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Día 18 - Ndutu / Parque Nacional del Serengeti
Cerca de dos horas de camino
A las 06:30 horas, toca levantarse y punto de reunión para desayunar, a las 07:00 horas. Otra vez, comentarios de que si yo había vuelto a hacer el león. Como es lógico, indico que no es así, que lo hemos tenido durante la noche a unos 200 metros de las tiendas y que tengo realizada la grabación para aquella persona que quiera verla.
Tras salir para Serengeti sobre las 08:00 horas y tras varias paradas intermedias, vamos atajando por un camino totalmente embarrado, que nos lleva directamente al enlace con la puerta de entrada al Serengeti de Naabi Hill.
Mientras que los guías se encuentran en las oficinas formalizando la documentación, lo primero que hago es ir a una de las pequeñas tiendas a pillarme los parches y un pin. ¡ que ya tenía ganas !.
Luego, subimos a lo que es la colina y desde ese promontorio, divisar el majestuoso paisaje, las llamadas llanuras sin fin (significado de Serengeti en lengua Maa).
Atravesamos la puerta y ponemos rumbo a Seronera, centro del Serengeti. En ese tiempo, nos encontramos a nuestro paso los Simba Kopjes que son una serie de formaciones graníticas que emergen del suelo y que forman un atractivo paisaje. A lo largo de todo el parque, existen diferentes grupos de kopjes, denominados cada uno de una forma.
La película del Rey León, se basa precisamente en el más grande de estos Simba Kopjes.
En lugar de continuar carretera hacía Seronera, nos desviamos hacia la izquierda, hacia la zona conocida como EL MAKATI.
En ésta zona, divisamos dos leopardos en el intervalo de 500 metros de uno a otro y encaramados al respectivo arbolado, a cierta distancia del camino. Descansan placidamente a pata suelta, sin ningún tipo de molestia. Sigo sin primeros planos ¡ rabia contenida !
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Una vez llegados a Seronera, seguimos trayecto hacía el norte y finalmente llegamos a la zona conocida como RETIMA hippo pool, tras 45 minutos. Aquí realizamos nuestro almuerzo, ya que es una zona de picnic.
En éste lugar, confluyen el río Orangi y el nacimiento del río Grumeti.
Podemos apreciar y oír el espectáculo sonoro que producen los hipopótamos y sobre todo, cuando nos acercamos a las proximidades de su propiedad, ya que existe un numeroso grupo. Precisamente, éste robusto animal es el causante del mayor número de personas fallecidas en África, dado que es muy territorial y no puede ver nada que se encuentre en su camino. Por el día, se encuentran sumergidos, pero al llegar la noche, la cosa cambia y os aseguro, que si hubiésemos estado en esa zona de picnic comiendo a una hora menos corriente, habría encierros en el Serengeti pero con cambio de bichos…..
Regresamos y dejamos un primer cruce que nos llevaría hacia Ikoma Gate y un segundo hacía la zona de Lobo, ya de camino de vuelta a Seronera.
En el centro del parque, nos llevamos una sorpresa, tras divisar a dos leonas subidas en las ramas de otro árbol, una no tiene vergüenza y ni nos saluda, pero la otra pone pose y permite algún buen plano. Continuamos la marcha, que vamos al límite de tiempo y tenemos que llegar a la puerta de salida antes de las 18:00 horas.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Estando ya a unos 500 metros del camp, los Rangers nos paran y nos dicen que ya estamos fuera de hora y bueno, en principio sólo queda en amonestación, pero ya sabemos como va aquello, si infringes las normas, son muy tajantes, la empresa paga sanción y se le quita la licencia por tres meses y si continua, de por vida, con lo que todo el mundo intenta cumplir escrupulosamente.
Es que entre otras cosas, nuestro conductor se había perdido un poco. Es lo que ocurre cuando circulas ya casi anocheciendo.
Total, que nos vamos derechitos a la ducha y sorpresita, esta vez, nos duchamos con lluvia incluida ¡ que caña !
Cenando, ya seguimos escuchando a nuestro querido “media cola” rondando y dando las buenas noches.
Al estar lloviendo, el tiempo justo de cenar y dormir, puesto que salimos también temprano para la opción de otro safari al amanecer.
Debo decir que ésta jornada, me ha reportado el menor número de fotografías, porque la mayor parte de concentración de fauna, se encuentra en nuestro área de Ndutu y el Serengeti, está un poco vacío. Pocas de animales y bastantes paisajísticas.
