El punto fuerte de esa tarde era la isla de Nantes y las máquinas de la isla.
De camino pasamos por el Memorial de la abolición de la esclavitud que ocupa, junto al río Loira, una amplia avenida peatonal de 400 m de longitud y que rinde homenaje a todos los que lucharon contra cualquier forma de esclavitud en el mundo. Tiene 2 plantas y en la superior hay placas conmemorativas que recuerdan las expediciones negreras que zarpaban de Nantes, así como los principales puertos de trata de esclavos negros de África y América. En la inferior, un paso subterráneo que recuerda el encierro de los esclavos en las bodegas de los navíos, hay citas en varios idiomas sobre el combate contra la esclavitud.
El sitio nos dejó un poco fríos porque está muy deteriorado y parece que cobija a grupos de indigentes. De hecho, abreviamos la visita porque había rondando por allí gente con muy mala pinta e, incluso, había gente durmiendo por las inmediaciones, todo ello unido al mal olor de lo que parecía ser el “mingitorio”, con perdón, de la zona. En fin…
Más información: memorial.nantes.fr/.
Nuestro recorrido nos llevó, por fin, cruzando el puente de Ana de Bretaña sobre el río Loira, a la isla de Nantes. La isla de Nantes, donde antaño se ubicaban los astilleros de la ciudad, se ha acondicionado para diferentes proyectos culturales y arte contemporáneo y uno de sus elementos es la Isla de las Máquinas, donde conviven la Galería de las Máquinas, El gran Elefante y el Carrusel de los Mundos Marinos. Este conjunto, fruto del trabajo de un grupo de constructores visionarios, se inspira en el mundo y viajes de las narraciones de Julio Verne y expone un bestiario mecánico a escala monumental.

La Galería de las Máquinas es un reproducción de flora y fauna animada mecánicamente, el Carrusel de los mundos marinos es un tiovivo en tres plantas cuyos vehículos son criaturas marinas de los más variopinto y el Gran Elefante es una reproducción a gran escala de un paquidermo en el que te puedes subir y que realiza trayectos por la explanada de la isla. Nuestra idea inicial, habiendo visto algún vídeo por internet, era hacer sólo el Gran Elefante (porque un tiovivo es un tiovivo y los animales mecánicos se podían ver en vídeos) pero, casualidades de la vida, precisamente la semana en la que íbamos al viaje la atracción iba a estar en mantenimiento y no iba a funcionar (no tenían otra semana en todo el año…


La entrada a la Galería de las Máquinas costaba 8,50 euros y si acreditabas desempleo 6,90 euros (la semana anterior hice la misma operación que con el castillo y les escribí para confirmar la aplicación de la tarifa reducida y me contestaron que se aplicaba también a desempleados de la Unión Europea). A propósito, para este 2023 estoy viendo que también aquí han subido tarifas: 9,50 euros y 7,50 euros, respectivamente.
Más información: www.lesmachines-nantes.fr/es/.
La Galería de las Máquinas se ubica en un hangar gigantesco y en el que se posiciona una amplia panoplia de animales mecánicos que despliegan sus movimientos como su homónimo en la realidad haría. En algunos casos se invita a miembros del público a montar en ejemplos como la garza, la araña, la hormiga o el ciempiés y en el resto la visita se hace de forma guiada en bucle de manera que personal del recinto va de animal en animal explicando sus características y funcionamiento. La explicación es en francés pero te puedes descargar la aplicación de la atracción en el móvil y en la misma hay cortitas explicaciones de cada animal en español que algo hace aunque, la verdad, como prima lo visual del movimiento del animal, tampoco el tema del idioma es un engorro. Tras los animales se pasa una zona donde hay un “teatrillo” con el vuelo de un avión antiguo. Aquí sí que el idioma es imprescindible porque si no te pierdes toda la gracia de la representación pero sólo con ver los “efectos especiales” merece la pena quedarse a verlo.


Tras la Galería, la entrada permitía subir a la planta superior de los talleres. Desde allí se ve a los operarios trabajar en nuevos aparatos, hay un vídeo explicativo del proyecto de la isla, se ve al Elefante en todo su esplendor y se accede a una rama prototipo del árbol de las garzas, que está en construcción.

Bajamos de la terraza superior y nos encaminamos a ver por fuera el Carrusel de los Mundos Marinos. Poco pudimos apreciar porque está bastante oculto de la vista desde el exterior pero la verdad es que una estructura soberbia y por los vídeos que se pueden ver del interior los aparatos del tiovivo son a cual más llamativos.

En su conjunto, pese a no haber podido subir al Elefante, mereció mucho la pena la visita a la Isla y, como casi todo, no es lo mismo ver un vídeo que luego el original por lo que la visita a la Galería también nos gustó.
La Isla de Nantes tiene mucho más que ver y dejo este enlace para el que quiera profundizar: www.iledenantes.com/ ...n/visiter/. En este punto de la tarde, con un sol de justicia y sin una sombra en la explanada de la isla decidimos dar por concluida la ruta y regresar al hotel porque hay que organizar la visita a Puy du Fou como a continuación se relatará en la siguiente etapa.