horaria respecto a España de menos dos horas, así que llegamos a las 19 h. hora islandesa. Recogimos maletas y nos dirigimos a recoger el coche de alquilar que contratamos, un kia sorento con todas las comodidades, pero que temíamos por dos motivos: por si el maletero sería suficientemente amplio para nuestras maletas, mochilas y víveres, y por otro lado, que era automático, y la verdad, eramos novatos en este tipo de coches con marcha automática. No obstante, más adelante descubrimos que ambos temores desaparecieron, el primero al meter todas las maletas, y el segundo a los pocos días de conducir por la isla. Eso si, tened muy presente la velocidad máxima para conducir, que es de 90 km/h. Porque estas carreteras tan solitarias y con pocas curvas hacen que tu pie se relaje y acelere el coche sin darte cuenta.

En el trayecto de salida del aeropuerto al estacionamiento del coche, pudimos comprobar la temperatura ambiente. Tras salir de Alicante con unos agradables 28 grados, llegamos a Islandia encontrándonos con una temperatura de 4 grados, y llovizna. Cambio muy radical pero que se solventa con un buen anorak y cortavientos.
Tras el primer contacto con nuestro medio de transporte los próximos 11 días, ponemos rumbo a Reykiavik, la capital de Islandia, y que dista del aeropuerto de Keflavik unos 49 km. Llegamos al apartamento que alquilamos sobre las 9 y media de la noche. Recogida de las llaves en las cajas de custodia con código y a cenar. El apartamento estaba muy bien, cerca del centro y amplio. Aquí íbamos a estar alojados durante 4 noches. En todos los apartamentos donde estuvimos, salvo en uno, estaba el sistema de cajas de custodia para llaves, algo muy de agradecer para no tener que estar pendiente de los dueños para la hora de llegada y de salida. Preparamos la cena con la comida que llevamos en las maletas facturadas (sabíamos que íbamos a llegar tarde para encontrar alguna tienda abierta) y a descansar, que comienza nuestra aventura por tierras islandesas.