Día 19 - Ndutu
Toda la noche, nuestro amigo Simba, ha estado activo a pesar de la lluvia caída.
Diana a las 05:45 horas y salimos a las 06:15 horas y “media cola” que no para ¡ peaso bicho !
Al rugir en la zona de la hondonada, da la sensación de tenerlo muy próximo al campamento.
Hoy vamos a dedicar el día a acompañar los rebaños de ñues y cebras para intentar captar algún momento de los nacimientos, aunque no es una tarea fácil.
Subimos al vehículo estando todo mojado con un rocío africano tremendo con mucha humedad, será por la cercanía del lago y una temperatura entre 10 a 15 grados.
De camino a esos rebaños, nos topamos con un león macho y tres leonas, descansando tras haber dado cuenta de un ñu, cazado como siempre con nocturnidad y alevosía.
Las llanuras, están repletas de ñues y sus recentales, acompañados de las cebras.
En un momento dado, uno de los componentes del otro coche y con ojo avizor, detecta lo que pudiere ser una hembra de ñu, con la placenta colgando.
Pues efectivamente, acierto de pleno. Nos mantuvimos al margen para evitar que el animal se pusiera nervioso, porque en el caso de que expulsara a su cría, podría darse el caso de abandonarla, por ello la premisa fue la distancia.
Una vez que documentamos ese momento, no fácil y con cierta tensión (tenía el brazo bloqueado de estar mirando continuamente por el visor) y expulsar su recién nacido, fuimos poco a poco al lugar del alumbramiento con cierta discreción.
Un recental, necesita 7 minutos para empezar a sustentarse y otros 7 minutos para poder seguir a la madre y trotar.
La verdad, que hicimos fotos a tutiplé, pero que feo el bicho. Con razón se le llama antílope sin gracia o payaso de la sabana ¡ que vida más cruel !
Tras esto, nos marchamos a desayunar en plena llanura.
Posteriormente, nos encontramos con grupos de jirafas y dos leonas de lo más juguetonas, que son las mismas que estaban a primera hora de la mañana, dando cuenta de un ñu.
Regresamos al tented para comer y aprovecho el momento de descanso para seguir realizando panorámicas del campamento.
Nos empieza a caer el agua otra vez, así que aprovecho sentarme en la cómoda sillita colonial que tengo en la tienda y a escribir un poco, con esa sintonía de olores profundos que desprende el aire de lluvia, el terreno y la vegetación.
Salida otra vez a las 16.15 horas y tomamos dirección a otro lago próximo, el Masek, cubierto por mucha agua.
Es increíble la escena que nos vamos encontrando al paso junto a la orilla, un auténtico cementerio de ungulados, parece eso, costa esqueletos.
El motivo de esa cantidad de restos de esqueletos se debe a que en época de sequía, los ñues principalmente se acercan a beber agua al lago, momento en el que aprovechan los carnívoros para darles el ultimátum. Es zona frecuentada por leopardos, pero nada no sale ninguno a darnos un susto ¡ y yo que quería saber si me encontraba en forma… !
Desde ese lugar, divisamos en la orilla contraria a una leona, así que cambio de rumbo. Estando próximos a ella, decide adentrarse en la maleza y es cuando de repente escuchamos un rugidos enormes y gritos y de repente una hiena que se marcha por patas pero a velocidad de vértigo, ¡ni el ave la pilla!
Todavía tengo los sonidos de esos instantes metidos en mi cabeza, fue tremendo el impacto creado en la zona.
Tomamos fotografías de la puesta de sol próxima al camp y vuelta a ducha nocturna. Cena tranquila y tras sentarnos alrededor de la hoguera, planto el trípode y hacemos una fotografía de grupo, bajo el ambiente de Ndutu.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Día 20 – Ndutu
Nos ponemos en marcha a las 07:45 horas para seguir buscando en éste día, más migración. En ésta mañana, los rebaños van abandonando la zona de la llanura y van moviéndose lentamente hacia la zona de bosque de acacias y matorral camino a Serengeti.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Unas jirafas nos interceptan en el camino y decidimos quedar un rato. Una de ellas nos invita a fotografiarla, tras posado junto a un charco, con el reflejo de su silueta en el agua.
