Como todos los días, madrugon y a por nuestro desayuno rico rico…y ya listos y uniformados ya que hoy el cielo no presagia que nos libremos de la lluvia, nos ponemos rumbo a Obernai. Un pueblo que ya vimos la otra vez en verano y que no nos llamó mucho la atención, y que esta vez nos ha dejado alucinados. Es un pueblo poco conocido y no muy turístico aunque la verdad hoy hay bastante gente. Para aparcar ibamos buscando el parking de la salle des fetes, pero justo en el dia de hoy hay un mercadillo asi que aparcamos justo al lado y que además es enorme, en el parking des remparts, bueno, no exactamente en él porque esta hasta la bandera, pero justo al lado en un trozo de tierra. Estos parkings no son de pago además. Dejamos el coche y nos encaminamos hacia el centro del pueblo. Este pueblo no es muy grande y básicamente tiene 3 mercadillos, uno la place de andre neher, nada mas entrar y cruzar la muralla,


y subiendo por una calle llegamos al mas bonito de ellos y el más grande, en la place du marche. Una plaza muy bonita con un pequeño mercadillo que aun no está abierto y un inmenso abeto en el medio.







Y el ultimo de ellos, en la place de l´etoille, con un tiovivo.










y además nos encontramos con una tienda de todo de navidad, donde entramos y nos admiramos la de miles de recuerdos y adornos navideños que hay, y donde me enamoro de un alce que también es muy típico por aquí, y ese se viene a casa con nosotros, eso si, al modico precio de mas de 40€. Asi que seguimos callejeando hasta llegar a la iglesia de saints Pierre et paul


Volvemos los tres para hoy al coche, y nos ponemos rumbo a otro pueblo muy poco conocido, Selestat. Aparcamos genial en una de las calles justo al lado del centro y sin pagar, y medio lloviznando empezamos a andorrear por él. No hay casi nadie por aquí, paseamos prácticamente solos. Este pueblo nos llamo también mucho la atención, no esperábamos gran cosa de él, y nos sorprendio. Con muchos adornos por la calle, una arquitectura muy bonita, calles y plazas con mercadillos













una iglesia también preciosa y llena de arboles de navidad colgados de su techo por dentro,



y sobre todo la plaza que mas nos gusto fue una plaza en cuyo centro estaba lleno de abetos y abetos y un monton de tallas de madera a cada cual mas pintoresca.





Asi que nos dirigimos hacia Riquewihr. estamos muy cerca de la casa, y este pueblo es muy muy conocido por aquí, seguramente junto con colmar diría que los que mas. Y eso en que se traduce? En tropeles de gente por todos sitios y coches y coches y coches. Y en este pueblo, todos los aparcamientos que hay son de pago y nada baratos, a 3€ la hora, hecha cuenta! Pero al igual que la otra vez, nos alejamos un poco del centro, tampoco tanto, y en una calle, creo que justo donde la otra vez que hay un aparcamiento de una bodega, encontramos un sitio, asi que hay le tiramos el coche y andando subimos hacia la entrada del pueblo, el bonito hotel de ville.
















hacemos un tentempié aquí en una boulangerie en la misma calle principal con unas ricas pan au chocolat….y desandamos nuestros pasos hasta el coche. Vamos a cenar aquí, pero como estamos al lado de la casa, a 5 minutos en coche, decidimos acercarnos para dejar a nuestra chiquitina calentita y en la casa mientras nos vamos a cenar. Volvemos al pueblo y aparcamos en el mismo sitio, parece que nos está esperando! Y subimos de nuevo al centro. Vamos a cenar en la grappe d´or. Un restaurante que hablaban muy bien, y si es verdad que aunque no malo, tampoco nos pareció una maravilla, quizás escogimos mal, sobre todo yo, porque pedi otra vez un codillo asado y tenia un sabor un poco raro y ni por asomo se acercaba al que comi en Estrasburgo, mi marido unos caracoles alsacianos y de segundo pato que dijo que si estaba bueno. Esta cena fueron 63,50€.



Además tardaron un monton en atendernos, es verdad es que estaba bastante lleno, y eso que entramos a cenar poco mas de las 6 de la tarde. Al salir de nuevo parece que la gente ha huido al caer la noche y cerrar los mercadillos y las tiendas, asi que para nosotros perfecto, recorremos el pueblo de nuevo totalmente solos, llegando a la torre dolder donde podemos ver reflejado en toda su pared un videomapping navideño…





asi que tras verlo, volvemos a bajar calle abajo, solos, totalmente solos, volviendo a disfrutar del espectáculo de riquewihr…llegamos de nuevo al coche, y en nada estamos de nuevo en nuestra casita y con nuestra chica que nos saluda como si llevase sin vernos una eternidad!