Día 16: 1ª Etapa:
Arousse (1.909 m) - Refugio de Tarkedit (3385m - 2.950 m)
Distancia: (17 km)
Desnivel: positivo (1.483 m), negativo (435 m)
Tiempo en movimiento (8:00 h).
Amanece en Arousse, me despierto muy temprano en la mañana, (la temperatura es de 5º), me aseo y muy pronto comienza a sentirse el olor a panqueques calientes, y té de menta, salgo al comedor, ya algunos guías están frente a la estufa encendida, y ahí mi desayuno servido, huevos duros, quesos varios, mermeladas caseras, así como pan, y Baghrir, (crepes marroquíes de mil agujeros), Ghoribas o Galletas de coco, todo un regalo matinal que me prepara Said, para un largo día de caminata, los desayunos son muy completos y abundantes.Arousse (1.909 m) - Refugio de Tarkedit (3385m - 2.950 m)
Distancia: (17 km)
Desnivel: positivo (1.483 m), negativo (435 m)
Tiempo en movimiento (8:00 h).
Hoy me espera una etapa, con muchas condicionantes, primero, la aclimatación a la altura y también de preparación para superar el desnivel a salvar, nada nuevo esto, pues ya las alturas fueron nuestras compañeras en el ascenso al Toubkal, y también comenzando a partir de los 1900m de Imlil.
Comienzo el camino siguiendo los lentos pasos de Alí detrás de la mula que lleva nuestro cargamento, a poco de comenzar a caminar pasamos por la aldea de Aït Said, como casi todas las que veré, muy pequeña, casas de barro y caña, silencio total a éstas horas, bajando al río y lentamente continuamos el ascenso por un sendero que nos lleva por medio del Valle de Arousse.

Las laderas del valle, se cubren de pequeñas parcelas sembradas con trigo y cebada, en terrazas sujetas por muros de piedra, mientras, atrás, en el gran valle quedan los huertos de manzanos, almendros, albaricoques, algarrobos, membrillos, granados y cerezos, y alguno más que se me escapa.
Seguimos marcha y en pocos kilómetros más, a nuestra derecha me llaman la atención unas interesantes excavaciones en las rocas, son las antiguas Casas Trogloditas, que sobreviven a nuestros días.

La fauna que se encuentra en esta región es variada, hay mamíferos, algunos que están en peligro de extinción, como la oveja de Berbería (Aoudad), que, como curiosidad, éstas ovejas pueden pasar semanas sin beber agua, entre las aves emblemáticas se ven quebrantahuesos (en Amazigh, marz ighssane) y el ave de mayor envergadura, el águila real (tamda), también se consiguen ver algunas truchas (Fario), en las frías corrientes que descienden de la parte alta del M’Goun.
La vegetación alta la forman, casi, únicamente enebros rojos, y cercanos a los humedales puedo ver fresnos, chopos y sauces, también encuentro una gran variedad de pequeñas plantas, tomillo, artemisa, retama, manzanilla, lavanda y alcaparra, naturalmente señaladas por mi guía Alí.
Sigue nuestro camino ascendiendo, atravesamos otra pequeña aldea con casas de barro y paja, y llegamos frente al albergue Azib n´Ikkis, lugar de pernocta para muchos que inician la primera etapa de ascenso desde éste punto, (también cerrado), pasado Azib n´Ikkis, poco más arriba encontramos un manantial y comienzan las primeras rampas, ahora ya mucho más duras, que dificultan mi camino, pasamos por 2 collados, el de Tizi N'oumckiyk, a (2887m) y otro el Col n'Oughri, hasta llegar finalmente al Collado de Tizi n´Tarkeditt situado a (3.400m) desde aquí tengo ya, una panorámica espectacular de todo el macizo del M´goun.

También desde éste punto, puedo divisar el refugio, tenemos que bajar salvando un desnivel de 500m hasta la Meseta de Tarkedit (2.950 m).
¡Empezamos el descenso por una bajada moderada, que se hace en una serie de zigzags, algo complicados por ser piedra suelta, hasta llegar a los prados del Plateau de Tarkeddit, aquí es donde se encuentra el refugio Tilibit- ¡N-Terkedit, donde pensé que pasaría la noche, pero!!!!!! (cerrado también)


Pues no queda otra que levantar nuestro campamento, que una vez todo en orden y a falta de un aseo para una ducha, me voy andando hasta el nacimiento de las fuentes de Tessout, aquí nace bajo las rocas, un diminuto manantial que da origen a uno de los ríos más importantes de la cordillera del Atlas, sólo un hilo visible de agua que recorre manso la llanura dejando el verde a sus orillas hasta que toma pendiente, y se precipita mil metros más abajo durante ocho kilómetros formando el cañón de Wandras, (cañón con un muy triste recuerdo para los españoles).
Tan poca es el agua que sale que, mediante una garrafa de plástico, que toma mucho tiempo llenar, me doy una ducha salvaje en agua helada pero que sabe a gloria después del agotador trayecto.
¡Me tumbo sobre una lona y a mis pies, a la distancia, el Jebel M´goum, que emoción!

Noche en tienda, donde pasé el frío de mi vida, -7º y con rachas de viento muy fuertes, que por momentos parecían querer llevarse la tienda.