Más leones, mezclados en el camino de los ñues, pero ni unos ni otros deciden avanzar y toman caminos diferentes. Más adelante un ñu, ha sido despojado de su vida en el transcurso de la noche. Junto al cuerpo inerte, escarabajos peloteros, hacen su papel. ¡curioso!
Otra vez nos topamos con los tres hermanos guepardos descansando, con una respiración muy fatigada y desconocemos si pudiesen haber sido los causantes del fallecimiento del desdichado ñu. Es cierto que no es su pieza favorita, dado que suelen cazar Tommi (gacela de Thomson).
Abandonamos la zona de Miti Mitatu a las 12:50 horas, porque está empezando a llover y estamos comprobando que puede ponerse muy mal el terreno y nos podríamos quedar tirados todo el día.
Comemos al cobijo de arbolado pero con premura, puesto que la lluvia no quiere abandonarnos. Una breve comida y vuelta a la zona de ñues y con la suerte de ver a otro recién nacido.
De recogida y a unos 300 metros de nuestro lugar de descanso, Simba el león adoptado por nuestro grupo y apodado “media cola”, está con su hembra y nos enseña un poquito los dientes. Los buitres lo llevan aburrido…
Como va a ser la última noche en éste emplazamiento al que podríamos catalogar como un edén, tenemos cena especial tipo barbacoa.
Lo malo fue que empezó a lloviznar otra vez y hubo que proteger todas las mesas, mediante un soporte de lona (tipo tienda), pero todo fue satisfactorio.
Merina, así se llamaba la managers del camp, se molestó en prepararnos una tarta como final de la estancia en Ndutu. Luego, unos pequeños cantos junto a la hoguera.
Dejamos a “media cola”, con sus rugidos últimos y parece como si él quisiera también darnos su concierto final de despedida.
Día 21 – Ndutu / Ngorongoro
04:30 horas, hasta llegar al Farm House
Me levanto sobre las 06:25 horas de forma instantánea y sin llegar a dar tiempo a que suene la alarma del teléfono, es como si tuviese un despertador mental sincronizado.
Llega el momento del que va a ser mi último lavado de cara con la botella de agua mineral Kilimanyaro, bajo el fuerte rocío reinante.
Escucho el sonido que emiten las tórtolas. Que gusto poder levantarse escuchando tales sonidos, que se demuestran en alegre partitura para los pabellones auditivos.
Desayuno y tras despedirnos de esas cinco personas que nos han dado cobijo de forma magistral, abandonamos Ndutu sobre las 08:10 horas, camino del que va a ser nuestro último destino.
Empezamos ya a comentar la rapidez con la que surgen los acontecimientos y que en nada estamos de regreso.
No me acordaba del día de la semana que estaba, únicamente me guiaba por los días y estancias en la zona, lo que te hace ausentarte de problemas y vivir al máximo cada momento, pero la cruda realidad, va mandando.
Como es normal y para el resto del grupo que no había viajado con anterioridad a Tanzania, establecemos una primera parada en la ya conocida Garganta de Oldupai (que no Olduvai, error). Lo típico, charlita, visita al museo y poco más.
Antes de empezar a subir hacía Ngorongoro, varios de nuestros integrantes, deciden visitar un poblado e igualmente novedoso para ellos.
Finalizado éste, empezamos la verdadera subida por MALANJA DEPRESSION. Fantásticas las imágenes, acariciando la nubosidad y cielo con las manos, con el fondo de un exuberante bosque inclinado de acacias, que se van solapando unas con otras, a una considerable altura entorno a los 2000 metros.
Tras llegar a la zona del mirador del cráter, vuelta a descender y a mitad de camino entre la espectacularidad de la vegetación reinante y las curvas sinuosas, tenemos que detener la marcha a la fuerza, dado que existe un pequeño convoy de vehículos de safari todos detenidos. Bajamos para ver que ocurre y sorpresa, una camión que subía y que llevaba cemento, había volcado. El espectáculo impacta un poco, porque es la típica escena de infinidad de mirones alrededor de ese accidente. El colorido del momento es muy nutrido, ya que en la misma curva, también hay un autobús detenido y todos sus ocupantes con multitud de atuendos, ocupan parcialmente ese terreno. Etnias, culturas, países (japoneses, alemanes, estadounidenses y españoles), todo el mundo mezclado.
El tiempo de espera no fue muy grande, porque partimos de la premisa que allí todo POLE POLE (despacio, despacio).
