Al final no se puede tener todo, y elegí esta excursión con Hyur Service, muy completa, pero tuve que dejar la visita al primer monasterio del que leí, Khor Virap, donde estuvo prisionero una figura muy importante en Armenia, San Gregorio. Trece años estuvo el tío encerrado en una mazmorra tipo El Conde de Montecristo, un agujero excavado en el suelo, que se puede visitar.
Hoy sale tardísimo el tour, a las 10. Ya os digo que los armenios no son de madrugar. Yo me temo lo peor, pues a esa hora yo ya llevo cuatro horas funcionando, y por supuesto, no vamos a ver nada en solitario.
El punto de encuentro son las oficinas de Hyur Service, esos están a otro nivel. Flota de autobuses, coches con los logos de la empresa y mucha gente allí, me gustaba más el rollo del día anterior, y más cuando me invitan a subir a un bus con otras 55 personas.
Primera parada, Arco de Charents, un mirador que ya está abarrotado de gente de diferentes compañías de tours. Decir que este tour es uno de los más populares en Armenia. Mirador que sólo tiene como un balcón, con el monte Ararat de fondo para hacerte la foto. Lo mejor, un tipo muy auténtico tocando canciones tradicionales con un acordeón.
Todos los rusos para el autobús, eran inmensa mayoría y para el siguiente destino, el templo pagano de Garni. Este si que tenía muchas ganas de verlo, pues yo soy un flipao de la historia romana y griega.
Muchísima gente allí, 90 por ciento rusos, de esos con pasta que no van a la guerra. Aún así, precioso lugar, tiene que ser una pasada verlo a las 7 de la mañana. Allí conocí a un argentino que iba en el mismo bus, que tenía más pinta de ruso que los mismos rusos, con el que hice muy buenas migas, éramos los dos únicos hispano hablantes.
Hora y media allí y para el siguiente destino y el que más me gustó, el monasterio de Geghard, ubicado entre rocas, en un lugar increíble, que al igual que el anterior, estaba lleno de gente, y eso que era jueves. No pensé que en Armenia habría tanto turismo, aunque como he dicho antes, la gran mayoría son rusos con dinero.
El monasterio esculpido en la roca es una pasada, con un montón de cruces de piedra, llamadas Khachkar. Vas visitando diferentes salas/cuevas, a cada cual más interesante, con un ambiente muy medieval y unos ecos sacados de los cantos gregorianos. Los guías entonaban canciones tradicionales armenias y el sonido era sencillamente una delicia para los oídos.
De nuevo el guía, nos hace la explicación a los 7 u 8 que íbamos en inglés y tenemos un buen rato para explorar el complejo mientras da la explicación a los demás en ruso. Un lugar imperdible si visitáis Armenia.
La siguiente parada es para el almuerzo. Como yo había leído en diferentes sitios que era caro y de escasa calidad, había llevado mi propia comida, me pillé un cervezón y un café en una tienda al lado del restaurante y esperé a que terminaran el lunch.
De ahí partimos al lago Sevan, el sitio por excelencia para pasar las vacaciones o los fines de semana, los armenios y los rusos. Un inmenso lago con el precioso monasterio de Sevanavanq, encima de una colina, con el que consigue un enclave espectacular. Desde allí, las vistas son chulísimas. El monasterio está guapo, pero no llega a la majestuosidad del anterior.

A las 19:00 llegamos a Yerevan , no ha estado nada de mal el tour, unas 9 horas que se han pasado muy deprisa. Voy corriendo a comprarme una camiseta de Armenia de recuerdo, comprar comida para el traslado del día siguiente, ya que ya me voy para Georgia, ducha y listo para ir a cenar a un sitio con música tradicional armenia, Yerevan Tavern. Totalmente recomendable, una pasada de sitio, yo estuve en el que hay al lado de la plaza de la República. Comida estupenda, ambiente mágico, con muchos locales cantando a coro con los artistas, totalmente recomendable. Después me fui a una cervecería muy guapa, oara despedirme de Yerevan con una buena cerveza tradicional.