Día 8: Chichen Itzá y Valladolid ✏️ Diarios de Viajes de Mexico

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¡El día había llegado! Íbamos a ver una de las siete maravillas del mundo: Chichen Itzá. Madrugamos para intentar entrar a primera hora a las Ruinas Mayas. Nos levantamos, nos arreglamos, desayunamos y rumbo a Chichen. Estuvimos barajando la opción de dormir una noche en Pisté para estar al lado de las ruinas, sin embargo la descartamos para no estar tanto tiempo moviendo maletas de un lado al otro. Creo que acertamos.

Tras el viaje, llegamos e hicimos la cola para comprar las entradas. Y una vez que entramos... era todo como un entorno mágico. El lugar destilaba cierta magia que no sé muy bien como describir. Nos recorrimos varias estructuras mayas, visitamos el cenote, sacamos un sinfín de fotografías... Era uno de los momentos cúlmenes del viaje. Todavía no había mucha gente por lo que era perfecto. Os aconsejo madrugar y estar allí antes de que lleguen todos los tours.


Nosotros estuvimos unas tres horas hasta que decidimos dar por finalizada nuestra visita a Chichen Itzá. Ya el sol empezaba a apretar y los tours empezaban a venir. La única parte mala es cuando empiezan a llegar todos los vendedores y parece un poco Terra Mítica, pero a primera hora no hay apenas puestos, por lo que la magia está ahí.

Tras visitar una de las siete maravillas del mundo regresamos al hotel para descansar un poco y relajarnos. Nos tomamos unas cervezas en el hotel, nos dimos un chapuzón y empezó el diluvio universal. Decidimos comer en el propio hotel porque cualquiera salía fuera... Lo cierto es que nos comimos una hamburguesa riquísima.


Después de la comida, nos echamos una siesta y cuando nos levantamos era el momento de recorrer las calles de Valladolid, las famosas letras de Valladolid de día (la noche anterior las habíamos visto durante el espectáculo de Luces y Sonido). Nos perdimos por sus calles y tomamos unas cervezas fresquitas, que entran como nada. Eso sí, nos metimos a un bar muy quqi pero como una especie de jardín y no veas como picaban los mosquitos. Eso sí, un ambiente genial y había música en directo.


Esa noche pedimos la cena para el hotel y a dormir. Al día siguiente nos marchábamos a Holbox, la última fase de este viaje. No!!!!!!!!

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