
Empezamos visitando la Playa de la Ermita Santa Justa que pertenece a Ubiarco, muy cerca de Santillana del Mar. Es una pequeña playa con un acceso restaurado hace poco con zonas ajardinadas para tomar el sol y un parking amplio gratuito.
Se caracteriza por tener en un lateral la Ermita Santa Justa que se fusiona con la montaña, se accede por un pequeño camino donde podrás disfrutar de bonitas vistas a la playa y al mar.
Por arriba hay otro camino que te lleva a una gran explanada con los restos de la Torre de San Telmo, una construcción defensiva del siglo XIV, con más vistas impresionantes a los acantilados. Desde aquí tienes vistas a la Playa del Sable del Tagle que se puede llegar desde aquí dando un paseo.

Una verdadera joya escondida o quizás ya no tanto pero que no te puedes perder si paras por aquí, en persona te impresionará mucho más que en fotos, un rincón verdaderamente bonito.
Al parecer había un chiringuito donde daban comidas, no sabemos si seguirá estando en agosto o ya no lo ponen, nosotros no vimos ni rastro de él pero si se veía una zona donde podrían colocarlo.
De aquí nos vamos a Santillana de Mar a buscar dónde comer, no hay muchas opciones, son casi todo mesones, restaurantes caros... damos una vueltilla y encontramos uno que es más de nuestro estilo trotero, La Guinda café y más, es una cafetería que también dan picoteo, hamburguesas, bocadillos, tostas... está muy bien.

Después de comer nos damos un paseo por su centro histórico que nos lleva por sus callejuelas medievales que parecieran que no haya pasado el tiempo por ellas, apenas ha sufrido variaciones relevantes en 300 años.
Popularmente se la conoce por la villa de las tres mentiras, ni es santa, ni es llana ni tiene mar. También podrás visitar el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira.

Vamos a comprar alguna cosilla al super que está al lado del camping y al salir veo muy cerca de la puerta de paso a un pajarín tirado en el suelo, pensando que estaría muerto, lo cojo para dejarlo en el jardín y veo que está vivo. Dudamos si dejarlo cerca de algún arbolito y que se recupere pero vemos bastante trajín de coches y decidimos llevarlo con nosotros a la tienda de campaña y darle calorcito. Mientras le damos algo de agua y le dejamos tranquilito arropado, voy mirando si hay cerca algún centro de recuperación de aves. Al rato miramos cómo va y se empieza a espabilar, le dejamos otro ratito tranquilo y vemos que se termina de recuperar y quiere volar, así que lo sacamos y levantamos en alto para que se vaya al arbolito que tenemos cerca, se posa y nos dice un chio chio antes de irse.
El pajarín resulta ser un Zarcero Políglota.
