Anoche llegamos a Uganda a las 23:30. Después de 10 horas y media de viaje teníamos una desorientación importante. Estuvimos como una hora para hacer el visado y cambiar dinero y, por fin, a las 00:30 salimos del aeropuerto donde nos esperaba el transporte a nuestro alojamiento.
El alojamiento lo pille al lado del aeropuerto por lo que nos llevó poco menos de diez minutos llegar hasta él. Allí nos estaba esperando la dueña, que rápidamente nos ubicó en la habitación y con más pena que gloria nos quitamos la mochila. El alojamiento es decente (Anna ´s B&B) para ser Uganda. La anécdota vino cuando, no llevábamos ni diez minutos dentro, Belén se metió en el aseo a ducharse y al rato la escucho gritar de pánico. Por un momento me dio un vuelco al corazón creyendo que había entrado alguien, salió del aseo como alma lleva el diablo. Resulta que en el plato de ducha había un lagarto y la pobre sin las gafas se creía que era una serpiente, la verdad que por cómo se movía parecía una serpiente. De los gritos vino la dueña del alojamiento a ver si había pasado algo y cuando le dije que era solo un susto nos llamó la atención porque había otros huéspedes... ni diez minutos llevábamos. Caímos rendidos, a las dos horas comenzó a diluviar que parecía que iba a salir volando el tejado. Con lo reventado que estábamos lo tengo como un sueño.
A las 7 de la mañana estaba el hombre de la empresa de alquiler con el Toyota Rav4 que habíamos alquilado. Un Toyota con 170.000 km y con radiocasete. Confiemos en la fiabilidad de Toyota. La empresa, Roadtrip Uganda, es de las que mejores criticas tiene asi que espero que al menos si nos deja tirados responda bien.
Tras desayunar la dueña nos ha llevado al centro comercial, ella con su coche y nosotros siguiéndola. Allí nos ha explicado cómo conseguir la tarjeta de datos y tras despedirnos de ella hemos comprado algunas cosas básicas en el Carrefour y nos hemos hecho la tarjeta de datos. Haciendo la tarjeta nos hemos encontrado con una pareja de catalanes. Los pobres habían aterrizado a las 5 de la mañana en pleno diluvio universal, les habían entregado su coche y ahí estaban desde las 7 esperando que abra la casa de cambio.
Con Internet y suministros básicos ponemos rumbo a Kibale. La etapa de hoy es la más larga con el coche, básicamente vamos a la zona más alejada de la ruta para ir volviendo poco a poco. Preferimos pegarnos la paliza de coche al principio. Google decía que tardábamos 5 horas y cuarto, pero han sido 6 a una velocidad media de 60km/h
El camino nos ha servido como presentación del país. Todo verde, muy verde y sobre todo lleno de gente. Constantemente hay gente, no ha habido un solo tramo en el que no hubiera gente andando por la carretera entre pueblo y pueblo. Me recuerda sobre todo a Etiopia, pero con muchísima más gente. Al paso muchos nos saludaban, sobre todo los niños. El paisaje, según se acerca a Kibale se vuelve aún más frondoso, pasando por lo que creo eran campos de té y plataneras. El estado de la carretera por momento peligroso, en cuanto te confías viene un tramo con hueveras que te descuajeringa el coche.
Ya en Kibale nos hemos encontrado los primeros grupos de babuinos y a las 16:00 hemos llegado por fin al destino. Kibale Forest Camp de Natures Lodge. Un campamento muy chulo, con unas tiendas de campaña techadas con una cama en su interior frente a la orilla del rio en plena selva. Nada más bajarnos me han comido los mosquitos, asi que relec y listo. La selva es agresiva me temo.


Después del zumo de invitación y tras dejar las cosas, hemos recorrido una pequeña ruta que rodea el campamento y en la que nos hemos encontrado unos monos que llaman colobos negros y blanco y de cola roja. Se ven aves, pero de momento demasiado altas en los árboles, destacando una pareja de turacos azules que son bastante famosos cuando buscas aves Uganda.


Tras el atardecer y ya duchados hemos cenado en el restaurante con un buen par de cervezas para celebrar que la parte más dura ya estaba hecha. Llegar hasta Kibale. Los días que quedan son desplazamientos de 2/3 horas por parque naturales que a buen seguro se hacen amenos. Después del viaje por Botsuana hemos preferido no abarcar tanto y reducir desplazamientos.
Mañana a ver si tenemos suerte con los chimpancés.