Digo esto, porque en el lugar, ya estaba actuando una grúa y eso sólo puede significar, que el accidente había ocurrido entre 4 a 5 horas atrás, porque aquello es totalmente distinto a la conciencia que podemos tener aquí, la infraestructura es muy básica o escasa y el lugar para acceder complejísimo.
Para nosotros fue un momento más del viaje para documentarlo y quedando en una anécdota, ya que no hubo que lamentar pérdida humana.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Se llamó al Lodge para que nos guardasen algo de comida, porque ya estábamos contra-reloj y fuera del horario fijado por la organización.
Finalmente, entre paradas y demás, llegamos a Farm House a las 15:00 horas.
Comemos, ducha y marcho a realizar las fotografías del alojamiento. Éste lugar que es como una recompensa de final, ambiente extraordinario con vistas al cráter Oldeani.
Los detalles sobre éste alojamiento, está más arriba.
Instantes previos a la cena, baile y música africana en su terraza. Tras la cena, un pequeño receso alrededor del fuego y a descansar en una excelsa habitación.
Día 22 – Ngorongoro
Desayunamos a las 07:00 horas y a diferencia de otros alojamientos en los que ellos te preparan el picnic (luch box), aquí somos nosotros los que decidimos que queremos comer y a la caja.
Salimos para el cráter pasados cuarenta minutos y un poco tarde.
Descendemos al cráter, por la bajada de Sopa con la magnificencia del tupido manto de acacias del tipo parasol que nos acompaña, hasta divisar la realidad de ese microclima en sus diferentes zonas y cubierto de un verde intenso.
Circulamos próximos al río Munge y allí detectamos la presencia de tres leonas con una gran macho de melena negra.
En el 2007, sólo pude contemplar un gran macho de león de melena negra en la distancia, sin embargo en ésta vez, lo tengo bastante próximo.
El safari se ha caracterizado por ver varios clanes numerosos de leones, pero éstos del cráter, tienen algo que los hace un tanto especial.
Avanzamos tras encontrarnos a nuestro paso, con todo el espectáculo multicolor de cebras y ñues que tanto juego dan, búfalos, elefantes macho con bastantes añitos.
Un pequeño intervalo en la zona de Ngoitokitok Springs, para estirar las piernas y pendientes de las aves, en ésta zona un poco traicioneras; es como decir que se convierten en ávidos kamikaces en búsqueda de objetivo a batir.
Nos quitamos la coraza de acero y abandonamos la zona de guerra y por la zona de Ilturot Lorkereyan, subimos periscopio y diana. Una pareja de rinocerontes negros, a estribor.
Otro logro conseguido respecto al anterior viaje.
Tuve la gran suerte de tenerlo junto al vehículo, consiguiendo unos primerísimos planos.
Los pobres, tienen una vista peor que el Sr. Magoo. Una emoción sin tensión, puesto que no le dio por embestir ¡ puñetas !
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Seguimos hacía el Lago Magadi y el color del cielo, se está empezando a turbiar. Aparecen los primeros truenos y un cielo dramático, que nos va comiendo el terreno. Marchamos hacia la zona de Seneto (carretera de bajada al cráter), en la que han dispuesto una zona de picnic y aseo.
Empezamos a darle a la mandíbula y no se hace esperar mucho la lluvia, arremetiendo ante éstos exploradores, con gran profusión.
Con abundante aguacero, seguimos aventura llegando al punto en donde nuestros compañeros del otro vehículo, habían estado observando a un macho y hembra de leones en un estado no recomendable para menores de 18 años.
A pesar de la lluvia, se detecta esa pareja de inmorales, en un arduo frenesí de romanticismo, sin importarle la presencia de menores en otro 4x4 próximo al nuestro.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Tras observar la peculiaridad del querer de éste par de amantes, vemos un poco en la distancia un desagradable momento, pero inevitable.
Un par de chacales de dorso negro, llevaban a rastras a una cría de Tommi (gacela de Thomson) y al ver aproximarse los vehículos, la abandonan. Éste animal, sigue vivo porque se le ve moverse, pero yace inerte sobre el terreno.
Optamos por marchar, para que los chacales se acerquen y recuperen su presa y aunque sea duro de decir, mejor eso, que seguir sufriendo la gacela.
