Tal y como convenimos la víspera, a las 7:30 en punto, nos despierta el teléfono. Para mí que es siempre el mismo señor que nos ha atendido hasta ahora. No parece que trabaje nadie más aquí.
Tras el paso por la ducha, ¡qué olor!, bajamos a desayunar. Estaba todo el comedor vacío excepto una mesa, ocupada por un señor con coleta. Lo dicho, aunque las otras cuatro mesas estaban vacías, teníamos preparada la nuestra con sus tapetes, cubiertos, vasos y tazas…por lo tanto, nos sentamos y Él, el Único, nos pregunta si tomaremos café o té, y va a la cocina a por ello. Encima de la mesa, en un soporte con clip teníamos un papelito, en cuyo anverso venía la previsión meteorológica del día, y el reverso, un pequeño texto sobre Reykiavik. Curioso.
Reykiavik significa “bahía humeante”, y fue fundada por Ingólfur Arnarson en el 874. Según cuenta la leyenda, cuando se acercaba a la isla, lanzó al agua el mástil de la embarcación y allá donde fuera éste a parar construiría su asentamiento. Se dice que Ingólfur fue el primer colono de Islandia, aunque antes que él, el vikingo sueco Garðar Svavarsson pasó seis meses en la zona en la que hoy se encuentra Húsavik, debido a que una tormenta lo llevó hasta allá. De todas formas, transcurrido el invierno, Svavarsson volvió a su casa.
Teniendo en cuenta que pasarían a las 8:30 a recogernos, y que ya eran las 8:10, desayunamos poco. Un poco de jamón de York con queso, zumo y té. Iraitz en cambio pan tostado con mantequilla y azúcar acompañando al café con leche. El inefable se extrañó que tomáramos tan poco y nosotros le dijimos que teníamos prisa porque teníamos excursión. Nos preguntó qué excursión, y nosotros que “Golden Circle”. Se hizo el tonto y cuando le enseñamos el folleto nos dice que esa compañía no era buena y entonces saca él otro folleto, de Iceland Excursions (ie), y nos dice entre risas, que es mejor.
Le decimos que para la próxima y salimos a la calle. Son las 8:30 pero no viene nadie por nosotros hasta casi menos cuarto. Estando en la calle esperando, sale el hombre a mirar y le decimos “it´s a bad company” y risas generalizadas. Al fin viene un microbús que en cinco minutos nos deja en BSI. Tras un paso fugaz por los baños, salimos a la zona de buses. Entre un montón de microbuses había un autobús grande con el cartel “Golden Circle” y nos hemos subido a él. Nos sentamos por detrás y a las 9:05 nos ponemos en marcha.
Hacía muy buen tiempo al principio, pero en estos sitios ya se sabe, que con el viento, el tiempo puede cambiar en cualquier instante. La señora guía, encargada de darnos la chapa por el micro hablaba inglés despacio pero aun y todo se nos ha hecho casi imposible entenderle nada por la extraña forma de pronunciar que tenía.
La primera parada de la excursión ha sido en la central geotérmica de Hellisheiði. Está bastante cerca de Reykiavik. Al bajarnos del bus hemos sentido bien los envites del viento. Fresco. Nada más entrar, la gente se ha ido sentando en unas anchas escaleras, por lo que hemos subido casi hasta arriba y hemos hecho lo propio. Nos han proyectado unas diapositivas y el responsable de turno nos ha contado un poco de qué va el tema; en inglés, un tanto complicado de entender por el empleo de términos técnicos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Después, arriba, ha empezado a hacer lo mismo con una pantalla táctil estilo Minority Report. Aparte, había otra pantalla en la que se reflejaban los terremotos de los últimos años. Apretabas el botón, y se sentía la vibración y se oía el ruido del elegido. Había también un sismógrafo que, si saltabas con fuerza, lo reflejaba en el gráfico. Al final, un vídeo de 5 minutos nos describía más o menos lo mismo que el responsable nos había explicado al principio: las placas tectónicas, la actividad volcánica, la geotermia y ese tipo de cosas. El agua subterránea está muy caliente por causa de la actividad volcánica, y aprovechándose de ello, estas centrales combinadas, producen electricidad y agua caliente. El agua caliente se envía directamente a los hogares, y se utiliza también para calefacción; la electricidad, en cambio, se produce con el vapor de ese agua caliente.
