Amanecemos en nuestro hotelito y bajamos a disfrutar del desayuno que llevábamos incluido. Es bastante completito, caliente, frío, salado, dulce, cereales, zumos, distintos tipos de panes y repostería, tortitas recién hechas, varias tarrinas de mermeladas, queso crema, nutella, algo de ensalada y fruta, varias tartas... para todos los gustos, vamos. El restaurante también nos gusta mucho, parece un antiguo vagón de tren.
Una vez despiertas y con el estómago lleno, caminamos el minuto que nos separa de la plaza San Marcos y nos dirigimos al Palacio Ducal. La guía/cupón de la VeneziaUnica es un poco liosa, porque especifica que el acceso al palacio está limitado a los horarios de 12 a 17. No nos parece lógico, así que vamos nada mas abrir y no nos ponen problemas, dejándonos entrar. No entiendo porque en algún que otro sitio marca esos horarios específicos para los usuarios de VeneziaUnica, porque no tiene ningún sentido.
La visita nos lleva buena parte de la mañana y nos viene muy bien, porque no deja de lloviznar. La única pega es que cuando entramos, no hay audioguías disponibles y toda la información en los paneles está en inglés, italiano y alemán. Para mi no resulta mayor problema, pero mis acompañantes tienen que limitarse a esperar a que yo traduzca absolutamente todo o bien sólo observar las salas sin disponer de la información.
Aprovechando que estamos cerca y sigue lloviendo, al acabar la visita al palacio Ducal nos pasamos a los museos cívicos. Entrando por el Museo Correr, se visitan los tres de forma continuada, están unidos por dentro.
Hacemos la visita completa, aunque hay partes mas y menos interesantes, supongo que como en todo, para gustos colores. A mi me gustan especialmente los bustos, pero mi grupo disfruta mucho de la biblioteca. Hacemos la visita completa a la prisión y pasamos por el mal romantizado puente de los suspiros. Supongo que por su nombre, siempre se le ha dado un sentido romántico, pero en realidad era el último puente que cruzaban los presos antes morir, así que los suspiros no eran precisamente "románticos".
Sigue lloviendo cuando terminamos la visita, así que hacemos de tripas corazón y echamos un paseo rápido hasta la zona del puente Rialto, siempre a tope de gente, evitando parar a ver el puente y decantándonos por comer primero, que a lo tonto pasan las dos de la tarde. Quien os diga que hay que llevar horarios "europeos" para comer en Venecia, miente. Vayas a la hora que vayas te dan de comer en casi todas partes.
Nuestro elegido para hoy es el ristorante Florida con vistas al Puente Rialto y bien pegadito al gran canal. Su situación lo hace, supongo, de por si mas caro que los ya de por si caros restaurantes Venecianos.
Pedimos una cerveza, un coctel sin alcohol, un agua, un plato de pasta nero, unos calamares y una ensalada básica para acompañar y sin ser la comida ninguna maravilla, mas bien normalita y "sosa" palmamos 91.80€. No cobran cubierto pero si un 13.5% de servicio obligatorio.
Las vistas desde la mesa del restaurante.
Ya comidas y sin lluvia, aprovechamos la ubicación para visitar el puente Rialto, aunque está tan masificado que nos vamos pronto en dirección al centro comercial T-fondaco. Tenemos reserva para acceder al mirador. La visita es gratuita pero requiere reserva. Sólo te permiten acceder al mirador durante quince minutos, pero menos es nada.
El centro comercial por si solo ya merece una visita, es todo intocable de caro, pero el edificio por dentro es precioso. Hay que subir hasta el último piso para el mirador, pero ¡sorpresa! al estar mojado por la lluvia, no hay acceso al mirador en todo el día. Tenedlo en cuenta si tenéis reserva, a la mínima que el suelo esté mojado no dejan salir por peligro de caída. Sin visita al mirador, nos damos media vuelta y nos dedicamos a callejear un poco por el barrio de Cannaregio.
Al fin encontramos una máscara del doctor peste que nos convence por diseño y precio, así que se viene para casa. Aprovechamos también a conseguir algunos souvenirs y algo de fruta. Probamos algunas de las delicias de crema de pistacho que parece que se ha puesto tan de moda por la zona y aprovechando que pasamos cerca del hotel, subimos a descargar las compras antes de volver a salir en busca de unas pizzas para cenar.
El elegido es 1000 gourmet muy cerquita del hotel y con muy buen servicio.
Pedimos un par de pizzas (napolitana y pesto) y probamos también un cheesecake de ricotta de búfala y crema de pistacho que está de muerte. La cuenta asciende a 47€ incluyendo 2€ de cubierto por comensal. Nada mal para lo bueno que estaba todo.
Nota del día: 8.5 sobre 10.
Distancia recorrida: 12.792 pasos/8.16 kilómetros.