Llego uno de los momentos mágicos del viaje. En Pinnawala la mayoria de hoteles están al lado del río, y esto es así porque por la mañana llevan a los elefantes a tomar un baño y se pueden ver mientras desayunas. Al principo sólo eran dos o tres, pero poco a poco fue una manada entera...y estuvieron ahi un buen rato, incluso nos dio tiempo a bajar a la piscina y continuar el espectaculo. Nos lo pasamos pipa viéndolos de cerca e incluso alimentándolos con unos curiosos frutos que había en el jardín y que ellos devoraban con avidez.


Por cierto, los check in en los hoteles de la zona acostumbran a ser tardíos. Lo que sospechamos es que de esta manera evitan que los huéspedes pueden alojarse e inmediatamente ver los elefantes en el río. En nuestro caso el check in era a las 16h.
Así que tras el desayuno y el baño con elefantes, dejamos el hotel e hicimos ruta a la siguiente parada: Kandy. Esta vez el destino estaba más cerca, sólo a 40 quilómetros, por lo que en una hora ya estábamos en el Buda de la Colina.
El Buda de la Colina es un templo que oh sorpresa, está en una colina justo al lado de la ciudad. Se puede llegar pefectamente en tuk tuk y una vez ahí disfrutar de un inmenso buda inmaculadamente blanco y de unos 26 metros. A esas alturas ya habíamos visto unos cuantos budas de varias formas y colores, pero os garantizo que la visión era espectacular.

Trás eso, nos fuimos a nuesto apartamento, que estaba cerca del lago de Kandy, el Aurelia Inn. Nada es casualidad, la idea era poder hacer un paseo por el lago para ver el Templo del Diente de Buda. Pero vamos a partes, porque primero tocaba comer algo, instalarnos y hacer planes. El bonito hotel nos costó 29 USD.
¿Qué paso? Pues que la diarrea y los vómitos hicieron acto de presencia. En mi caso los vómitos y Guillem se llevo la diarrea. Laura, en cambio, estaba ahí impoluta e inmune. Así pues la tarde se fue al traste, y cruzamos los dedos para que las cosas no fueran a peor y que nos recuperáramos pronto. Guillem y yo pasamos una muy mala tarde, y una mala aunque mejor noche. Por suerte, al día siguiente ya estábamos en concidiones de movernos si temer las consecuencias de un estornudo inoportuno