Ha estado lloviendo toda la noche, por suerte ha parado, pero el día no parece que vaya a ser de sol espléndido.
Es nuestro último día con el coche de alquiler y decidimos volver una vez más a la zona de LE MORNE, donde estuvimos ayer y pasear por sus playas.
Nos damos prisa en cruzar la dichosa curva de Macondé antes de que la cierren, aparcamos casi en el mismo sitio que la jornada anterior e hicimos eso, pasear y pasear, bañarnos, tomar el sol...en definitiva una mañana de relax.
Las playas en Mauricio son todas públicas, así que puedes pasear tranquilamente delante del Dinarobin o del Lux Le Morne o bañarte en sus aguas.
Son las playas paradisiacas de cualquier revista de viajes: arena blanca, palmeras, aguas turquesas...difícil decidir con qué zona quedarse.




Después decidimos coger el coche y subir por la costa oeste y visitar las CASCADAS DE TAMARIN.
No había leído mucho sobre ellas la verdad, e ignorante de mi, pensé que sería como la de Chamarel...
Tardamos casi 2h en llegar a la zona debido al tráfico, a los cortes de carreteras, a obras...un poco desquiciante para estar a solo 40km.
Encontrarlas ya fue todo un triunfo. Aparcar, una odisea. Y librarte de los guías que se te abalanzaban continuamente para llevarte a las cascadas, todo un arte.
Finalmente conseguimos encontrar el sendero que bajaba a la 1º de ellas, no olvidemos que las cascadas las forman un total de 5 caídas de agua, a cual más espectacular.
Empezamos a ver a la gente que regresaba de visitarlas llenas de barro, de arañazos, y cuando preguntamos nos aconsejaron no bajar. Las lluvias de la noche las habían hecho intransitables, el terreno resbalaba y la gente comentaba que era peligroso.
Así que Hugo y yo decidimos quedarnos por allí arriba y dejamos a marido que se aventurase un rato entre el barro, dron en mano a ver si pillaba algo interesante que no fuese un resbalón y el consiguiente culetazo jajaja.
Solo consiguió llegar a la primera de ellas y efectivamente coincidió con la gente...era intransitable.


Regresamos al hotel parando en algunos templos que fuimos encontrando por el camino:
En el Awali nos esperaba el espectáculo de Boma.
Se trata de una cena con espectáculo de danzas entre hogueras que se hace al aire libre. No está incluido en ninguno de los regímenes del hotel y solo se celebra los fines de semana. Como esos días llovió, hicieron una excepción y decidieron trasladarlo a esa noche, con la consiguiente alegría para nosotros, ya que nos habían hablado súper bien del mismo y teníamos ganas de vivirlo.
Te citan en el Zenzi Bar y vienen a buscarte con danzas, antorchas...estábamos emocionados.
Nos duró la emoción 5 minutos, no recuerdo emoción más corta. De repente empezó a llover como si del diluvio universal se tratase y tuvieron que suspender el espectáculo. Estaba demostrado que hoy no era el día adecuado ni para cascadas ni para danzas al aire libre...
Cenamos en el italiano del hotel, nos tomamos unas copas en el Zenzi Bar, y regresamos a la habitación, mañana es nuestro último día y hay que empezar a organizar maletas.