Día 10: segundo día en Siem Reap ✏️ Diarios de Viajes de Camboya

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Hoy nos tocaba hacer el long circuit pero con la lluvia hemos dormido fatal (es una pena porque tenemos un hotel de lujo, con una cama enorme mega cómoda pero no ha habido manera de pegar ojo). Le mando un mensaje a Roben para anularle la cita y trasladarla al día siguiente. Igualmente nos levantamos a las 8h30 y después de un opíparo desayuno, nos dirigimos al Museo Nacional de Angkor. Sigue el mal tiempo pero como mínimo no llueve. El Museo, que queda a 10 minutos del hotel, vale muchísimo la pena. Se nota que está concebido según las últimas tendencias museísticas por lo que resulta muy didáctico. La visita dura dos horas largas o casi tres si quieres mirar todos los audiovisuales. Una de las salas dedicada a los budas contiene una inmensa colección de figuras de todos los tipos, tamaños, materiales, posturas y mudras. Intentamos aprendernos las mudras de memoria pero son muchas y te dan ganas de llevarte una selección a casa para tenerlas a mano. Por lo demás, hay cientos de esculturas de Vishnu, Shiva, Ganesh y otras divinidades. Realmente vale sus 12$.

Saliendo de ahí, entro en el supermercado que hay justo delante, un supermercado muy moderno con miles de productos (siempre me produce mucha curiosidad entrar en los supermercados cuando viajo). Paseamos luego por el borde del río hacia el templo budista de Wat Preah Prom Rath, camino al Old Market, una zona mucho más turística pero simpática. En el mercado los vendedores apremian para que compremos lo que sea, e intuimos de nuevo que el turismo ha bajado mucho porque se les nota un punto de desesperación. Me compro una pulsera de plata (la segunda). Cruzando el río, entramos en otra parte del mercado esta vez parece ser un mercado de arte. Y detrás, por unas callecitas, vamos a dar a un restaurante especializado en Spring Rolls. Se ve agradable y nos quedamos (luego deducimos que debe está super anunciado en Trip Advisor o e Tik Tok o algo, porque está bastante lleno. Los rollitos están bien pero estaban muchísimo mejor los del día anterior. Caminamos otra vez hacia el otro lado del río, por una zona mucho más turística llena de bares, spas con grandes ofertas, bares y hostels de medio pelo, pero como ha salido el sol y hace mucho calor decidimos volver al hotel y pasar un rato en la piscina con la idea de salir más tarde a ver la puesta de sol al lago. Desgraciadamente no va a ser así. A las 17h00 de repente se levanta el viento y a los 10 minutos empieza a llover a mares. Ya no saldremos ni para cenar.

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