Misfah o Misfat Al Abriyeen o Abreyeen, varias de las maneras, en que vimos escrito el nombre de este pueblo precioso.
Enclavado en lo alto de un cañón, con vistas a un precioso oasis que se forma a su pies, gracias a el agua que recorre por un falaj (canal de riego).
El agua del falaj va bañando la ladera de la montaña, formando caminos de exuberante vegetación, combinando algunas tierras cultivadas en terrazas, que salvando las distancias, parece que estás en Bali y no en Omán.

El pueblo (no ciudad) debe de ser el pueblo mas visitado de Omán, no en vano, sus casas, muchas convertidas en hoteles o restaurantes con terraza, están construidas de manera tradicional, las típicas casas de barro, formando callejones estrechos, recovecos y diferentes alturas o desniveles.

Es muy turístico, pero no tuvimos en ningún momento, sensación de agobio o que viéramos que está masificado, nosotros fuimos por la tarde, después de visitar Jebel Shams, nos fue un poco justo y nos marchamos de allí, ya cuando había oscurecido.
No sé si por las mañanas, tal vez haya mas turistas.
Si se quiere pernoctar en Misfah, conviene no llevar mucho equipaje, por que las calles son estrechas, peatonales y las casas/hoteles de varios niveles de altura sin ascensor, por tanto id cómodos, si pensáis alojaros allí.

Al ser tan turístico, es caro, fuimos a un bar-restaurante terraza, para ver las vistas y tomarnos un café, creo recordar, que el café fueron unos 3 o 4€ pagamos por las vistas y algo mas




Puedes recorrer la ladera, por varios caminos diferentes, en los que apreciarás la belleza del lugar, nosotros nos tuvimos que ir, por que ya anochecía, el pueblo nos encantó.
Teníamos que volver a Nizwa a pasar nuestra última noche en la antigua capital de Omán.
