Etapa 16. Jeonju y la Hanok Village
Las tiendas y cafeterías del Hanok Village abren a partir de las 10. Como no lo sabemos, hemos salido más pronto y todo está desierto. También se agradece porque es un oasis de tranquilidad y de silencio solo roto por algún vecino que ordena la casa o prepara los ingredientes para el kimch.

Llegamos a la cafetería del Hotel N Bridge que nos queda a 5 minutos del hotel. Menos mal que no hay prisa porque la chica que nos atiende se toma su tiempo. Incluso para elegir las tazas de loza del desayuno.
Hoy dedicamos el día la Hanok Village. Si bien es posible hacer una excursión de un dia desde Seul ( menos de 2 horas en tren) nosotros preferimos dormir aquí y visitar con calma las más de 700 casas tradicionales, uno de los conjuntos mas grandes de Corea y un destino turístico imprescindible.

La pena es que la mayoría fueron reconstruidas en el s.XX después de la guerra con Japón.
Lo primero es visitar Gyeonggijeon Shrine, el santuario del s. XV que sobrevivió a los bombardeos japoneses ( aunque totalmente restaurado en el 2003). Delante del santuario está la Catedral con una arquitectura de estilo europeo. Todas las veces que pasaremos por delante, la encontraremos cerrada. Leemos que se ubica en el mismo lugar donde murieron martirizados los primeros cristianos que llegaron a Corea en 1791.

Dejamos la ciudad antigua por la Punngnammun Gate, la única puerta de la muralla conservada. Aquí hay una estatua de la Joven de la Paz, la de la mujer esperando el perdón de Japón junto a esa silla vacía. Me sigue impactando cada vez que la veo.

El Nambu Market es la siguiente parada. Como está medio vacío, podemos pasear tranquilamente y hacer muchas fotos.

El calor aprieta y a pesar de ir buscando la sombra, hacemos caso a nuestro anfitrión y nos vamos a la mejor heladería de Jeonju, el Grandma’s Best. Y sí, super recomendable. Y es un lugar donde van, turistas y locales y también debe ser bastante común como lugar de reuniones de trabajo. A nuestro lado hay un grupo de 6 hombres todos trajeados que hablan bajito y a juzgar por el protocolo de quien habla primero, quien sirve, los gestos, etc, deben estar en una reunión y los llevan a probar el mejor helado de la ciudad.
Después de un merecido descanso en el hotel más que nada para tener sombra y un poco de aire fresco, subimos a Omokdae para las vistas. Esta colina es importante desde el punto de vista histórico ya que el primer rey de la dinastía Joseon venció a los japoneses a principios del siglo XIV y se mantuvo en el trono por más de 500 años.
Desde el Omokdae, un puente peatonal te acerca a la Jaman Mural Village. No sé si se debe a que es agosto, o es pronto, parece una aldea desierta. En la hora larga que paseamos por la aldea y sus empinadas callejuelas estrechas tomando fotos de los murales, no vemos a nadie.

Leemos que este barrio creció durante la Guerra de Corea para alojar a los refugiados de Corea del Norte y en los últimos años se ha convertido en un foco de atracción turística gracias al street art y los murales con personajes de cómic, de manga, de Disney y de Miyazagui. Enormes Totoro y Chihiro decoran sus paredes y tiene su gracia.
Terminamos el día con una cerveza artesana en el y unos duumplings excelentes. , también recomendada por nuestro anfitrión.