Ponemos punto y final al recorrido, atravesando el fabuloso bosque de Lerai y empezamos a subir la carretera de ascenso llamada precisamente Lerai ascent road. Próximo al final de subida, otro punto que sirve como mirador para contemplar los últimos momentos de ese cráter, toda una subida de vértigo, con la marcha reductora permanente del 4x4.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Llegamos a la base, estando a una altura aproximada de 2266 metros.
Paramos en la puerta de entrada de Lodoare, para nuevamente entrega de documentación. Últimas imágenes que realizo en esos momentos.
Utilizo también una cámara de video que llevo, para inmortalizar ese momento y estoy moviéndome por zona de babuinos, a lo que un gran macho y visto que me acercaba a unas crías, se aproxima y me da una serie de pequeños avisos, los cuales evidentemente y como soy respetuoso con las leyes, cumplo, en evitación de generar un altercado con los susodichos babuinos.
Llegada al lodge y aprovecho para ver algo de la tienda. A partir de llegar a la habitación, vuelta a la rutina del día anterior, con una salvedad muy importante, preparación de maleta de regreso ¡ uff, que palo !
Vuelta al núcleo principal de actividad, el restaurante y aledaños, actuación para los nuevos huéspedes.
Cena, con menos personas que el día anterior. Ya en la habitación, ya tengo prácticamente todo predispuesto.
Intentar descansar bien, que mañana va a ser un día realmente duro, en todos los aspectos.
Día 23 – Ngorongoro / Arusha –Kilimanyaro
4 horas con alguna parada
Último desayuno en tierras Tanzanas, con cierta nostalgia de lo dejado anteriormente. A las 08:40 hora zulú, abandonamos Farm House y quince minutos más tarde, llegamos a la población de Karatu y volvemos a parar en la zona del mercado de la ida. Aquí, compañer@s del grupo adquirieron telas coloridas por metros y a un muy buen precio.
El suscribiente de todo esto, decide no apearse, puesto que eso de las telas no va conmigo….
Eso sí, más adelante y a otros quince minutos de Karatu, está la tienda (duka) que quiero ir, es la tienda de camisetas llamada “Shirt Shack”. Los detalles de los precios de venta, en el apartado específico más arriba.
Finalmente, tras un viaje relajado y con alguna parada más en alguna Curio shop, llegamos a Arusha sobre las 13:40 horas, atravesando la zona del impresionante mercado de la ciudad, con gran trasiego de personas, carros, camiones destartalados y un caos circulatorio de narices. Es increíble como no hubo ningún accidente a nuestro paso.
Podía haber sucedido una desgracia de órdago por cualquier paso que mirases. ¡ vaya pollo !, aunque ellos lo arreglan con la risa y HAKUNA MATATA (todo va bien).
Llegada al New Arusha Hotel y nos está esperando Elisante para comer con nosotros, cubriendo con los gastos de la misma.
Había estado ya anteriormente en ese hotel, un lugar muy bueno y sede de convenciones.
Comida internacional , tomada en la terraza con vistas al jardín.
Salimos al exterior y transitamos a pie las calles de Arusha y tras de nosotros, un regimiento de ágiles vendedores, los cuales disputan los puestos de cabeza, los cuales desisten, al observar que no somos los típicos Mzungu, que pagan a las primeras de cambio.
Elisante, nos acompaña al Masaai Market y es allí cuando finalizo las compras que tenía en mente. El resto del grupo, muy contentos del lugar y cargando material.
En el apartado compras, está todo lo relacionado con éste momento.
Finalmente, regresamos al hotel y cargamos las maletas en un minibús y una hora de camino hasta llegar al aeropuerto, no sin antes regresar al caos de la ciudad. A la salida de Arusha, giramos la cabeza en el trayecto, observando la presencia del Monte Meru y Kilimanyaro, como despedida final e inevitable.
Ahora, se está hablando de organizar otro safari, unos que si a Zambia para ver las cataratas Victoria, otros que si volver para ver la Reserva de Selous y yo, me quedo un poco ausente, con mi pensamiento prefijado en regresar algún día a mi parque, el PARQUE NACIONAL DEL SERENGETI.
Maletas fuera, paso de control, facturación e inmigración. Aeropuerto pequeño con pocas tiendas en el exterior de la zona de espera. Para aquellos que tengan pensado comprar o tomar algo, no pasar por el control de acceso a la sala, dado que si no, ya no existe vuelta atrás.
