Hoy nos toca abandonar la zona oeste de la isla de Creta y desplazarnos a la zona central. De esta zona nos han quedado cosas por ver, considerando lo más importante la Garganta de Samaria. Podíamos haberla recorrido desde Chania, opción más habitual entre viajeros, o desde Agia Roumeli (junto a Hora Skafion), recorriendo solo el final, algo menos habitual. Como no somos muy montañeras, nos llamaba más la atención esta segunda opción, pero finalmente optamos por el plan de ayer. Si hubiésemos tenido más días, habríamos incluido Samaria en nuestro recorrido, pero somos conscientes de que las fechas estaban ajustadas y cuando es así, hay que recortar. Nos da pena no haber conocido Samaria, pero hay que tener argumentos para volver a Creta y este será uno de ellos.
Hoy no tenemos el desayuno incluido y aprovechamos para probar la famosa torta de pita con queso y miel, típica de esta zona de la isla. Ayer vimos una cafetería en la que la servían, en el mismo mirador al mar que el Kitchen Stories, y allí vamos.
- Despina’s Café: zumo de naranja, café griego, chocolate y torta de queso y miel. 13€.
Subimos a recoger la habitación y hacemos el check-out, para coger nuestro coche que no hemos utilizado durante nuestra estancia en Sfakia. Tenemos 53 Kms hasta la playa de Preveli, a la que tardamos algo más de una hora en llegar por carreteras sinuosas entre montañas y pequeños pueblos. Primero vemos el monasterio de Preveli, en el que no paramos, pues no nos sobra demasiado tiempo, y continuamos hasta el parking de la playa.
Sabemos que es una playa concurrida, y al encontrar el parking lleno de coches, nos asustamos. Tras aparcar, tenemos un camino de bajada a la playa de unos 20 minutos, en el que paramos a hacer fotos de la playa vista desde arriba, pues las vistas son preciosas.
Se trata de un lugar muy especial pues recuerda a una laguna exótica. Es un oasis de palmeras con aguas cristalinas de color verdoso y arena fina y suave. El río Kourtaliotis desemboca en esta maravillosa playa, formando un delta. Además de las palmeras, una frondosa vegetación rodea la playa y el río, creando un paisaje bellísimo.
Esta playa es también famosa por su gran roca en forma de corazón, junto a la que nos colocamos. Tras bañarnos y comer, regresamos al coche. Tenemos 40 Kms hasta Rethymno, la ciudad donde se encuentra nuestro próximo destino hotelero por una sola noche: Palazzino di Corina, situado en pleno centro de la ciudad.
El hotel no tiene parking pero nos han indicado algunos lugares cercanos para aparcar y tenemos la suerte de encontrar un sitio en una zona gratuita. El hotel es, como su nombre indica, un palacio restaurado, con una pequeña piscina interior que está junto a nuestra habitación. Nos encanta.
Tras dejar el equipaje nos dirigimos a conocer la ciudad de Rethymno, recorrer sus callejuelas y el puerto, que es muy bonito, del estilo al de Chania con su sabor veneciano, pero más pequeñito y acogedor. Hay muchísimo ambiente, tiendas, heladerías, tavernas…
A unos metros del puerto veneciano, vemos la Logia Veneciana, edificio que solía ser el lugar de reunión de la gente noble de la ciudad para discutir cuestiones económicas y políticas. Este edificio también actuó como lugar de acogida para muchas actividades comerciales y de entretenimiento de los venecianos. Dentro del edificio se encuentra el Museo Arqueológico de Rethymno, pero es ya tarde y está cerrado.
Continuando entre callejuelas encontramos la Mezquita Neratze, que inicialmente fue una iglesia veneciana dedicada a Santa María y más tarde se convirtió en un monasterio agustino. Sin embargo, cuando los turcos dominaron la ciudad en 1657, su líder, Gazi Hussein Pasha, la convirtió en mezquita. En 1925, cuando Creta se liberó de los otomanos, la mezquita se convirtió nuevamente en una iglesia cristiana dedicada a Agios Nikolaos, pero en realidad nunca funcionó como iglesia. Hoy, la Mezquita de Neratze alberga el Odeon Municipal, administrado por la Asociación Rethymno para la Promoción de las Artes. Allí se imparten clases de música y conciertos musicales.
Nos encanta la mezcla de culturas que se respira en Rethymno; se perciben la presencia italiana y turca, pero nos sentimos en Grecia, ¡cómo no! Muestra de ello es la famosa fuente Rimondi, una estructura pequeña pero elegantemente clásica se encuentra en la plaza Petichaki, en el corazón del casco antiguo de Rethymno, con sus columnas griegas con elegantes terminaciones en la parte superior.
Tras callejear y ver estos monumentos por fuera, nos dirigimos a buscar las tavernas para cenar. Elegimos un lugar muy pintoresco en pleno corazón del centro histórico, en el que los dueños son especialmente amables.
- Kyra María: ensalada de berenjena, queso saganaki, gemistá, vino y refresco. 23€.
Damos un paseo por las ambientadas calles llenas de tiendas de suvenirs y artesanía, en las que siempre hay un gatito que nos acompaña, y nos vamos al hotel a descansar.