Hoy desayunamos de nuevo en la bonita terraza de nuestro estudio de Evlalia. Nos han avisado de que nuestro ferry de Aegean Flying Dolphin no saldrá por una avería en el barco, pero lo bueno es que la conexión entre estas islas es fácil y hay varias compañías que realizan los trayectos. Finalmente cambiamos el billete por uno de Bluestar ferrys que saldrá a las 12:40, cuatro horas antes de lo previsto.
De todas formas, nos da tiempo de ir a las playas que nos faltan por conocer y que hemos reservado para hoy por ser las más cercanas al puerto: Stafilos y Velanio. La llegada es muy fácil y el acceso también, ya que se aparca en el pueblo del mismo nombre que la primera de ellas y continuando por un camino se encuentra enseguida. Stafilos es muy bonita desde arriba, y tras hacer unas fotos decidimos continuar hasta Velanio, una playa de arena y guijarros, rodeada de árboles y con unas rocas enormes que se adentran en el mar formando una pequeña cueva. La playa es muy larga y está casi vacía, por lo que disfrutamos de total tranquilidad.
Último baño en las aguas de Skopelos y salimos rumbo al puerto pues a las 12:00 hemos quedado para devolver el coche de alquiler. Allí mismo hay una bakery que hace esquina y nos lleva dando al ojo desde que llegamos. Hoy es el día de comprar algo rico para tomar a modo de tentempié y finalmente nos decidimos por el pastel de queso de Skopelos, que nos tomamos acompañado de un frappé mientras esperamos al ferry.
En aproximadamente media hora de trayecto en ferry llegamos al puerto de Alonissos, donde nos recogen del hotel Marpunta Resort, ya que el traslado está incluido en la reserva. El hotel está estratégicamente situado en un saliente al sur de la isla, al que se accede a través de una carretera-camino entre pinos. La llegada es emocionante pues el lugar es precioso.
Hemos quedado con la agencia de alquiler de coche allí mismo y enseguida vienen a traérnoslo. A continuación, vamos a ver nuestra habitación, situada en lo alto del hotel, en unas casitas blancas que parecen un pequeño pueblo. Tiene una pequeña terraza con vistas a un jardín y el fondo el mar.
Pasamos la tarde en las playas del hotel que son una maravilla. La principal es de arena, está junto a la piscina y tiene hamacas. Pero además hay otra playa más escondida, con guijarros grandes y rodeada de rocas en tonos amarillos, que está casi vacía y es especialmente tranquila. Aquí nos quedamos pasando una tarde maravillosa, pero no nos alargamos demasiado pues queremos ir a cenar a Chora.
Desde el hotel tardamos unos 10 minutos el coche hasta llegar a la antigua capital de la isla antes del terremoto del año 1965 que destruyó el asentamiento e hizo que los habitantes se trasladaran a vivir a Patitiri.
Chora está construida en forma de anfiteatro en las laderas de la colina que rodean la bahía, lo que permite disfrutar de unas vistas. El pueblo fue restaurado y algunas casas se han transformado en cafeterías, tiendas y tabernas. Paseamos entre las callejuelas, decidiendo finalmente cenar en una de las tabernas con terraza y vistas:
-Kupa niva: dakos, pimientos rellenos de feta, naranjada y copa de vino. 22€.