Esta noche ha sido el cambio de hora y al ganar una hora, pues hemos madrugado bastante.

Son las 8 de la mañana y ya estamos en la cola para comprar ticket para ver la Capilla Sansevero (cuesta 10€).
Consultamos su página web hace dos semanas y ya no quedaban entradas disponibles para reservar. De todas formas siempre tienen un gran número de entradas para vender el mismo día en taquillas.
Después de una hora y media de cola

Entramos en la Catedral, que no vimos ayer, y vemos varios grupos de excursiones entrando apelotonados en la Capilla de San Gennaro, uno de los patrones estrella de la ciudad.
La catedral, dedicada a la virgen de la Asunción, muestra varios estilos arquitectónicos, desde el gótico puro medieval hasta el neogótico del s. XIX, por ejemplo en la fachada, que se ve moderna comparada con su interior.
En la decoración interior destaca el barroco, sobre todo visible en la virgen de mármol del altar, rodeada de rayos dorados que nos recuerda a Bernini.

El edificio actual ha engullido la primera basílica originaria, dedicada a Santa Restituta, probablemente fundada por el emperador Constantino en el lugar de un templo dedicado a Apolo.
Esta pequeña basílica semioculta es accesible desde la nave lateral norte. Es una mezcla sorprendentemente armónica de columnas romanas, mosaicos románicos, arcos góticos y decoración barroca.

Nos llama la atención especialmente por su singularidad la última capillita del fondo del todo de la catedral, que ha mantenido tanto su estructura como sus frescos puramente góticos.
Y finalmente la joya de la corona, la Capilla de San Gennaro, exageradamente barroca, con mármoles de colores, esculturas de santos y obispos realizadas en plata y una cúpula profusamente decorada.
Cuando vamos a entrar en la Cripta nos cierran el paso porque va a empezar misa.
La entrada a la Catedral y a la Capilla son gratuitas, pero la sala del Tesoro es de pago.
Al salir, nos acercamos a ver si la iglesia de San Gregorio Armeno, en la calle de los belenes, está abierta, pero no. No hay información de los horarios. Lo intentaremos en dos ocasiones más, cuando finalmente la encontramos abierta, están haciendo un funeral, así que obviamente no tomamos fotos.

(esta es una foto de la wikipedia)

Finalmente llega la hora de poder entrar en la Capilla de Sansevero. En el interior no se pueden tomar fotos así que comparto aquí las de la web oficial.

Este pequeña sala es un mausoleo de la familia di Sangro. Construida la versión actual en el siglo XVIII esta joya barroca tiene numerosas esculturas, siendo la más famosa el yacente Cristo Velado, pero no hay que dejar de admirar las figuras femeninas que representan las virtudes o el original soldado que sale de su tumba justo encima de la puerta principal.


Para la visita se puede alquilar un audioguía pero nos parece que la información de los paneles es más que suficiente.
Después de comer en los Quartieri Spagnoli nos dirigimos a la Galleria Umberto I para verla hoy con luz de día.
Todo el edificio tiene simbología en su decoración.
En la fachada que da al Teatro San Carlo podemos ver estatuas que representan los cuatro continentes Europa, África, Asia y América, también las cuatro estaciones del año, además de alegorías en torno a la revolución industrial de finales del siglo XIX, fecha de construcción de la galería. Entre ellas, el Comercio, la Industria, el Telégrafo, el Vapor, la Ciencia, etc.
En el pavimento interior, justo en la intersección de los dos corredores, se encuentra un mosaico que representa los vientos y los símbolos del zodiaco.
Cruzando la concurrida plaza del Plebiscito nos acercamos al Castel dell’Ovo (en castellano significa del huevo), el castillo recibe este nombre por una leyenda relacionada con el poeta Virgilio.
Es el primero de los tres castillos que visitaremos en Nápoles. Nos apresuramos porque son las cuatro y media de la tarde y se va a hacer de noche pronto.
Se encuentra en un mini islote al sur de la ciudad y la calle que da al mar (no es playa, son rocas y muelle) es un agradable paseo marítimo y nos sorprende la anchura de la calle, comparada con el centro de la ciudad.

La entrada es gratuita y se puede caminar por los corredores y subir a sus magníficas terrazas que nos brindan unas bonitas vistas de la ciudad y del Vesubio, a la vez que una encantadora puesta de sol.

Acabamos la jornada disfrutando de un Aperol en los Quartieri Spagnoli. Es sin duda el barrio con más bares y restaurantes y hay mucho para elegir, aunque la mayoría están llenísimos.