Villar de Matacabras pertenece al municipio de Madrigal de las Altas Torres, en la provincia de Ávila. Os dejo mapa cogido de internet.

Desde Madrigal de las Altas Torres se llega por esta pista de tierra bien acondicionada.

Son las 16:30h del mes de julio cuando llegamos al pueblo, en plena hora de calor, nos bajamos del coche y la primera impresión ya me encanta, este pueblo promete



Samba ya va como loca recorriendo la primera casa que entramos, esta es como yo, jajajaja.


El pueblo se encuentra en la comarca de la Moraña, se dedicaban sobre todo al cultivo de trigo, cebada, centeno y garbanzos.


Pasear por estos pueblos es desolador, da pena que la gente tuviera que emigrar para buscar nuevas oportunidades dejando su vida atrás.


Lo que pasó en Villar de Matacabras, es que debido a la maquinaria agrícola incorporada a los campos, dejó a muchos jóvenes sin trabajo teniendo que partir, algunos se fueron a Madrigal de las Altas Torres, y otros a ciudades más grandes como Ávila o Barcelona.



Seguimos investigando por todos los rincones, Samba y Rumba disfrutan más que yo, que ya es decir, jajajaja.


Las cuatro casas que hay en el pueblo está construidas primordialmente de adobe. El pueblo parece que haya sido destruido en una guerra, está todo desolado




En la imagen se puede ver a mi marido buscando tesoros pero el único tesoro que hemos visto es el carro oxidado que hay al lado, jajaja.

Bajamos a esta cueva, supongo que sería donde guardaban el grano recolectado de los campos.


Pese a su deterioro y estado de abandono, no os parece bonito?, porque a mí me encanta


Y ahora sí, llegamos a la joya de la corona y al único lugar que se mantiene en pie en el pueblo, se trata de la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario. Hay constancia de su existencia en época anterior a 1250, año en el que aparece citada en relación de Gil de Torres con el nombre de “El Villar”.

Alrededor de la iglesia quedan restos de un murete que parecen ser los límites de su atrio. La iglesia perdió el culto hace años y permanece cerrada en estado de deterioro en algunas partes. La iglesia es de estilo románico-mudéjar y está construida toda de ladrillo. El retablo, imágenes, cuadros y crucifijos se repartieron por otras iglesias y ermitas de la zona. A mí me parece preciosa, deberían de conservarla y restaurarla antes de que vaya a peor, el marco que la rodea es incomparable.

En un lateral de la iglesia, se conserva todavía un panel informativo.

Accedimos a la iglesia y su interior es bastante decadente, una pena que la dejen morir con el tiempo.



Bordeamos la iglesia y vemos que el exterior todavía se conserva bastante bien en comparación con la cochambrera que hemos visto dentro.



Por el largo camino de los que tuvieron que partir en busca de una vida mejor, aquí va mi pequeño homenaje para ellos.

No importa el calor que haga, siempre hay un momento para el postureo, jajajaja.

Estos lugares son siempre sobrecogedores por muchos motivos, pero me encanta recorrerlos sin gente y sentir su paz e imaginarme las vivencias que hubieron en estas casas y calles abandonadas.

Donde un día hubo alegría y vida, hoy sólo queda tristeza y muerte entre sus piedras. Ojalá que nadie tenga que volver abandonar sus casas, sus vidas y no tengan que partir, el camino a seguir es duro, pero pasito a pasito se puede avanzar


Plaza de España del pueblo de Villar, aquí se celebraban sus fiestas patronales el 31 de agosto en honor a San Ramón Nonato. El 15 de mayo festejaban el día de San Isidro sacando al santo de la iglesia y bendiciendo los campos. Se hacía la misa, la procesión y por la noche había fiesta en la plaza donde se tocaba la dulzaina del Tío Batallas de Mamblas y al son del tambor de su hija que lo acompañaba. Tradiciones populares que todavía se conservan en muchos municipios de España.

Preciosa pintura que se puede ver en el interior de lo que queda de una de las casas.

Nos dirigimos hacia el coche dejando nuestras huellas en el pasado de este pueblo que murió sin querer. Sus últimos habitantes fueron dos hermanos, uno de ellos murió y el otro resistió solo hasta 2012, teniendo que abandonar su casa para irse a una residencia



La visita al pueblo ha durado una media hora, tiempo bien empleado a pesar del calor
