¡Madrugón!
Tocaba levantarse muy pronto porque hoy íbamos a hacer un safari en el Parque Nacional de Yala (www.yalasrilanka.lk). El ritual era el siguiente: te subían a un jeep modificado de tal manera que los pasajeros estan sentados en una plataforma algo más alta de lo normal, para tener más visibilidad...aquí tenéis una foto:

El safari dura toda la mañana, y prácticamente todo el rato vas dentro sin poder bajar. En el jeep hay comida y bebida para todo el trayecto, así que salvo una cámara no hay que llevar nada más.
Si no me acuerdo mal, antes de las seis ya estábamos haciendo cola para entrar dentro del recinto...junto con varias decenas más de jeeps. ¿O pensabais que seria un paseo idílico por la naturaleza sin nadie más? El equipo está formado por un conductor y un guía, y éste último va hablando por Whatsapp y Telegram con otros guías para saber en qué zona del parque hay algo interesante que ver. Entonces, el safari es un peregrinaje/carrera de todos los jeeps yendo a ver un leopardo, un elefante o las orejas de un cocodrilo. Llegamos a estar parados media hora porque había un leopardo en el horizonte, pero que estaba escondido. A mi todo ese ajetreo y con el lamentable estado de los caminos me puso enfermo y llegué a vomitar...llegados a este punto hay que aclarar que vomito facilmente, alguna tara tengo que tener. Así que no pude comer ni beber nada del pícnic, ni tampoco disfrutar mucho de la actividad.

Nuestra conclusión: no repetiríamos. Si te encantan los animales, hacerles fotos y tienes mucha paciencia para ver la oreja de un leopardo, lo pasarás bien; si por el contrario simplemente te gusta ver un par de elefantes de cerca yo no haría este tipo de safari. Pero vaya, es nuestro punto de vista. A otros viajeros les encantó a pesar que el safari tiene precio europeo y no es nada barato.
Así que volvimos a Tissa para hacer el checkout y comer algo antes de la partida. A pesar que la comida tenía muy buena pinta, a mi no me entraba nada porque todavía tenía el estómago revuelto. Una pena.
Justo antes de irnos, el propietario nos advirtió que una rueda trasera tenia la presión baja y nos recomendó ir a revisarla. Nos explicó que en todos los pueblos y ciudades había talleres de reparación de neumáticos y que se distinguían muy fácilmente porque había una rueda grandota a modo de cartel. Como no nos aclarábamos con las indicaciones, se subió a su moto y nos guió. Y es que ya íbamos viendo que éste es el auténtico espíritu de Sri Lanka, facilitarlo todo. Yo siempre digo que para todos los problemas tienen una solución (por nuestra experiencia, justo lo contrario de Cuba en que para toda solución tienen un problema www.losviajeros.com/ ...hp?b=14400)
Así que con la rueda reparada, emprendímos la ruta hacia Ella: las puertas de la pequeña Inglaterra....de las que ya hablaremos más tarde. El trayecto era de unos 90 quilómetros, y eso con un tuk tuk son algo más de dos horas. Habíamos leído que hay dos rutas para ir:
• Por la A2 y la A23. La habitual, algo más corta y sin contratiempos aparentes.
• Por la carretera de Kataragama, menos concurrida y que transcurre más o menos en paralelo pero pasa por zonas donde viven elefantes salvajes y te los puedes encontrar por el camino.

Nuestra idea original era la segunda opción, pero vistas las aventuras e inconvenientes que habíamos tenido decidimos no arriesgarnos: viejero miedoso 1 - viajero aventurero 0.
Justo antes de Ella hay que hacer parada obligatoria en las cataratas de Ravana (en.wikipedia.org/wiki/Ravana_Falls), que estan justo a pie de la carretera que llega a la ciudad y tienen un cómodo mirador. Ah, también está infestado de monos, así que ¡mucho cuidado con mochilas, bolsas y comida!

Ella es una ciudad de unos 40.000 habitantes con mucho atractivo. Y es que Ella es el punto perfecto para coger el fantástico tren hacia Kandy, que es una auténtica aventura. Los británicos tendrán muchas cosas, pero en su afán colonizador han dejado un rastro de buenas infraestructuras ferroviarias por donde han estado....ya habrían podido enseñas algo a los amigos de RENFE y ADIF.
Es muy habitual llegar a Ella y desde ahí hacer el trayecto en tren hasta Kandy, de unas siete horas. Para los viajeros aventureros que van en tuk tuk, la misma agencia ofrece un servicio extra en el que un conductor lo recoge en Ella y te está esperando en Kandy....no nos interesaba. El trayecto cuesta una miseria pero la aventura es obligatoria para todo viajero que ponga los pies en Sri Lanka. Nosotros lo hicimos un poco diferente porque no queríamos estar tanto rato: hicimos un viaje en tren de ida y vuelta a Haputale (unas dos horas), para pasar ahí la mañana. El tren salía temprano, así que en Ella nos instalamos, cenamos algo en la ciudad y nos fuimos a dormir. Ya habíamos escogido estratégicamente nuestro alojamiento, el Ella Green Stay que nos salió por 35,42 USD, a cinco minutos de la estación de tren...y es que los billetes no se pueden comprar por adelantado: hay que hacerlo el mismo día. Tocaría madrugar.
Así que dedicamos el resto del día a recorrer un poco el centro de Ella para buscar un sitio para cenar y también un super para recargar nuestra alacena con víveres.
Ella es una ciudad muy muy turística, y la calle principal está llena de restaurantes de todo tipo y dos o tres supermercados muy bien abastecidos (el Satosha y el Somasiri, por ejemplo).