Zapatos fuera y material fotográfico e informático en mochila, pasando por la cinta y que en el momento de ir a recogerlo, exhibo una sonrisa y la expresión que me ha ido acompañando durante todo el viaje “jambo, abari za jioni - hola, buenas noches”, encontrándome de los receptores, una agradable sonrisa, extrañándole como éste mzungu, se dirige a ellos en su lengua natal y preguntándome si hablo swahili, a lo que les respondo “kidogo, kidogo-poquito poquito” y entonces las risas son más insistentes. Buen momento.
Ya estamos en la sala de espera y tenemos por delante más de dos horas, así que como quiero seguir creciendo y estaré enlatado durante unas cuantas horas, me quedo de pie.
Opto por poner el mp4 y escuchar algo de música.
Al cabo de unos minutos y como por inercia, me encuentro bailando la música de Armin Van Buuren (música trance), en el hall.
Algun@ me mira con extrañeza, pero como estoy contento sigo retorciéndole la oreja al sonido, pero eso sí, los momentos de baile parece que se apaciguan un poco.
Mirando la sala, me quedo pensando que posiblemente con la gente que estamos allí y algún que otro personaje que llama la atención, podríamos hacer una de las películas de American Pie y me da por partirme de risa.
Y yo a lo mío, a seguir con la música.
Llega el avión con un poco de adelanto, el mismo de la otra vez. Menos mal que me toca pasillo, pero aún así y retomando los comentarios de la ida, como el chorizo de Navidul.
Salimos en dirección a Dar Es Salaam, para escala técnica y cambio de tripulación.
Tras una hora más o menos, flying to Amsterdam.
Durante la velada, me van a acompañar una pareja de ciudadanos de Dinamarca. Como suele pasar en éstos casos, se habla casi llegando a destino.
Desde luego es más llevadero volar de noche para un viaje largo. Pero aún así, no consigo dormir mucho, a lo sumo quizás dos horas entre el trayecto.
Tras mi asiento, cuatro jóvenes con sombreros de cowboy descansando placidamente, pero casualmente, al mirar bajo mi asiento, descubro que tengo dos pies más, pero descalzos y para colmo, parecen como si hubiesen tocado alguna mofeta. En éstos momentos hecho de menos mi mascara antigás ¡puñetas!.
Visto el detalle, doy un pequeño pisotón y por algún tipo de misterio el cual desconozco, vuelvo al estado de normalidad.
Llegada a Amsterdam en hora y los cowboys, avanzan sin ningún tipo de reparo adelantándonos por las cintas, en pantalones cortos. Sólo les faltaban las chancletas y la sombrilla y a los canales de veraneo..
Vuelta a pasar por controles, pero sin ser tan exhaustivos como a la ida. Permanecemos en nuestra sala y llegado un momento el Comandante del vuelo, informa que por una serie de problemas, el vuelo se retrasa a las 11:20 horas, es decir casi dos horas más, puesto que teníamos salida a las 09:35.
Al final embarcamos y permanecemos en el interior de la aeronave, hasta que una hora más tarde, abandonamos el finger, camino de pista de despegue.
Al final, llegada a Madrid sobre las 15:00 horas.
Recogemos las maletas con absoluta normalidad, despedimos ese grupo y cada uno tira para un lado, algun@s y como decía más arriba, tienen que utilizar su máxima velocidad de reacción, para lograr su siguiente destino.
Llegamos a la estación de Chamartín con holgura y conseguimos un adelanto en la hora de salida de nuestro tren.
Al final, se resume la jornada en 37 horas de viaje desde la salida de Farm House en Ngorongoro, hasta casa.
BALANCE
Pues decir que ha sido otro viaje magnífico, con todo el significado de su palabra.
El grupo muy cohesionado, alojamientos, paisajes y fauna increíble y un alto grado de satisfacción con guías y conductores, acoplándose a nuestros ideales.
Existirá un cuarto safari, el cual posiblemente utilice para recorrer en exclusividad todo el Parque Nacional del Serengeti, lo merece sin duda.
Lo dicho, espero haber conseguido ese propósito de involucrar al lect@r , en ésta aventura no ficticia y sí muy real.
Aún así, seguro que dejo algo.
© Alberto M
Kwa heri ya kuonana, rafikis ( nos vemos, hasta otro momento, amig@s)
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