lunes 2 de septiembre
LARACHE
Todo un día para vivir Larache. Día de calma y luz intensa. Sol caliente y aire fresco. Deslumbrantes y solitarios rincones blancos y azules.
El desayuno del Hotel España servido en el primer piso con vistas a la soleada Plaza Ovalada. Un desayuno increiblemente abundante y variado que nos llena de energía.
Y empezamos a andar. Hacia la parte española de Larache por la Avenida Mohamed V. Pasamos la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar y llegamos al Jardín de los Leones bajo el viejo Castillo Laqaliq o Castillo de las Cigüeñas.

Subimos hasta la Torre del Judío donde hasta hace poco se exponían los objetos de las excavaciones de Lixus. Ahora está vacío como pudimos comprobar siguiendo al hospitalario guardián que se empeñó en hacernos entrar.


Enfrente se encuentra el precioso edificio que alberga el Conservatorio de Música de Larache. Hicimos aquí una breve visita también invitados por el guardián de la entrada. Nos parecieron gentes muy hospitalarias y orgullosas de su patrimonio.
Desde aquí se tienen unas muy buenas vistas del puerto pesquero lleno de actividad a esta hora de la mañana.
Decidimos ir bajando hacia el puerto pero cruzando por el interior de la Medina. Así que entramos por la preciosa puerta junto a la blanca Mezquita Al Anuar.

Esta parte de la Medina nos pareció la más atractiva. Tal vez fuera por la limpia luz de la mañana. Pero realmente las estrechas calles que giran y suben y giran y bajan nos enamoran enseguida.


Los solitarios rincones azules i blancos. Los esbeltos y luminosos minaretes que asoman por encima de los tejados. Silenciosos habitantes de la Medina nos saludan de vez en cuando. Ningún turista ...
Andamos sin mapas siguiendo nuestra intuición. La Medina no es muy grande y llegamos sin quererlo otra vez al Café Azul. Estamos solos y en calma en la Medina de Larache.


Ahora bajamos hasta el Puerto y nos mezclamos con los vendedores y compradores de pescado que hacen sus tratos con mucho interés. Hay un buen ambiente que nos empieza a despertar el apetito, Miramos los restaurantes de la carretera de la Corniche pero nos apetecía algo más especial y acabamos en Casa Manolo. Una muy buena elección pues la gran y sabrosa olla de arroz caldoso estuvo perfecta.

Volvemos al hotel perdiéndonos de nuevo por los callejones más empinados y fotogénicos de la Medina. Callejones de una belleza pura y simple y sin los típicos souvenirs que encontramos en otras medinas. Perfecta Medina minimalista de Larache.



Hasta volver al Zoco Chico. Hasta la plaza ovalada. Hasta el balcón de nuestro hotel, mirador privilegiado sobre la tarde de la plaza. Esta geométrica y perfecta plaza que invita a muchas ensoñaciones viajeras.
Cuando la sombra de las palmeras se ha vuelto muy alargada salimos para despedir el sol. Un sol en toda regla que hoy nos va a regalar una perfecta inmersión en el Océano Atlántico.

Una buena despedida de la tranquila Larache. Hemos conseguido sustituir la misteriosa imagen que nos dejó en una corta visita en 1987, por estas bellas, pacíficas y auténticas nuevas imágenes que han conseguido satisfacer a unos viajados viajeros.
Cenamos de nuevo en el Café Lixus.