Nada más entrar en Trento, nos percatamos de que eran casi las tres, tarde ya para buscar restaurante en Italia, así que nos quedamos en un McDonald que vimos de paso. No es nuestra comida favorita, pero tampoco nos disgusta y hay que reconocer que algunas veces saca de apuros. Por fortuna, no tuvimos necesidad de recurrir de nuevo a las hamburguesas durante el resto del viaje.
En Trento, teníamos reservado alojamiento con aparcamiento privado, La Villa-Luxury Guest House. Yendo ya en su busca, sin darnos cuenta nos metimos en el centro de la ciudad, pero logramos evitar los espacios de tráfico limitado y alcanzamos sin problemas el hotel, que se halla detrás del castillo del Buonconsiglio y al final de una pronunciada cuesta. Aunque parezca de acceso complicado, cuando se conoce está bien, en una zona ajardinada muy bonita, a unos diez minutos caminando de la Plaza del Duomo. Al hacer el check-in online, nos facilitaron el código para el garaje y el ascensor. La habitación era muy confortable y contaba con aire acondicionado, que agradecimos mucho; además, tenía nevera, nos dejaron agua fría y mapas turísticos… Nos costó 102 euros, incluyendo tasas, desayuno y parking cubierto. Muy buen precio.

Pese al calor, no tardé en salir a recorrer el precioso casco histórico de la ciudad, pequeño y concentrado en un espacio que se cubre perfectamente a pie.

Unos pocos datos sobre Trento.
Situada a una altitud de 190 metros sobre el nivel del mar, Trento es la capital de la región de Trentino-Alto Adigio, así como de la provincia autónoma de Trento. Actualmente cuenta con unos 120.000 habitantes.

De origen celta, hay documentos que en el siglo III a.C. ya se refieren a “Tridentum”, si bien se desconoce el motivo de ese nombre, quizás debido a los tres montes que la rodean, a los tres ríos que la surcan o un homenaje al dios Neptuno (la hipótesis menos factible). En el siglo I a.C. se convirtió en una próspera provincia romana, que contaba con suntuosos palacios y edificios públicos. Destruida por los godos, entre los siglos VIII y IX, se vio favorecida por su ubicación vital como nudo de comunicaciones entre el norte y el sur, a través de los Alpes por los pasos de Resia y del Brennero, lo que llevó a los emperadores a conceder a sus obispos un destacado poder temporal y la consideración de “príncipes”.

No obstante, su principal fama la adquirió con el Concilio Ecuménico que lleva su nombre, celebrado entre 1545 y 1563, que se considera el inicio de la Contrarreforma católica frente a la Reforma protestante promovida por Lutero.

A mediados del siglo XVII, comenzó su decadencia tanto política como económica. Fue ocupada por Napoleón, quien suprimió la figura del príncipe-obispo. Anexionada durante un breve tiempo al Reino de Italia, en 1815, el Tratado de Viena incorporó la provincia al Imperio Austro-Húngaro. En 1919, al final de la Primera Guerra Mundial, pasó definitivamente a integrarse en Italia. En 1971, se amplió el estatuto de autonomía de Trento y Bolzano, suponiendo un caso único en el sistema administrativo del Estado Italiano.

Recorriendo Trento.
En este viaje, y más en visitas cortas, decidí prescindir de los museos, pues me llevarían mucho tiempo, sobre todo teniendo que traducir los paneles informativos. Sí quería visitar el Castillo del Buonconciglio, pero era lunes y también en Italia parece ser un día maldito para conocer el interior de los monumentos. Así que tuve que contentarme con verlo por fuera. Empecé mi caminata surcando la carretera donde se encontraba nuestro hotel, que transita por detrás del castillo y desde donde pude contemplar unas vistas imponentes de la fortaleza y de la ciudad, cubierta de pronto por unas nubes que amenazaban tormenta. También me llamaron la atención algunas bonitas casas del entorno.

El castillo fue la residencia de los obispos-príncipes, su origen se remonta al siglo XIII y en el siglo XV fue reformado en estilo gótico veneciano. Actualmente es un museo, que también recuerda las batallas libradas durante la I Guerra Mundial para dominar estos territorios y las celdas donde estuvieron presos los soldados que combatieron por Italia. Cuenta con torres almenadas en cuyo interior se conservan numerosas pinturas al fresco de los siglos XIV y XV.

Lamenté mucho no poder ver los frescos, sobre todo las de los salones de la Torre del Aquila, aunque sí pasé por el arco de su portada, donde también hay algunas pinturas.

Continué por una calle que me llevó hasta el Giardino di San Marco, un pequeño parque público muy agradable, con esculturas, fuentes, plantas y flores. Algunos lugareños estaban tomando el fresco a la sombra, en sus bancos.

Sin prestar demasiada atención al mapa que llevaba en el bolso, dejé que mis pies me condujeran a su albedrío por calles estrechas, cuyas casas de colores me atraían sin remedio: ventanas, balcones, rejas, pórticos, pinturas en los muros, algunos impecables y otros penosamente desconchados… El estilo alemán surge sin reparos recordando su pasado, igual que lo hacen los paneles informativos, escritos en italiano, alemán e inglés. Y es que Trento supone la puerta de entrada a los Dolomitas desde el sur, lo que significa el tránsito entre la esencia genuinamente italiana y la tradición austriaca (alemana).


Caminé por Largo Giodué Carducci, Vía Galileo Galilei, Vía Decli Orbi, Vía San Pietro… Me gustaba mucho todo, pues representa el tipo de ciudad por la que me encanta pasear, donde no me canso de hacer fotos a cualquier rincón. Sin faltar gente, tampoco estaba masificada.

Pasé frente a la Iglesia de San Pedro, detrás de cuya fachada del siglo XIX y estilo neogótico veneciano se encuentra otra del siglo XV, con campanario de 1487. Estaba cerrada, así que no pude visitar el interior.


Llegué a Vía Gianantonio Manci, en cuya confluencia con Vía San Marco aparecen varias casas notables, como el Palazzo del Meli del Monte, de finales del siglo XV, con fantásticas pinturas y decorados de entre 1515 y 1519, aunque su estado de conservación no es bueno. También son muy bonitos los edificios porticados, pintados de colores, en la adyacente Vía del Suffragio. Muy chula toda esta zona.