Salimos de allí, y atravesando la localidad de Selfoss, nos llevan directamente a ver las cascadas de Gullfoss.
Tras el paso por la ducha, ¡qué olor!, bajamos a desayunar. Estaba todo el comedor vacío excepto una mesa, ocupada por un señor con coleta. Lo dicho, aunque las otras cuatro mesas estaban vacías, teníamos preparada la nuestra con sus tapetes, cubiertos, vasos y tazas…por lo tanto, nos sentamos y Él, el Único, nos pregunta si tomaremos café o té, y va a la cocina a por ello. Encima de la mesa, en un soporte con clip teníamos un papelito, en cuyo anverso venía la previsión meteorológica del día, y el reverso, un pequeño texto sobre Reykiavik. Curioso.
Reykiavik significa “bahía humeante”, y fue fundada por Ingólfur Arnarson en el 874. Según cuenta la leyenda, cuando se acercaba a la isla, lanzó al agua el mástil de la embarcación y allá donde fuera éste a parar construiría su asentamiento. Se dice que Ingólfur fue el primer colono de Islandia, aunque antes que él, el vikingo sueco Garðar Svavarsson pasó seis meses en la zona en la que hoy se encuentra Húsavik, debido a que una tormenta lo llevó hasta allá. De todas formas, transcurrido el invierno, Svavarsson volvió a su casa.
Teniendo en cuenta que pasarían a las 8:30 a recogernos, y que ya eran las 8:10, desayunamos poco. Un poco de jamón de York con queso, zumo y té. Iraitz en cambio pan tostado con mantequilla y azúcar acompañando al café con leche. El inefable se extrañó que tomáramos tan poco y nosotros le dijimos que teníamos prisa porque teníamos excursión. Nos preguntó qué excursión, y nosotros que “Golden Circle”. Se hizo el tonto y cuando le enseñamos el folleto nos dice que esa compañía no era buena y entonces saca él otro folleto, de Iceland Excursions (ie), y nos dice entre risas, que es mejor.
Le decimos que para la próxima y salimos a la calle. Son las 8:30 pero no viene nadie por nosotros hasta casi menos cuarto. Estando en la calle esperando, sale el hombre a mirar y le decimos “it´s a bad company” y risas generalizadas. Al fin viene un microbús que en cinco minutos nos deja en BSI. Tras un paso fugaz por los baños, salimos a la zona de buses. Entre un montón de microbuses había un autobús grande con el cartel “Golden Circle” y nos hemos subido a él. Nos sentamos por detrás y a las 9:05 nos ponemos en marcha.
Hacía muy buen tiempo al principio, pero en estos sitios ya se sabe, que con el viento, el tiempo puede cambiar en cualquier instante. La señora guía, encargada de darnos la chapa por el micro hablaba inglés despacio pero aun y todo se nos ha hecho casi imposible entenderle nada por la extraña forma de pronunciar que tenía.
La primera parada de la excursión ha sido en la central geotérmica de Hellisheiði. Está bastante cerca de Reykiavik. Al bajarnos del bus hemos sentido bien los envites del viento. Fresco. Nada más entrar, la gente se ha ido sentando en unas anchas escaleras, por lo que hemos subido casi hasta arriba y hemos hecho lo propio. Nos han proyectado unas diapositivas y el responsable de turno nos ha contado un poco de qué va el tema; en inglés, un tanto complicado de entender por el empleo de términos técnicos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Después, arriba, ha empezado a hacer lo mismo con una pantalla táctil estilo Minority Report. Aparte, había otra pantalla en la que se reflejaban los terremotos de los últimos años. Apretabas el botón, y se sentía la vibración y se oía el ruido del elegido. Había también un sismógrafo que, si saltabas con fuerza, lo reflejaba en el gráfico. Al final, un vídeo de 5 minutos nos describía más o menos lo mismo que el responsable nos había explicado al principio: las placas tectónicas, la actividad volcánica, la geotermia y ese tipo de cosas. El agua subterránea está muy caliente por causa de la actividad volcánica, y aprovechándose de ello, estas centrales combinadas, producen electricidad y agua caliente. El agua caliente se envía directamente a los hogares, y se utiliza también para calefacción; la electricidad, en cambio, se produce con el vapor de ese agua caliente.
Salimos de allí, y atravesando la localidad de Selfoss, nos llevan directamente a ver las cascadas de Gullfoss.